Los socios veteranos de las EPSV, los que más arriesgan a la hora de invertir
Frente a lo que marca la lógica, el porcentaje de asociados de mayor edad que asumen planes más enfocados a la renta variable supera al de los jóvenes
Habitualmente, se suele asociar el gusto por el riesgo a las personas jóvenes y la prudencia a las mayores. Se achaca la tendencia de los primeros a una cierta inconsciencia ligada a la inexperiencia, en la misma medida que su superior bagaje vital conduce a las personas de edad madura a la precaución. Son tópicos que, por lo visto, no se cumplen siempre. Es, al menos, lo que se desprende de los datos extraídos del Informe de Previsión Social Complementaria en el País Vasco de 2024. En él se constata que, frente a lo que cabría esperar, dentro del colectivo de socios y socias de las Entidades de Previsión Social Voluntaria (EPSV) las personas mayores asumen una orientación inversora de mayor riesgo que las más jóvenes.
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Es un criterio unánimemente aceptado el que apunta que las inversiones de las personas asociadas a las EPSV deben ser más arriesgadas cuanto más jóvenes son y más seguras en las de mayor edad. En este último caso, el conservadurismo es comprensible ya que riesgo de la operación afecta a todo el capital acumulado, que en ese perfil de inversores es mayor por el tiempo dedicado al ahorro. Por el contrario, para los jóvenes, con menos dinero que arriesgar y muchos años por delante para hacerlo crecer, lo más apropiado parece apostar por activos de renta variable, que históricamente ofrecen mejores resultados que la fija a medio y largo plazo.
Pero la estructura de inversión de las EPSV en Euskadi no responde del todo a esa lógica. Porque, si bien es cierto que las opciones conservadoras van creciendo a medida que lo hace también el rango de edad, con un 1% de los asociados menores de 36 años entre sus titulares frente a un 6,4% de entre 56 y 65, una mirada más amplia hace variar la perspectiva. Así, los planes de riesgo medio logran la adhesión del 78,7% del segmento más joven, mientras que ese porcentaje va descendiendo en sentido contrario a la edad, hasta alcanzar el 70,2% entre los que están más cerca de jubilarse. En este bloque de riesgo medio se ubican los planes de renta fija mixta, sin duda el producto estrella, donde lo invertido en activos de renta variable no alcanza el 30% y que concentran a dos de cada tres socios de EPSV (66,4%). Este índice se eleva al 77,1% entre los menores de 36 años y, en cambio, se reduce al 63,2% en la horquilla entre 56 y 65.
Y si sumamos las dos opciones catalogadas como arriesgadas, la de renta variable mixta y la de renta variable -planes con más del 75% de los activos bajo esta fórmula-, ocurre algo parecido. Ambas concentran al 15,8% de los asociados menores de 36 años, mientras que entre los de 55 y 65 el porcentaje es dos puntos superior (17,8%).
Perjuicio
Al presidente de la Federación de EPSV de Euskadi, Ignacio Javier Etxebarria, no le sorprenden estos datos, “porque el perfil inversor de las personas socias de las EPSV es prudente o moderado con una escasa inversión en renta variable. De hecho, casi el 70% de ellas, con independencia de su edad, están posicionadas en renta fija mixta donde lo invertido en activos de renta variable no llega al 30%”. En todo caso, entiende que no es algo lógico en lo que respecta a los jóvenes, puesto que perjudica a sus propios intereses. “No podemos justificar que las personas socias menores de 36 años tengan, en general, un perfil que no es adecuado en cuanto al riesgo que asumen, ya que, posiblemente, están renunciando a una rentabilidad que engrosaría sus derechos económicos cuando se jubilen”, apunta.
Más información
Desde la Dirección de Política Financiera y Previsión Social del Gobierno vasco, encargada de la elaboración del informe, se ve con preocupación el hecho de que los jóvenes no adopten una orientación más atrevida en sus depósitos de fondos. “Estas decisiones de inversión pueden estar sacrificando una rentabilidad necesaria para la obtención de un capital final que permita su transformación en una pensión suficiente”, indican en su análisis. Desde este área del Departamento de Hacienda y Finanzas se remarca “la necesidad de reforzar la información y la educación financiera en materia de previsión social, especialmente entre los colectivos más jóvenes. Explicar de forma sencilla la relación entre horizonte temporal, riesgo y sostenibilidad, así como promover revisiones periódicas de la estrategia de inversión, puede contribuir a una toma de decisiones más alineada con los objetivos de ahorro a largo plazo”.
Etxebarria comparte la opinión de que la información económica resulta fundamental para intentar revertir esta “aversión injustificada al riesgo” que se da entre los inversores más jóvenes ligados a las EPSV, “más cuando les faltan muchos años para llegar a la jubilación”. A su juicio, “es muy importante familiarizarse con conceptos básicos como ahorro, gasto, consumo responsable, endeudamiento, pensión, etc., que van a estar presentes, ineludiblemente, a lo largo de la vida de todas las personas”. Y en este sentido, aboga por el desarrollo de un “Plan Vasco de Educación financiera que comience con el reforzamiento de los buenos hábitos financieros en el currículo escolar, ya que, como es sabido, es esencial empezar a construir la cultura financiera a edades tempranas”.
Reforzar el peso de la población joven
Otro desafío para las EPSV es reforzar el peso de la población joven dentro de su estructura asociativa. En la actualidad, según los datos de 2024 reflejados en el informe, la edad media de las personas asociadas en activo laboralmente -por debajo de los 65- es de 49 años. El porcentaje de los menores de 36 representa solo el 10% del total del colectivo, mientras que el segmento entre los 46 y los 65 concentra al 56,7%. Es una proporción que, como señala Etxebarria, “básicamente se mantiene en los últimos años”, por lo que incide en los recursos disponibles para animar a quienes inician su trayectoria laboral a vincularse a algún plan de previsión. “Es importante mencionar que la revisión fiscal abordada por las tres diputaciones forales de la Comunidad Autónoma de Euskadi ha incorporado una serie de incentivos para estimular la incorporación a las EPSV de empleo a las personas menores de 36 años”, recuerda. Porque, como apuntan desde la Dirección de Política Financiera y Previsión Social del Gobierno vasco, sin ánimo de reemplazar a la pensión pública, sino de reforzarla, “la previsión social complementaria es un pilar fundamental del bienestar futuro”.
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