Según un informe del 2019 creado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el coste promedio de una cesta de la compra ascendió a 4.986 euros anuales, o lo que es lo mismo, 415,5 euros al mes de media. Este gasto solo supone uno de otros tantos desembolsos que hacemos cada mes, por lo que es más importante que nunca aprender a gestionar nuestra economía doméstica. Aquí te dejamos algunas recomendaciones:

-Puede que suene obvio, pero no por ello deja de ser una de las claves: planifica con antelación la compra de acuerdo con tu menú semanal. Esto incluye establecer un presupuesto máximo y hacer una lista cerrada -en tu teléfono o en papel- para asegurarte de que te ciñes a lo estrictamente necesario.

-Aprovecha para clasificar por categorías los productos que anotes en tu lista, lo que te facilitará hacer la compra de forma más ordenada y en menos tiempo. Y sobre todo, evitará que deambules por todo el establecimiento: recuerda que dar menos paseos equivale a menos distracciones y menos posibilidades de añadir al carro artículos que no estaban contemplados.

-No hagas los recados con hambre. Lo decimos en serio. Entrar en un supermercado con el estómago vacío es el paso previo a empezar a salivar según te cruces con la balda de las bolsas de patatas fritas, la bollería o el chocolate; y corres el riesgo de que te ganen los antojos.

-Identifica qué cadena de supermercados dispone de las mejores ofertas y relación calidad-precio. Para ello, puedes ayudarte de un comparador online, como Soysuper. De hecho, cada vez más personas optan por adquirir la fruta o el pescado en un establecimiento distinto al habitual. Esto se debe a que, en ocasiones, el precio del mismo producto varía significativamente entre un comercio y otro.

-En la misma línea, benefíciate de las ventajas de los cupones, bonos, programas de puntos y tarjetas de fidelización que ofrecen las tiendas.

-Siempre que te sea posible, deja a tus hijos en casa mientras haces la compra. Esto no hará que te ahorres cantidades ingentes de dinero, pero sí minimizarás los gastos generados por las pataletas.

-Traer tus propias bolsas reutilizables o una cesta pequeña es un gesto de lo más simple y útil para guardarte esos céntimos en el bolsillo. De igual modo, el medioambiente te lo agradecerá.

-Apuesta por la cocina sostenible. Olvídate de los alimentos precocinados (son menos saludables y más costosos que prepararlos tú mismo) y acostúmbrate a basar tu dieta en productos frescos y de temporada. Otra opción es la de comprar a granel: es económico, y además, contribuirás a reducir el uso de envases y plástico.

Truco extra: ten en cuenta que algunos locales abaratan el precio de algunos ingredientes frescos a última hora de la tarde. También es habitual que apliquen descuentos interesantes a aquellos bienes con fecha de caducidad próxima.

-Huye de las compras masivas como si fuese el fin del mundo. Adquirir más de lo esencial deriva en despilfarro.

-Aparca a un lado los prejuicios acerca de los artículos de marca blanca. No, no tienen porqué ser de peor calidad que otros de marca reconocida y suelen presentar un coste bastante inferior.

-Lleva la cuenta del gasto total antes de pasar por caja. Al finalizar, haz un seguimiento de los fondos que destinas a las compras. La aplicación móvil de tu entidad bancaria o cualquier otra herramienta digital similar serán claves para tener este aspecto controlado en todo momento.

-Este consejo te parecerá curioso, pero es uno de los principios del neuromarketing más extendidos. Los supermercados suelen colocar los productos más caros a la altura de la vista, ya que son los estantes que los clientes ven primero. Fíjate en los estantes superiores e inferiores, que es donde se suelen localizar los productos de precio más bajo.

-Presta atención al precio de los productos por peso, no según lo que marque el precio de venta.