Como pionera en el ámbito de la pelota femenina, Maite Ruiz de Larramendi ha dejado una huella imborrable, marcando una extensa y exitosa trayectoria. En esta entrevista, la navarra comparte sus experiencias, los desafíos superados y su papel como referente para las generaciones futuras.

Como precursora de la pelota femenina podríamos decir que ha hecho historia y que cuenta con una amplia trayectoria. ¿Cómo resumiría su carrera?

Ahora, al mirar hacia atrás, siento cierta melancolía al reconocer que se está acercando el final, pero lo disfruto. Lo único que poseo es el resultado de un esfuerzo considerable; he tenido que renunciar a actividades porque le he dado prioridad a la pelota, pero siempre ha sido lo que me apasiona, es mi vida. Resumo todos estos años en una sensación de felicidad.

¿Qué diría que ha sido lo mejor y lo peor de su carrera deportiva?

Lo más difícil ha sido enfrentar obstáculos debido a mi condición de mujer, pero a pesar de ello, he persistido. Las mujeres no hemos podido vivir la pelota con total libertad. Actualmente, trabajamos para obtener esa libertad, y las generaciones futuras probablemente la tendrán. Lo que para mí ha sido un desafío no será lo mismo para ellas. Aunque me considero afortunada, he enfrentado más obstáculos de los que veo hoy en día. Conciliar el trabajo con la dedicación requerida en mi deporte implica sacrificio y esfuerzo. Lo positivo es que lo he logrado. He tenido la oportunidad de jugar. A mis 50 años, llevo 43 años jugando a pelota. No ha sido fácil, y eso es lo destacable.

Prácticamente, ha dedicado toda su vida a este deporte y recientemente ha anunciado su retirada, pero gracias a esta dedicación, la pelota ha atraído a muchas más mujeres. ¿Ha notado una evolución en cuanto al tema de la igualdad en este deporte eminentemente masculino?

Se han dado pasos importantes en materia de igualdad. Cuando comencé a los 14 años, ya me invitaron a dejarlo. Aunque hoy en día siguen haciendo estas invitaciones para que las chicas dejen de jugar, no logran ese resultado; ellas siguen adelante, y estamos aquí para apoyarlas, evitando que nadie tenga que abandonar el deporte.

En la modalidad de pala, hay más mujeres en general. Cuando comencé en la pala en Navarra, me resultaba increíble que solo estuviéramos dos chicas, Susana Muneta y yo. Animábamos a las chicas que veíamos jugar a la pelota a continuar en los pueblos, que obtuvieran la licencia y jugaran. Pasamos de ser 2 a ser 14 en los vestuarios, fue alucinante. Ahora, las chicas que comienzan en pala, en mano, ya no tienen que abandonarlo. Luchamos por la igualdad, ya que los chicos pueden ser profesionales y cumplir todos los eslabones de la carrera, mientras que en las chicas se cuestiona mucho.

Ados Pilota es el único club profesional que no recibe la visibilidad que merecemos, lo cual es un poco frustrante e indignante. Estamos en ese camino. No será fácil, pero seguimos avanzando sin tener nada asegurado.

¿Cómo lo estáis viviendo desde Ados Pilota?

Esa es la esperanza de toda mujer pelotari. Ahora ves a las niñas que quieren ser jugadoras de pelota, y claro, ¿por qué no? ¿Por qué nosotras nos tenemos que conformar con jugar un Mundial, que es genial, pero no todas llegan? ¿Por qué ese debe ser el límite? Los chicos pueden jugar Mundiales y ser profesionales en cualquier deporte. Nosotras en la pelota también lo queremos, lo estamos persiguiendo y conseguir una competición de nivel, larga y duradera... ¿Cómo no va a ser para agradecerlo? Y con esa remuneración, que no se hace por el dinero, pero es cuestión de dignidad. Es lo mínimo. Las cotizaciones. Ojalá de estos 43 años tuviera cotizados 40, no solamente los 3 últimos.

Estamos avanzando. Es un logro importante. Gracias a ello, este sueño y el de muchas niñas pelotaris se puede cumplir. Intentamos ser referente para todas esas niñas, para que no abandonen.

¿Cómo ves el futuro de la pelota femenina?

Yo creo que va bien. Hay que seguir trabajando mucho, en muchos clubes, pero puede funcionar. De hecho, en eso estamos invirtiendo todo nuestro esfuerzo. En nuestra escuela, tenemos a más de 30 chicas entrenando, en un club exclusivamente femenino, lo cual es un número significativo. Ahora toca seguir, a seguir creciendo porque es el camino que se merecen.

Para muchas pelotaris, usted va a ser siempre un reflejo en el que mirarse. ¿Qué consejo daría a las jóvenes pelotaris?

Cuando he estado entrenando, siempre he estado muy involucrada con todas y les he transmitido que, si realmente tienen pasión, sigan adelante, que no se rindan. Ya sea en la pelota o en cualquier aspecto de la vida, si es su sueño, que lo luchen, lo mantengan y sigan. Que no se den por vencidas. Que disfruten.

Es un camino un poco más complicado que el de los chicos; en algunas modalidades, ellos tampoco lo tienen fácil. La pelota es lo que es, es un deporte exigente, no todos pueden llegar a la cima y, una vez que lo logras, también es difícil mantenerse. Que luchen por ello, que sigan con esa ilusión. Estaremos aquí para ayudarlas.

¿Qué mensaje enviaría a las jóvenes que quieran dedicarse a la pelota?

Yo creo que hoy en día, los clubes están más concienciados, pero si alguna tiene algún problema y la invitan a que no puede jugar a pala o a mano, que sepan que estamos aquí para ayudarlas. No tienen por qué abandonar. Hay muchos clubes que quieren darle un espacio a las mujeres y espero que cada vez seamos más. Hay chicos pelotaris y mujeres pelotaris. Hace 100 años existieron las raquetistas, fueron profesionales, y se perdió todo. No deberíamos volver a perderlo. Estamos recuperándolo con Ados, buscando que nos den ese espacio; no estamos quitándole el lugar a nadie.

Queremos que las instituciones nos presten atención. Apenas salimos en la televisión. Queremos una implicación por parte de todos. Hemos solicitado la retransmisión de más de 150 partidos que podríamos jugar en Ados Pilota y no se nos ha concedido.

¿Qué cambios esperas experimentar en tu día a día al dejar atrás la pelota?

Cuando llegue ese último día en que me ponga de blanco, será más complicado, pero al mismo tiempo estoy contenta y feliz. Sé que podemos hacerlo, con el apoyo justo, pero vamos muy bien. Mi día a día será hacer absolutamente lo mismo, pero sin tener que llevar el bolso de pelota.