Hace escasas fechas anunciábamos el inicio del proceso de la Declaración de Zonas de Mercado Tensionado para 21 municipios navarros que engloban a casi el 70% de la población de nuestra comunidad. Cuando previamente fui comunicando a los alcaldes y alcaldesas la intención de que su municipio fuera declarado tensionado me llevé una agradable sorpresa al comprobar que, independientemente del color político de cada cual y de las legítimas opiniones para la solución del problema, todos y todas coincidían en la necesidad de tomar medidas desde lo público y veían, al menos a priori, esta medida como una oportunidad.
No soy ingenua y sé que habrá piedras en el largo camino que iniciamos pero comprobar que alcaldes y alcaldesas, que por otra parte son quienes más están a pie de calle para pulsar las necesidades de su vecindario, acogían de la manera que lo hicieron el anuncio viene a corroborar la imperiosa necesidad de que los poderes públicos empecemos a coger la sartén por el mango en un sector, el inmobiliario, en el que el mercado ha campado a sus anchas durante décadas provocando situaciones insostenibles para miles y miles de familias navarras.
Y como también he comentado en más de una ocasión, la política, como decía el ex presidente de Uruguay Pepe Múgica, consiste en cortar el tocino por el lado más grueso para dárselo a quienes siempre se quedan con el lado más fino. Si algo ha quedado empíricamente demostrado en los últimos años es que el mercado no se regula solo en materia de vivienda y que esa falta de regulación e intervención pública solo ha provocado situaciones no asumibles en la actual sociedad en la que vivimos.
Por eso es necesaria la intervención. Por eso es necesario el proceso de Declaración de Zonas Tensionadas. Por qué no nos podemos permitir el lujo de dejar de utilizar ninguna herramienta a nuestro alcance para empezar a revertir la dirección de un barco que iba recto hacía el iceberg. Sabiendo, como también he dicho en numerosas ocasiones, que no hay una fórmula mágica, que no existe la pócima milagrosa para la solución a un problema estructural generado a lo largo de décadas. Solo la sucesión de medidas y la aplicación de todas las herramientas a nuestro alcance podrán girar el barco y la herramienta de la declaración de zonas tensionadas y la aplicación de límites a los precios del alquiler es una medida pensada al corto plazo, pensada en esas miles de personas, la mayoría de ellas jóvenes, que simplemente no pueden acceder al mercado libre y nos miran a los gestores públicos como única tabla de salvación.
Pero somos plenamente conscientes que una medida por sí sola no puede solucionar nada. Aplicaremos el control de precios al alquiler con esa mirada a corto pero sin dejar de dar pasos al medio y largo plazo que, aunque en política sea algo que no es rentable porque los resultados no se ven ni en una, ni en dos, ni en tres legislaturas, para nosotras es una obligación porque sabemos que es el único camino.
La creación de una empresa mixta para la promoción y construcción de vivienda pública, el concepto del alquiler asequible para llegar a las capas menos vulnerables de nuestra sociedad pero que no pueden llegar al mercado libre y que estamos dejando fuera de las promociones, la potenciación de la Bolsa de Alquiler como la fórmula más garantista de este mercado, la potenciación del servicio de asesoramiento y mediación en el mercado inmobiliario para que propietarios e inquilinos conozcan sus derechos y obligaciones con soporte público, el fomento de las fórmulas alternativas para el acceso a la vivienda como son las viviendas colaborativas o las impulsadas por el tercer sector y un largo etcétera que no vamos a dejar de explorar.
Por ello, es muy importante que todas y todos veamos el proceso que iniciamos como una oportunidad. Y cuando hablo de todas y todas me refiero también al sector privado con intereses legítimos en el sector. Somos plenamente conscientes de que cualquier medida de intervención provoca descontento en alguna parte. Vuelvo a la frase anterior de Mujica, nuestra obligación es discernir si la medida beneficia a más gente que a la que perjudica y si es así, llevarla a cabo. Porque respetamos y entendemos los intereses creados, pero hay un derecho superior recogido, y no cumplido, en todas las leyes fundamentales que no es otro que el derecho al acceso a una vivienda digna a precio asequible y a este derecho y a esas leyes fundamentales nos debemos porque la vivienda es un bien de primera necesidad al mismo nivel, al menos, que la salud y la educación y nunca ha sido tratado como tal.
Y déjenme en estas líneas finales que les traslade una reflexión sobre el marco comunicativo en el que nos movemos en el mundo de la vivienda, un marco comunicativo creado y alentado por quienes quieren que la vivienda no deje de ser un suculento negocio y no un derecho elemental, cada día más alejado de la especulación. Respetando siempre, repito, el lucro legítimo que tiene el sector privado.
Hace escasos días, la directora general anunciaba en una reunión con el sector que estamos estudiando un régimen sancionador para quienes incumplan con la ley y alquilen sus viviendas por encima del precio máximo que se marque en su momento. Es decir, sancionar por incumplir la ley. Se montó cierto revuelo, tuve que atender a varios medios de comunicación para hablar del tema y para explicar que el sol sale por el este, no puede salir por el oeste. Me quede sorprendida por la sorpresa que generó el asunto. ¿Se imagina alguien que elevemos a la categoría de polémica que la DGT decida sancionar a un conductor que circula a 87 kms a la hora en un tramo limitado a 60? Nadie se plantea ni como mera hipótesis que eso sea objeto de polémica, pero en el mundo de la vivienda si, por lo que he comentado anteriormente, porque el marco comunicativo nos lo han estado marcando y ya es hora de que lo cambiemos.
Lo dicho, espero que entre todos y todas, los sectores públicos diversos, el sector privado, la sociedad civil organizada y la ciudadanía en general sepamos aprovechar la oportunidad que nos brinda la declaración de zonas de mercado tensionado y nos pongamos manos a la obra, que hay muchas personas esperando esas manos.