Visitar al médico de familia forma parte de la rutina diaria. Una gripe, un dolor de cabeza, problemas en el estómago… Este profesional es el primer filtro de la atención médica general, la Atención Primaria, un servicio médico para que todas las personas puedan disfrutar del derecho a la salud. Rafael Gracia, médico de familia en Osakidetza, y miembro de la Subdirección de Atención Primaria, describe este sistema sanitario como “un modelo de atención sanitaria centrado en las necesidades de salud del paciente”. La OMS data el origen de la Atención Primaria en la Declaración de Alma-Ata, la conferencia internacional de Atención Primaria de salud en 1978.
Es un modelo global. Tanto en la CAV como en Navarra, cada persona tiene una Tarjeta Individual Sanitaria (TIS) con la que se identifica en el sistema sanitario y con la que puede pedir cita en su centro de salud o donde precise. En Euskadi hay 2.265.689 tarjetas sanitarias, de las que 1.174.999 son de Bizkaia, 773.930 de Gipuzkoa, y 316.760 en Araba. En Navarra hay “660.747 personas con Tarjeta Individual Sanitaria, residentes y con médico/enfermera/trabajadora social asignados, además de 884 personas que residen en poblaciones limítrofes al territorio foral que reciben la atención sanitaria de Atención Primaria”, según explican desde el Departamento de Salud foral. También se presta atención (urgente y ordinaria) a la ciudadanía que se encuentra temporalmente en Navarra.
En términos generales, para poder prestar este servicio en condiciones es imprescindible que sea “accesible”, es decir, “cercano”. Tanto en Navarra como en la CAV en pueblos y barrios están repartidos centros de salud y consultorios en los que se presta atención sanitaria. En Euskadi se agrupan geográfica y administrativamente en Organizaciones Sanitarias Integradas (OSIs) y suman en total 342: de ellos 70 en Araba, 101 en Gipuzkoa y 171 en Bizkaia.
En el Territorio foral hay 59 Zonas Básicas de Salud en las que hay 61 centros de salud y 278 consultorios. Así, la atención médica “debe ofrecer consulta cuando las personas lo necesiten”. Gracia concreta: “Si es urgente, de manera inmediata; si no lo es, en un plazo razonable no superior a 48-72 horas; y si es una cita que acordamos con la persona paciente, pueden ser de varios meses, como las del seguimiento de la diabetes”. En ocasiones las personas “confunden accesibilidad con inmediatez”, es decir, ser atendido por un equipo sanitario en un tiempo razonable frente a la demanda de atención “aquí y ahora”.
Otra característica es la “longitudinalidad”, es decir, que el mismo equipo de profesionales atienda a las mismas familias a lo largo del tiempo. La ventaja de esta relación habitual es que se descartan pruebas innecesarias, hay menos visitas a urgencias y menos ingresos hospitalarios y el paciente tiene predisposición a confiar en los médicos.
Relevo generacional
Sin embargo, hay cuestiones que no juegan a favor de este servicio, como, por ejemplo, en la CAV un porcentaje importante de profesionales son mayores de 60 años y son más los que se jubilan que los jóvenes que se incorporan al sistema. Además, “la Medicina de familia y comunitaria es casi invisible en la Universidad, de hecho este curso es el primero en el que hay una asignatura de Medicina de Familia”, afirma Gracia.
“Es una especialidad que, debido a la crisis que vive en todo el país, se ha ido desprestigiando estos años, así que los estudiantes, una vez acceden al sistema MIR se decantan por otras especialidades”
En la misma línea se expresa la Sanidad navarra: “Es una especialidad que, debido a la crisis que vive en todo el país, se ha ido desprestigiando estos años, así que los estudiantes, una vez acceden al sistema MIR se decantan por otras especialidades”. Y quieren recuperar la motivación de la Atención Primaria entre los profesionales, “explorar nuevos modelos y, sobre todo, dejar claro que no solo vemos catarros”.
Hasta hace poco estudiar Medicina tenía un prestigio que requería de una puntuación muy alta en las pruebas de acceso universitario, pero este enfoque ha cambiado, si bien la vocación de ayudar a los demás sigue presente entre los jóvenes. A esto se suman los trámites administrativos que suponen una sobrecargada con la tramitación de informes, certificados, altas, bajas, recetas...
Covid-19: un cambio de paradigma
El covid-19 hizo tomar conciencia sobre las enfermedades contagiosas y sus medidas preventivas como el lavado de manos, uso de mascarilla y protegerse o proteger al entorno. La pandemia sacó a la superficie varios temas como la financiación de la Atención Primaria, la distribución de los médicos (30% frente al 70% que trabajan en el hospital) que en países europeos es 50/50, y también la capacidad de la Atención Primaria para adaptarse a las circunstancias.
De hecho, en la CAV el 67% de las personas afectadas por este virus fueron atendidas exclusivamente en la Atención Primaria, pero prácticamente el 100% lo fueron en algún momento de su enfermedad antes o después de su paso por el hospital. Además, la campaña de vacunación también fue realizada mayoritariamente en la Atención Primaria.
El coronavirus acentuó el cambio de paradigma en la relación entre profesionales y pacientes, que ha pasado de una relación basada en el paternalismo a una relación basada en la autonomía
Por otra parte, la situación acentuó el cambio de paradigma en la relación entre profesionales y pacientes, que ha pasado de una relación basada en el paternalismo a una relación basada en la autonomía. Y también dejó en evidencia un punto clave, la atención no presencial (el 34 % del total), que aumentó hasta superar la consulta presencial y que, según Osakidetza, se ha elevado al 66,18%, pero aún no se han retomado las cifras prepandemia, cuando 7 de cada 10 consultas eran presenciales. Por territorios históricos, Araba encabeza la lista de presencialidad con un 68,64 %, mientras que Bizkaia registra un 66,51 % y Gipuzkoa un 64,52 %.
Osasun eskola
La pandemia y el confinamiento en concreto dieron visibilidad a un problema estigmatizado en la sociedad: la salud mental y su atención. No se trata ya del aumento de las enfermedades graves tipo esquizofrenia, psicosis o delirio sino, “más bien, con problemas de adaptación en relación con la vida cotidiana”, explican desde Osakidetza.
Esta situación de epidemia ha provocado “nuevas inseguridades, desconfianzas y miedos”, en definitiva, “problemas que generalmente no requieren consulta con psiquiatría y, si la medicina de familia dispusiera de tiempo suficiente, podrían ser el profesional más adecuado para abordarlos”.
También hay que señalar que cada vez son más los pacientes que “consultan en Internet antes de acudir a la consulta, quieren saber y quieren que se tenga en cuenta su opinión para decidir qué hacer”. Esto supone “un reto para Osakidetza y la Atención Primaria”, ya que la Red “carece de filtro y no toda información es acertada”. En este sentido, el Servicio Vasco de Salud está facilitando una escuela on line de formación para pacientes, Osasun Eskola, donde es fácil e intuitivo encontrar información sobre los temas más relevantes”, según Marta Garrido, enfermera especialista en Atención Familiar y Comunitaria.
