Existen muchos factores que determinan la sanidad, pero hoy ponemos el foco en cuatro la atención primaria —primera línea ante futuras pandemias—; la sanidad digital; el rol activo de los y las pacientes; y la reducción de las desigualdades para proteger a todas las personas
Fortalecer la Atención Primaria
La pandemia de COVID-19 dejó claro que la salud empieza en la base. Por eso, la OMS insiste en la necesidad de reforzar la Atención Primaria (AP), con mayor financiación y sistemas más sólidos. Un reciente informe presentado en Berlín, ‘El nuevo rostro de la preparación para pandemias', propone tres pilares fundamentales: cuidar, medir y cooperar. Cuidar significa garantizar servicios esenciales, proteger al personal sanitario y acercar la salud a las comunidades.
Medir pasa por crear un Observatorio Mundial de Riesgos Pandémicos que integre datos sanitarios, sociales y económicos en tiempo real, permitiendo decisiones rápidas y efectivas. Y cooperar implica solidaridad global: compartir información, muestras y recursos médicos de manera justa y coordinada.
El mensaje es claro: un sistema de AP fuerte no solo salva vidas en crisis, sino que construye confianza en la población en tiempos de normalidad
El mensaje es claro: un sistema de AP fuerte no solo salva vidas en crisis, sino que construye confianza en la población en tiempos de normalidad. Según los expertos en salud, 2026 resultará clave para consolidar estas medidas y preparar al mundo ante una nueva posible emergencia sanitaria.
Digitalización
La CAPV y Navarra están transformando su sistema sanitario gracias a la digitalización, impulsada, en gran medida, por los fondos europeos Next Generation, y que permiten que la atención sea más accesible, personalizada y eficiente.
Por su parte, Osakidetza está desarrollando y utilizando soluciones de Inteligencia Artificial para diagnósticos y tratamientos, una red de imágenes médicas interoperable y programas de telecuidados para pacientes crónicos. Navarra aplicará analítica avanzada e IA a la información clínica y fomentará la monitorización remota de patologías. Ambos territorios trabajan con un Espacio de Datos en Salud alineado con Europa, garantizando la seguridad y el uso responsable de los datos. La transformación digital ayuda a optimizar y mejorar la atención diaria y también facilita la investigación como la planificación sanitaria.
Pacientes activos
El Ministerio de Sanidad español quiere que los pacientes sean protagonistas de su propio cuidado. Una nueva ley en preparación dará reconocimiento jurídico a las organizaciones de pacientes, consolidando su papel como interlocutores válidos frente a las administraciones. Esto permitirá que sus experiencias, necesidades y propuestas influyan en decisiones sobre prevención, tratamientos y políticas sanitarias.
Esto permitirá que sus experiencias, necesidades y propuestas influyan en decisiones sobre prevención, tratamientos y políticas sanitarias
Además, se creará un registro oficial para identificar y certificar la representatividad de estas entidades, aumentando la transparencia y fortaleciendo la cogobernanza. En palabras de la ministra de Sanidad Mónica García, estas organizaciones orientan, acompañan y defienden a las personas, convirtiéndose en un puente esencial entre la ciudadanía y el sistema de salud. La iniciativa busca estabilidad, participación real y un sistema más cercano al paciente.
Equidad en salud
Un informe elaborado por líderes políticos y sanitarios en el ámbito internacional alerta que las desigualdades agravan las enfermedades y sus efectos. Las cifras son claras; los países más desiguales registran más muertes, infecciones y dificultades para responder a crisis sanitarias. La falta de recursos, educación o vivienda adecuada amplía la vulnerabilidad.
Los países más desiguales registran más muertes, infecciones y dificultades para responder a crisis sanitarias; la falta de recursos, educación o vivienda adecuada amplía la vulnerabilidad.
Las propuestas para romper este círculo pasan por eliminar barreras financieras, invertir en determinantes sociales de la salud, impulsar la producción local de medicamentos y crear estructuras que involucren a gobiernos, comunidades y organizaciones civiles. La equidad es fundamental para que cada individuo tenga los mismos derechos pero, a su vez, la equidad resulta básica para garantizar la seguridad a mayor escala.
Si todos los países y personas tuvieran acceso a recursos, medicamentos y cuidados, estaríamos más fuertes y resilientes ante futuras pandemias y reduciríamos la vulnerabilidad de los más desfavorecidos, haciendo que la salud sea un derecho y no un privilegio.