Arranca la campaña y lo hace con polémica. La presencia de antiguos presos condenados por su vinculación con ETA ha encendido el debate político y ha despertado las primeras acusaciones en una carrera electoral que ya no para hasta el 28 de mayo. Los partidos han destapado este jueves sus carteles y eslóganes promocionales con los que recorrerán la Comunidad Foral en las dos próximas semanas con el objetivo de movilizar a los últimos indecisos y concretar un panorama político en el que, según las primeras encuestas, no se espera ningún vuelco importante. La duda, a 16 días de la cita con las urnas, es si la participación alcanzará los niveles de convocatorias anteriores.

La campaña en cualquier caso arranca con ETA en el centro del debate. Tampoco es que sea algo nuevo, pero ha servido para elevar la tensión tras una precampaña apática y de perfil bajo. El motivo esta vez es la denuncia de Covite, que señala que hasta 44 miembros de las candidaturas municipales de EH Bildu han sido condenados por su vinculación con ETA. Muchos tuvieron condenas menores por actos de kale borroka o por su papel en colectivos de la izquierda abertzale ajenos a la banda armada. Pero al menos siete participaron en atentados y acabaron con la vida de varias personas.

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El comienzo de la campaña electoral de UPN JAVIER BERGASA

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El pistoletazo de salida del PSN - PSOE, en imágenes PATXI CASCANTE

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Imágenes de Geroa Bai JAVIER BERGASA

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La campaña electoral del PP PATXI CASCANTE

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Así ha iniciado la campaña EH Bildu en Navarra JAVIER BERGASA

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Comienza la campaña electoral de Contigo Navarra - Zurekin Nafarroa UNAI BEROIZ

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Arranca la campaña electoral de Ciudadanos UNAI BEROIZ

La polémica, con cierto interés oportunista, ha superado las mugas navarras y ha centrado también el debate político en Madrid. Tras el silencio inicial del presidente, Pedro Sánchez, y de algunos de sus ministros, la ejecutiva del PSOE salió finalmente ha salido al paso para marcar distancias. “Son unas listas que no nos gustan, reabren innecesaria e injustamente el dolor de las víctimas”, ha afirmadola ministra de Educación y portavoz del PSOE, Pilar Alegría, que denuncia el “uso de ETA en el debate político con fines partidistas”.

Los socialistas tratan de cortar así una polémica que ha copado la información política en las primeras horas de campaña y a la que ha tenido que responder también María Chivite. La candidata del PSN tenía un acto en Madrid para exponer su gestión, que se vio eclipsado por la presencia de exmiembros de ETA en las listas de EH Bildu. A la presidenta no le ha quedado más remedio que entrar al debate, y lo ha hecho recordando lo obvio, que más allá de otras consideraciones, su presencia en las listas es “legal”. EH Bildu es un partido con mucha implantación y, “guste o no”, el futuro de la sociedad vasca y navarra se tiene que construir también con él.

Críticas de Esparza a Chivite

Pero las palabras de la candidata socialista son tibias para UPN y, en cierto modo también, para algunos de sus compañeros de sigla. No ha citado directamente a Chivite, pero el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García Page, parecía dirigirse a ella cuando ha afirmado que la presencia de condenados de ETA en las listas no es una cuestión de legalidad, sino “un problema de responsabilidad ética”. Con similares argumentos se ha expresado la ministra de Defensa, Margarita Robles, que considera que “será legal”, pero que todo aquello que hace daño a las víctimas del terrorismo “debería replantearse”.

La crítica más dura sin embargo ha venido por parte de UPN, que tras una legislatura reprochando al PSN sus pactos con EH Bildu ha aprovechado para insistir en su argumentario. Su candidato, Javier Esparza, considera “indecente” que Chivite esté “dispuesta a pactar con partidos que llevan terroristas en sus listas”. “Esto no es de si nos gusta o no nos gusta. Esto de va de principios, esto va de valores, esto va de libertad y de democracia. Y desde luego esa posición de María Chivite deja todo que desear, es indecente”, ha replicado.

Argumentos de campaña

La campaña en cualquier caso va más allá de la composición de las listas y estas primeras horas han servido también para visualizar los argumentos con los que cada partido va a tratar de atraer el voto indeciso y, sobre todo, acabar de movilizar a quien todavía no tiene claro si irá a votar el día 28.

Chivite, por ejemplo, insiste en que su objetivo es ser primera fuerza en Navarra. Algo que según las encuestas parece lejano, pero que reiteran los socialistas en un intento de aglutinar el voto y esquivar algunas de las preguntas incómodas a las que van a tener que responder en esta campaña. Fundamentalmente la que se refiere a los ayuntamientos donde la alternativa a la derecha pasa por la alcaldía de alguno de sus socios de Gobierno. Chivite ya ha dejado claro que EH Bildu no entrará en un Gobierno bajo su presidencia, y que buscarán asumir las principales alcaldías con el mismo modelo de pacto en el Ejecutivo foral.

Otra cosa es que les den los números. Porque en esta partida juegan otros y las encuestas les sitúan en buena posición. Es el caso de Geroa Bai, que sale a esta carrera a disputar la presidencia del Gobierno y, en su caso, buscar un reequilibrio de fuerzas en el Ejecutivo foral con más peso del que han tenido estos últimos cuatro años. Y en el que espera entrar Contigo Navarra, que exhibe la unidad de la nueva coalición como argumento para recuperar a los votantes de 2015 desencantados.

EH Bildu por su parte defiende que su papel será garantizar que la derecha no vuelve al poder en Navarra. Lo hizo con el respaldo de su coordinador general, Arnaldo Otegi, que reiteró que si de ellos depende ni UPN y ni el PP llegarán al Gobierno. Una posición clara que desvinculan de posibles pactos y que, por ahora, dejan para después de las elecciones del 28 de mayo.

Es el marco general de una campaña que arranca con el cisma en la derecha como otro eje del debate. Sin Navarra Suma y con Ciudadanos fuera de combate, UPN apela ya al voto útil para evitar la fuga de simpatizantes al PP, mientras que los populares se muestran como la derecha auténtica ante la posible tentación regionalista de buscar acuerdos con los socialistas. Y, entre unos y otros, queda Vox, que sin estructura, sin mensaje y con poca presencia mediática amenaza con entrar sigilosamente en elParlamento. El CIS le otorga entre dos y tres escaños.