La entrevista se realizó unos días antes del comienzo de la polémica con las listas de EH Bildu, con el trasfondo de su expulsión de UPN y el problema de la seguridad ciudadana como bandera

Los partidos han presentado unos candidatos de altura a la Alcaldía de Pamplona. Además de un diputado como usted, hay un senador, una exconsejera y portavoz y una parlamentaria foral.

–Por lo menos conocidos (se ríe). En general somos gente que llevamos tiempo en política, con una experiencia y en la mayor parte somos conocidos por la sociedad.

Ya ha tenido ocasión de coincidir con ellos en varios debates. ¿Qué tal ha visto a sus rivales?

–Han estado bien.

¿La candidata de UPN, Cristina Ibarrola, también?

–Nos conocemos bien, sin más.

¿Le resulta complicado competir con personas que han sido compañeras y compañeros de formación hasta no hace mucho tiempo?

–Eso siempre es complicado, pero tampoco le doy muchas vueltas. Ya estamos metidos en campaña, pero ha sido difícil porque se han dicho cosas que no esperaba de ciertas personas.

Enrique Maya ha dado por hecho de que si con el PP suman 14, que es la mayoría absoluta, habrá acuerdo e Ibarrola será alcaldesa. ¿Usted lo tiene tan claro?

–Bueno, ya lo dije antes que Maya y lo digo ahora. Desde luego que nuestros votos, si la lista de UPN tiene un voto más, la apoyarán. Lo que no sabemos es si al revés será así.

Visto desde fuera, resulta sorprendente que hayan acabado así, tal y como se había desarrollado la legislatura hasta no hace mucho.

–Es extraño porque a nadie se le ocurre en estos momentos romper el centro-derecha. Fue una decisión que tomaron y lógicamente lo que ha hecho es que las otras formaciones se presenten a las elecciones. Hubo un momento en que parecía que rompían el centro-derecha y además pretendían que el Partido Popular y Ciudadanos no se presentaran a las elecciones, lo que ya sería el colmo claro.

¿Cree que usted tuvo algo que ver en esta ruptura? Se lo pregunto por aquella célebre votación en el Congreso. Su cambio de voto, y el de Sergio Sayas, no valió para tumbar la reforma laboral, por el posterior error de un diputado del PP en la votación, pero tensó al máximo el acuerdo que mantenían.

–No.

Es comprensible que en la dirección regionalista estuvieran tan enfadados con usted. Algunos, como el alcalde Maya, le pusieron verde.

–No quiero entrar en eso, en lo que ha dicho uno u otro. En este año y medio nos han dicho de todo, han utilizado más el insulto que cualquier argumento político, aunque no hemos respondido.

Es que se mire como se mire lo que hicieron fue una jugarreta, por decirlo de una manera suave.

–Fue algo diferente, pues sí. Ya lo explicamos en su día.

Le hizo muy famoso, porque el episodio tuvo una repercusión a nivel nacional.

–Sí, pero al final lo que resulta evidente, que es la idea de este caso, es que nosotros entendíamos que con el sanchismo no se podía pactar ni llegar a acuerdos. Ahí estuvo la discrepancia. Por eso me parece exagerada la respuesta: expulsarnos del partido. Somos el único caso en la democracia en España en 40 años en que alguien es expulsado del partido por votar diferente.

Hombre, por votar diferente y por ocultarlo. Se ha dicho que ahí empezó a tejerse su paso a las filas populares.

–Sin hacer grandes parrafadas te puedo decir que no he tenido ninguna necesidad de llegar a ningún tipo de acuerdo con el Partido Popular de nada. Vivía mucho más cómodo y si alguien lo piensa con un poco de sentido común sabe que si yo entonces voto lo que me dicen y hago en todo momento lo que me dicen, lo normal es que en la siguiente legislatura seguiría de diputado. ¿Por qué me iban a mover? Pero si es que yo me he complicado la vida votando así. Quien no entienda que al hacer eso nos complicábamos la vida no sabe cómo funciona la política. Es de cajón. Con eso no he ganado nada, más que complicarme la vida.

“A nadie deseo encontrar a tu hijo tirado en el suelo, lleno de sangre, con la cara rota y sin poder abrir un ojo; fue violencia gratuita”

¿Cuándo le propusieron liderar la candidatura del PP en Pamplona?

–Dos días antes del anuncio oficial.

¿Quién se lo dijo?

–Varias personas.

¿Feijóo fue una de ellas?

–No.

¿Se lo pensó mucho?

–Esos dos días, tiempo suficiente para valorar las cosas con la familia.

¿Qué aspectos veía a favor y en contra?

–Más que cosas a favor o en contra se trataba, en primer lugar, de acoger el reto con ganas e ilusión y asumirlo. No me lo había planteado, no voy a engañar a nadie. Me dijeron que les gustaría como candidato, me parecía un reto interesante, me apetecía y acepté.

¿Cómo ha ido su curso acelerado de municipalismo?

–Aunque fui concejal hace años, no estoy al día del funcionamiento del Ayuntamiento, pero lo que es conocimiento de esta ciudad por supuesto que sí. Sé perfectamente lo que veo y lo que demanda la gente.

¿Cambiar el Congreso de los Diputados por el Ayuntamiento de Pamplona se puede parecer, si me permite el símil deportivo, a un descenso de categoría?

–Es diferente, pero sigo en los dos sitios. De momento no bajo a ningún lado y son cargos compatibles.

Al menos hasta las elecciones generales que se celebrarán a finales de año, ¿y luego?

–Los planes, visto lo visto, los hago día a día. Es que en un año y medio la vida me ha cambiado totalmente. Y además he aprendido que tienes que tener mucho cuidado con lo que dices. Lo digo porque ha habido gente que me ha recordado que dije que yo no iría en una lista del PP. ¡Sí claro, pero también dije que no me iban a expulsar y mira! A día de hoy, si me eligen, estaré en el Ayuntamiento y en el Congreso mientras dure la legislatura.

En el caso de que resulte elegido, ¿permanecerá los 4 años como concejal de Pamplona?

–Mi idea es esta, sí, sí.

El voto conservador va a estar muy cotizado en estos comicios, dado el número de candidaturas que se presentan. Habrá que afinar mucho con los mensajes a su electorado.

“Todo el que ha dicho que iba a concurrir en las listas del PP ha sufrido una campaña de desprestigio por parte de algunos”

–Va a ser una campaña muy reñida, porque hay una bolsa de votantes que tradicionalmente vota al centro-derecha que tiene varias opciones para elegir y nosotros aspiramos que nos elijan como marca importante.

Si no consiguieron juntos la mayoría absoluta hace 4 años no parece muy lógico pensar que lo lograrán ahora por separado.

–Pues habrá que esforzarse. Cuando UPN rompió el acuerdo dijo que así se sacaban más votos. Habrá que trabajar para ello, porque si no...

Algo así hizo la izquierda hace 4 años, cuando cada formación se presentó por su lado, y mira cómo les fue.

–Desde luego que la gente no quería que habría ruptura, pero ahora ya estamos donde estamos y lo que tenemos que hacer es convencer al mayor número de personas para que nos voten.

¿Tienen algún dato sobre el respaldo que pueden tener en Pamplona?

–Encuesta propia no tenemos. Conocemos las predicciones que hay por ahí, pero la encuesta más fiable es lo que vemos en la calle. Desde luego he notado el aprecio de mucha gente y estoy con mucha ilusión. Me para mucha gente por la calle, porque al final soy una cara conocida, para contarme los problemas de un sitio o sus impresiones sobre cuestiones de la ciudad.

Si UPN y PP no llegan a 14 representantes electos, ¿cree que Joseba Asiron podría ser alcalde por segunda vez?

–Creo que será el sanchismo, no se quién, pero estoy seguro de que habrá un acuerdo en ese lado. Esto es una cuestión de bloques, otra cosa es donde se sitúe cada uno. Aquí tenemos al sanchismo por un lado y la alternativa en la que estamos nosotros por el otro. Va a gobernar un bloque, eso lo tengo clarísimo, y va a ver acuerdos.

¿Le da alguna opción a la candidata socialista Elma Saiz?

–No lo sé, pero como digo: o es un gobierno no sanchista, por decirlo así, o es sanchista. No veo otra opción.

¿Fue el PP a buscar a María García-Barberena y Fermín Alonso o fueron ellos los que llamaron a su puerta?

–No fuimos a buscar a nadie, fue fruto de las conversaciones que mantuvimos y de ver el proyecto que queríamos poner en marcha. Por eso decidieron venirse con nosotros. No fuimos a pescar, fue algo mutuo.

Los dos fueron cesados y expulsados del grupo municipal de Navarra Suma tras anunciar que se pasaban al PP.

–Ellos se portaron con una lealtad tremenda hasta el último segundo, haciendo la labor que tenían encomendada y muy bien hecha por cierto. Creo que no se les ha respondido como se merecían.

¿Puede ser que ambos decidieran pasarse al PP al ver que UPN no contaba con ellos?

–No. De hecho dieron el paso antes porque las listas de UPN no estaban todavía, entre otras cosas. Si argumentan eso es porque intenten desprestigiarles. Nosotros ya lo hemos vivido y todo el que ha dicho que iba a concurrir en las listas del PP ha sufrido una campaña de desprestigio por parte de algunos.

García-Barberena va de número 3 y tiene alguna opción de salir elegida, pero Alonso no tantas desde el quinto puesto de la lista.

–Es que cuando se hacen las listas se llega rápido al número 5. Lo que sí agradezco a Fermín es que ponga su experiencia al servicio de la candidatura, porque es verdad que ha sido uno los concejales que más ha trabajado y que ha cargado con muchas de las actuaciones que se han hecho.

En la lista también está Carmen Alba, que ha estado 4 años en el equipo de Gobierno de Navarra Suma, ¿qué le ha contado de la legislatura?

–Cuando no se tiene mayoría absoluta hay proyectos que se quedan por el camino, por eso ha sido complicado, porque no se ha podido rentabilizar todo el programa.

La reforma del paseo de Sarasate es uno de esos proyectos que se han quedado por el camino, pero el problema fue la imposibilidad para consensuar un proyecto.

–Ahí hay que actuar sí o sí. Lo que me parece alucinante es que un paseo situado en pleno centro de Pamplona, a unos pocos metros de la Plaza del Castillo, dé esa sensación de apagado. Se ve en las bajeras y en los negocios. Por el sitio donde está tendría que tener mucha más vida.

El alcalde aludió el otro día a la seguridad ciudadana como el principal problema de Pamplona. Su hijo sufrió una agresión en la Vuelta del Castillo que trascendió públicamente, y en primer lugar quiero preguntarle por su estado de salud.

–Se encuentra bien, gracias a Dios está bien.

¿También piensa como Maya que hay un problema de seguridad en Pamplona?

–Sí, sí, sí, pero no solo por lo que pasó. Cuando me refiero al problema de seguridad hablo de otro nivel. Por un lado están los robos con violencia o las agresiones, pero también se dan casos, y cada vez estamos conociendo más, de chavales de 12 ó 13 años que a las siete de la tarde les roban las zapatillas o les roban 2 euros. Ya sé que sólo son 2 euros, pero para ese chaval y para sus padres esto genera una sensación de inseguridad muy importante.

¿Cree que hay tantos episodios de este tipo?

–Están ocurriendo, por mucho que queramos mirar hacia otro lado y por mucho que salga alguien a decir que han bajado los delitos. Aquello ya pasó, pero a nadie deseo (carraspea, con emoción contenida) encontrar a tu hijo tirado en el suelo, lleno de sangre, con la cara rota y sin poder abrir un ojo. Alguien puede decir que como me pasó a mí, pero lo que no quiero es que eso le pase a nadie más. No hubo robo, no hubo nada más, fue violencia gratuita. (Se toma unos segundos). Es que es una pasada. Es violencia gratuita porque para ellos es como un juego, pegar al próximo que pase. Eran las 10 de la noche y en un sitio céntrico, no es que fueran las 5 de la mañana ni en una bronca al salir de una discoteca. A mí me parece que sí hay un problema de seguridad.

Pero de ahí a vincular a los menas con la delincuencia, como hizo el alcalde Maya al referirse a la agresión a su hijo, va un paso.

–Yo no lo hice, pero hay una cosa clara: hay gente buena y mala en todos los sitios. No me gusta generalizar. En este caso, aunque no les detuvieron, por varias cosas se puede llegar a la conclusión de que eran menores, o mayores porque no sabes qué edades tenían. Creo que la Administración tiene que responsabilizarse más de las personas que tiene a su cargo. Lo que no puede ser es que no pase nada, alguien se tendrá que responsabilizar por lo que hagan como nos responsabilizamos los demás. Y si la Administración no lo puede asumir que lo diga, porque no es lo mismo la situación que había antes, cuando había 10, 15 ó 40 chavales, que si tienes 400.

Carlos García-Adanero, en el kiosko de la Plaza del Castillo. Iban Aguinaga

Le recuerdo que las declaraciones de Maya sobre las menas le costaron una reprobación en el Pleno municipal, que coincidió precisamente con la votación en el Congreso donde usted fue protagonista. Los socialistas, que inicialmente no iban a reprobarle, cambiaron al ver lo que había sucedido en Madrid.

–No fue precisamente así, pero en este caso concreto es que son los datos, quienes están cometiendo una serie de delitos y qué nacionalidad tenían. No es vincular nada.

Si Pamplona es una ciudad tan insegura qué dirán de otras.

–El problema de la seguridad es generalizado. Igual en datos estamos mejor que en otros lugares, pero eso no me vale, como no me vale que como en otras ciudades están peor aquí no hagamos nada. Y hay otra cosa, porque hay muchos delitos que no se denuncian, como los pequeños robos o peleas que no llegan a más. Si te meten un navajazo es diferente, pero es que lo uno acaba en lo otro. Es cuestión de tiempo. Creo que hay un problema de seguridad y no aspiro que todo el mundo me dé la razón.

Sanfermines y monumento a los Caídos

¿Qué le parecieron las barras que se instalaron en la Plaza del Castillo durante los pasados Sanfermines?

–Creo que no fueron acertadas. No estuve mucho por la Plaza del Castillo, pero creo que estaba mejor antes, las cosas como son. Me encantaban las verbenas en la Plaza del Castillo.

¿Y el concurso de hípica que se organizó en la Ciudadela?

–No me pareció mal, creo que tuvo éxito y que tuvo su público.

¿Se ve ya como concejal, con el traje de gala, en la procesión del 7 de julio?

–Ahora no me veo, cada cosa a su tiempo. Se me hará raro porque toda la vida he estado en la calle, pero ya te contaré la experiencia cuando llegue.

¿Ha vivido en alguna ocasión el Chupinazo desde el edificio consistorial?

–Una vez. Para verlo un día está muy bien, pero yo me lo paso muy bien con mi gente en la calle, como todos los pamploneses. No es lo que más me entusiasma estar como concejal en el Chupinazo.

¿Qué hacemos con el monumento a los Caídos?

–Desde luego soy partidario de mantener el monumento, pero habría que buscar una comunicación con Lezkairu, que no dé la sensación de barrera.No soy un experto, pero hay fórmulas para que haya una continuidad.

¿Y con el edificio franquista?

–Habría que mirar qué opciones se pueden hacer. No soy partidario de tirarlo, desde luego.