Con este lema que Garcés de los Fayos Ikastola de Tafalla eligió para trasladar su mensaje en la celebración del Nafarroa Oinez 2022, han recorrido los puntos cardinales de Navarra gracias a la labor divulgativa de los medios de comunicación, que se han hecho eco de las diferentes y variadas actividades que durante los últimos meses han organizado desde el centro escolar de la Merindad de Tafalla. Eventos, entre los que tenemos que destacar la anual exposición de arte en la que tomaron parte 86 artistas de reconocido prestigio, que contó con la participación de un total de 12 artistas de la zona, y en la que fue homenajeado el tafallés Javier Esquiroz; o la entrega de los premios literarios JUUL; o el txoko sanferminero... Y gracias también –y debemos reseñarlo con letras mayúsculas– al trabajo voluntario y desinteresado de quienes han tomado parte en la tienda itinerante que año tras año recorre nuestra geografía para hacer llegar allá a donde van el mensaje anual de las ikastolas en favor del euskera: una sudadera, una camiseta… en pro de nuestra milenaria lengua.
Hermoso lema el de esta edición, sin duda alguna, pues nos conecta con la tierra, con la labor de la siembra y con la vida latente que contiene cada semilla por pequeña que ésta sea. Y hermoso logo también el que le acompaña: una bellota, fruto del bosque que con gran esfuerzo creó esta ikastola en 2011, gracias a la iniciativa Oinez Basoa. Hace más de tres décadas que se celebró la primera fiesta de las ikastolas en favor del euskera en Navarra: el Nafarroa Oinez. En coherencia con nuestra filosofía de sostenibilidad hace ya varios años, analizado el impacto medioambiental que producía dicha celebración, se consideró fundamental planificar la protección del territorio. Con el objetivo de minimizar la posible huella ecológica de la fiesta, entre otra serie de acciones, desde 2008 llevamos a cabo este proyecto Oinez Basoa que fomenta la recuperación de los bosques y la plantación de árboles en lugares señalados cada año.
Vivimos tiempos en los que se ensalza con gran naturalidad la incultura. Vivimos tiempos en los que se menosprecia, o directamente se desprecia, lo que se desconoce; tiempos en los que se elogia el analfabetismo en una de las lenguas propias de Navarra; tiempos en lo que machaconamente se habla de imposición del euskera…
Las ikastolas seguimos defendiendo lo que la Carta Europea de las Lenguas Minoritarias explicita en su articulado “el reconocimiento de las lenguas regionales o minoritarias como expresión de riqueza cultural”; que exige “el respeto del área geográfica de cada lengua minoritaria, actuando de tal suerte que las divisiones administrativas ya existentes o nuevas no sean un obstáculo para el fomento de dicha lengua regional o minoritaria”; que solicita expresamente “la necesidad de una acción resuelta de fomento de las lenguas regionales o minoritarias, con el fin de salvaguardarlas”. Además de requerir “la provisión de formas y medios adecuados para la enseñanza y el estudio de las lenguas minoritarias en todos los niveles apropiados, así como la provisión de medios que permitan aprender una lengua regional o minoritaria a los no hablantes que residan en el área”.
Nos vemos obligados a seguir recordando a legisladores/as y políticos/as, curiosamente firmantes de la misma; aquello de que “las partes se comprometen a eliminar, si aún no lo han hecho, toda distinción, exclusión, restricción o preferencia injustificadas con respecto a la utilización de una lengua regional o minoritaria cuyo objetivo sea desalentar o poner en peligro el mantenimiento o el desarrollo de la misma. La adopción de medidas especiales en favor de las lenguas regionales o minoritarias, destinadas a promover una igualdad entre los hablantes de dichas lenguas y el resto de la población y orientadas a tener en cuenta sus situaciones peculiares, no se considerará un acto de discriminación con los hablantes de las lenguas más extendidas”.
Y aquello otro que señala que “las partes se comprometen a fomentar, por medio de medidas apropiadas, la comprensión mutua entre todos los grupos lingüísticos del país, actuando concretamente de suerte que el respeto, la comprensión y la tolerancia hacia las lenguas regionales o minoritarias figuren entre los objetivos de la educación y de la formación impartida en el país, y estimulando a los medios de comunicación social a perseguir el mismo objetivo.”
Estamos lejos de la consecución de esas metas, y por ello las ikastolas, en el marco del Nafarroa Oinez, seguimos firmando el documento Txikiak Handi e invitando a hacerlo a hablantes de lenguas en situación minoritaria, como la nuestra, provenientes de los más variados rincones del mundo.
El motivo que da origen y su posterior desarrollo al movimiento de las ikastolas es la crisis que el euskera y la cultura vasca viven desde mediados del siglo XX. Grupos de padres y madres de los diferentes territorios de Euskal Herria impulsan desde los años 60, una educación enraizada en la cultura vasco-hablante, intentando remediar esa crisis no abordada por los sectores públicos. Desde el comienzo, las Ikastolas se caracterizan por una nueva manera de concebir la educación, utilizando el euskara como lengua vehicular, el plurilingüismo y trabajando por y para la cultura vasca, sin olvidar la interculturalidad.
Erdian Erein
Sembremos las semillas del euskera en nuestros ámbitos personales, sociales, laborales Vivamos en euskera.
BIZI DEZAGUN NAFARROA OINEZ! l
*La autora es presidenta de la Federación Navarra de Ikastolas