Fundación Laboral de la Construcción lleva desde 1994 trabajando para facilitar a empresas y trabajadores/as los recursos que hagan posible un sector más profesional, seguro, capacitado y con futuro. Emilio Lezana, gerente de la Fundación, analiza las oportunidades de desarrollo que generará la industrialización, así como los principales retos a los que se enfrenta.

¿Qué fortalezas y oportunidades de desarrollo y crecimiento genera la industrialización de la construcción?

- La industrialización genera estabilidad en el empleo, innovación y rentabilidad. Además, está alineada con la sostenibilidad, lo que hace que se originen menos residuos, se consuman menos materias primas y se reduzca la huella medioambiental. La industrialización también trae consigo la aparición de nuevas oportunidades de negocio, nuevos perfiles profesionales cualificados, mejora de las condiciones laborales, mejora de la calidad y los procesos productivos.

¿Por qué apostar por la construcción industrializada?

- Lo importante no es justificar el por qué, sino justificar que es el momento adecuado para el cambio.

Las puertas deben estar abiertas a la industrialización, principalmente, por cuestiones de sostenibilidad, económicas y sociales. Sostenibles porque la construcción supone el 40% del consumo total de energía, el 35% de emisiones de efecto invernadero, 1/3 del consumo de agua y 1/3 de los residuos generados. Económicas porque se producirá una mayor rentabilidad en todo el ciclo de vida de cualquier construcción. Y, en cuestiones sociales, porque se estabilizará el empleo y se crearán nuevos puestos de trabajo más cualificados.

La inserción laboral de mujeres y jóvenes también aumentará y es algo muy positivo.

¿Navarra está preparada para la transformación del sector?

- Creo que sí. La transformación del modelo supone un cambio de paradigma en el que es muy difícil valorar cómo, dónde y cuándo se va a producir. El marco normativo sobre sostenibilidad, las herramientas y el convencimiento sectorial para el cambio de modelo ya lo tenemos, sólo nos falta organizarnos con una visión holística que abarque la economía circular, temas formativos en las cadenas de valor sobre todos los escenarios en los que se construye (edificación, obra civil, mantenimiento...), pasando por la investigación, análisis de rentabilidad e innovación.

La Comunidad Foral ha demostrado una gran capacidad para innovar en cuestiones relacionadas con la industrialización. Por ejemplo, todo lo que se ha realizado en el marco de la Fundación, de la mano de la patronal y sindicatos de la Construcción de Navarra. Proyectos como INFOMAT, PIRENO, NOVACONS, RCdiGREEN, el plan estratégico de la Industria de la Construcción, o la estrategia para la cualificación avanzada de la mano de obra, entre otros tantos.

Asimismo, hay empresas que ya están en la cresta de la ola de la industrialización con propuestas punteras en todos los niveles. Son un ejemplo a seguir para el resto y tienen que convertirse en empresas tractoras. El Centro Nacional de la Industrialización de la Construcción es una oportunidad inmensa que Navarra debe aprovechar.

¿Los profesionales del sector están listos para este cambio de paradigma?

- Ahora mismo no, pero tenemos los mimbres. Quizás el mayor problema es que no van a haber suficientes profesionales cuando se necesiten. Es imprescindible que estos expertos tengan una mentalidad digital, que adquieran varias competencias transversales, cada uno en su ámbito de actuación, porque el hilo conductor entre todos ellos va a ser el de las competencias digitales. De la misma manera, deberán aprender los nuevos modos de colaborar y relacionarse, con unas reglas del juego que no serán nuevas, pero sí en otro contexto. La gestión de equipos va a ser fundamental.

Desde el ámbito formativo, ¿cómo se enseña a los nuevos profesionales en esta materia?

- La formación va a ser necesaria en todas las etapas del ciclo de vida de cualquier construcción porque van a estar técnicamente relacionadas de uno u otro modo y, también, en todas las cadenas de valor.

Van a surgir nuevas necesidades y perfiles profesionales a los que la formación se adaptará. Tenemos que tener en cuenta un marco nuevo interesantísimo, la nueva Ley de Ordenación e Integración de la Formación Profesional, que debe contribuir a la capacitación en tiempo y forma de los futuros trabajadores en las cuestiones que necesiten las empresas.

Según datos de la EPA, el 8,4% de los trabajadores del sector son mujeres. ¿La industrialización permitirá su integración?

- Por supuesto. El ejemplo lo tenemos en otros sectores que tienen sistemas de producción parecidos a los que va a tener la construcción industrializada, donde la mujer está perfectamente integrada.

La mujer trabajará en las plantas industriales de producción o logística, con todos los avances de los procesos industriales actuales como la industria 4.0, y en el de las obras, en labores de ensamblaje, logística o planificación. El trabajo va a ser menos duro físicamente, las situaciones de riesgo disminuirán y los horarios permitirán la conciliación familiar.

¿El Centro Nacional de la Industrialización de la Construcción va a favorecer la formación de los profesionales en la Comunidad?

- Si este centro tiene una visión holística, integral e integradora, creo que puede realizar una gran labor siendo el nexo de unión entre todas las instituciones que nos dedicamos a formar a los profesionales del sector. Podrá elaborar estudios de necesidades, crear distintos clústeres... para dar una respuesta rápida en todos los ámbitos.