En el corazón de la Ribera Navarra, Bardenas Reales se presenta como un paisaje único que atrae, cada vez con más fuerza, a turistas de todas partes del mundo. Desde su singularidad geográfica hasta su creciente popularidad, esta vasta extensión de tierra, semidesértica, se ha convertido en un icono de la oferta turística de Navarra. La primera mesa del encuentro organizado por Foro Hiria abordó, de manera profunda los retos y oportunidades que presenta este fenómeno, cuyas consecuencias van más allá del simple aumento de visitantes.

José María Agramonte, presidente de la Comunidad de Bardenas, inició el debate bajo el título de “Las instituciones en la estrategia turística” con una reflexión sobre el impacto transformador de Bardenas. “La imagen de Bardenas ya no es la que teníamos antes, asociada a usos tradicionales como la ganadería. Hoy, representa la modernidad, una imagen que atrae cada vez más turistas, especialmente después de la pandemia”, señaló. Con el aumento de la afluencia, también surge un desafío: cómo gestionar el flujo de visitantes sin comprometer la esencia del lugar. “Estamos viendo que la presión física para distribuir el torrente de turistas está creciendo”, reconoció, sugiriendo la necesidad urgente de adaptar la infraestructura del parque natural para atender la demanda.

Ana Rivas, directora de Turismo de Gobierno de Navarra, resaltó el valor de Bardenas no solo como un atractivo local, sino como un potente recurso para Navarra, tanto a nivel nacional como internacional. “Bardenas se ha consolidado como un icono dentro de la oferta turística de Navarra, una referencia que está presente en campañas promocionales en países como Francia, Inglaterra y a nivel nacional, desde Madrid hasta la Comunidad Valenciana”, explicó. Más allá de la notoriedad, añadió, es esencial mirar el impacto económico que genera: “Los turistas que visitan Bardenas no solo dejan su huella en el parque, sino que el gasto se distribuye a lo largo de toda la comunidad, beneficiando a comercios, alojamientos y transportes. En 2023, el gasto directo en Navarra superó los 600 millones de euros. En 2024, en lo que va de año, hemos superado en 70 millones esa cifra”.

El turismo sostenible se presentó como la vía más adecuada para el desarrollo sostenible de Bardenas. “El turismo de naturaleza, que promueve el respeto por el medioambiente, es el modelo que queremos fomentar”, expresó Rivas. Y a pesar del interés por cuantificar la afluencia, la clave no está en los números, sino en el perfil de los visitantes y el tipo de experiencia que buscan. “Nos interesa saber qué hacen los turistas, cuánto tiempo permanecen en la región o cómo se distribuye su gasto. Ese es el verdadero impacto”. Con una estacionalidad media y turistas de poder adquisitivo medio-alto, el destino se perfila como una oportunidad única para el crecimiento económico de la Ribera. “Es un momento excelente para la inversión, un caldo de cultivo perfecto para el desarrollo económico y social”, puntualizó Rivas.

Sergio Villava, consultor de proyectos estratégicos, subrayó la necesidad de una estrategia integral para asegurar que Bardenas no se convierta solo en un destino turístico, sino también en un motor económico para la zona. “Es fundamental que Bardenas impulse también a las localidades congozantes y a toda la Ribera. El turismo tiene que generar empleo, riqueza y cohesión social”, explicó. A pesar de la presión de la demanda, destacó que la clave no es la masificación, sino la calidad de la oferta. “El perfil del turista que atrae Bardenas es un turista que gasta, lo que se traduce en estancias más largas y mayor impacto económico. Tenemos que regular la cantidad de visitantes, pero no permitir que se convierta en un destino saturado”, afirmó Villava.

Uno de los temas recurrentes en la mesa fue la necesidad de mejorar la infraestructura y la accesibilidad a Bardenas. José María Agramonte mencionó las mejoras en el acceso y los aparcamientos, elementos claves para regular el flujo de turistas y garantizar una experiencia cómoda y segura. “El 65% de los visitantes vienen de Francia, y en su mayoría son turistas que buscan naturaleza, aventura y un paisaje singular. Hay que ordenar ese tráfico dentro del parque y fomentar el conocimiento de otras zonas cercanas”, propuso, recordando la importancia de trabajar en la señalización y la infraestructura para que el recorrido por Bardenas sea claro y accesible.

En el futuro, se prevé un desarrollo aún mayor, con proyectos como la mejora del Centro de Información y Acogida de Visitantes de Aguilares, considerado el centro neurálgico de las visitas. Esta inversión en infraestructura también pretende aliviar la presión sobre las zonas más visitadas, como el icónico Castildetierra, y promover la distribución equitativa del turismo por todo el parque.

Al cierre de la mesa, se destacó la importancia de las instituciones para fomentar una estrategia regional que permita que todos los municipios cercanos a Bardenas se beneficien de este auge turístico. “La Bardena Blanca es un imán que atrae a miles de turistas, pero el impacto económico debe extenderse más allá de la Ribera. No se trata de rivalizar entre zonas, sino de aprender a dirigir al turista a descubrir más de Navarra, sus pueblos y su riqueza cultural”, concluyó Villava.

El reto, como se concluyó en esta primera mesa, es claro: Bardenas tiene un futuro brillante como motor turístico, pero requiere una planificación cuidadosa, sostenible y colaborativa para asegurar que este crecimiento beneficie tanto al medioambiente como a la economía local. Es el momento de trabajar conjuntamente para que Bardenas no sea solo un lugar de paso, sino un referente global en turismo sostenible.