El PNV ha respondido a las declaraciones de Santos Cerdán en el Tribunal Supremo en las que ha asegurado que el empresario Antxon Alonso, también investigado en la causa sobre presuntas mordidas y adjudicaciones irregulares, fue quien le puso en relación con el partido vasco para armar la moción de censura que hizo presidente a Pedro Sánchez.
En un comunicado, la formación jeltzale niega cualquier vinculación con el denominado "caso Cerdán-Ábalos-Koldo" y acusa al ex número tres del PSOE de “mentir” en su declaración de este lunes ante el juez Leopoldo Puente.
El PNV explica que en los días previos a la moción de censura contra Mariano Rajoy en 2018, se celebró una única reunión con representantes del PSOE, en concreto con el exministro José Luis Ábalos y el propio Santos Cerdán a petición de estos últimos.
El encuentro tuvo lugar en Madrid y, en nombre del PNV, acudieron Joseba Aurrekoetxea, entonces burukide responsable de Organización, y Aitor Esteban, portavoz del Grupo Vasco en el Congreso, con el "único objetivo" de escuchar la propuesta socialista.
Decisión "soberana"
La decisión de apoyar la moción de censura fue tomada de forma “soberana” por el Euzkadi Buru Batzar (EBB), reunido en Gasteiz el 31 de mayo de 2018. Según el PNV, la resolución se adoptó "tras valorar la situación en la que se encontraba el Partido Popular, que había perdido ya la mayoría de la que gozaba, por considerar grave la sentencia del caso Gürtel e inadmisible la ausencia de asunción de responsabilidades políticas por parte del PP".
A juicio de los jeltzales, es “ridículo” que se sugiera que Antxón Alonso, quien ni siquiera está afiliada a la formación, pudiera influir en aquella decisión estratégica. En este sentido, afirma que la estrategia de defensa de Cerdán ante el Supremo “se basa en la mentira”, especialmente al señalar que su relación con Alonso fue determinante para obtener el apoyo del PNV a la moción.
Finalmente, el PNV rechaza “de forma tajante” los intentos de vincularle con el "caso Cerdán-Ábalos-Koldo" y considera que este tipo de maniobras, "ajenas a nuestra cultura política y a nuestros valores, no solo perjudican el prestigio de las instituciones, sino que alimentan la desafección ciudadana y el descrédito de la política, debilitando así los pilares de la democracia que defendemos".