La de mañana será la primera actuación de María Toledo (Toledo, 1983) en el festival Flamenco On Fire. “Sólo lo he visto por la televisión y me parece increíble la que se lía en Navarra”, cuenta antes de su cita en el Teatro Gayarre, donde presentará Ranchera flamenca, un espectáculo que une el flamenco con la música mexicana. Y antes de viajar a Pamplona, la cinco veces nominada al Grammy Latino se sorprende al saber que aterrizará en una tierra que precisamente tiene mucha querencia por las rancheras: “Esto es un hallazgo”. 

Mañana debutará en el Flamenco On Fire y lo hará presentando Ranchera flamenca, un disco en el que versiona un repertorio ranchero incorporándole el compás de diferentes palos flamencos como sevillanas, seguirillas, rumbas, bulerías…

¿Cómo surgió el proyecto?

–Antiguamente algunas cantaoras de flamenco como La Niña de los Peines, Dolores de Córdoba, Adela La Chaqueta hicieron pinceladas en el mundo de la ranchera. Por ejemplo, cantaban alguna por bulerías... Pero yo sentía la necesidad de hacer un disco completo haciendo un recorrido por algunos de los palos del flamenco.

De alguna manera son dos géneros con ciertos puntos en común: el flamenco nació de la necesidad de un pueblo oprimido y las rancheras surgieron en los descansos que los campesinos mexicanos tenían trabajando en los ranchos... 

–Sí, tienen muchos. Por ejemplo, las letras de las rancheras son muy flamencas, muy pasionales y de dolor, de desamor... Pero no ha sido fácil y nos ha llevado mucho tiempo. En algunas canciones hemos modificado la melodía para poderlo cuadrar los ritmos, pero en la mayor parte de las rancheras hemos respetado la melodía típica de José Alfredo o Juan Gabriel, adaptándolo dentro de un patrón flamenco. 

Dentro de todo el largo proceso de creación del disco, ¿cuál ha sido el mayor reto de acercar la ranchera a los palos del flamenco?

–Sin duda, la sevillana. Meter el último trago por sevillanas es complicado. El reto también era sacar un disco completo donde no sólo fuesen tangos, sino que también hubiese ritmo de alegrías, de bulerías, de tanguillos... Que tuviese mucha diversidad rítmica. 

Una diversidad que ha tenido una gran acogida, ya que el disco vio la luz en julio de 2021 y se posicionó como número uno en la lista de ventas global de la plataforma de iTunes España. 

–No lo esperaba la verdad, nunca me había pasado. Me pasó con el single, que fuimos número 1 pero después también con el disco y una sorpresa muy grande, dándole las gracias a la vida y a la gente que me apoya. 

A la vista está, eso sí, si suma una nueva nominación al Grammy Latino, premios en los que ya ha estado nominada en cinco ocasiones... 

–Sí, el año pasado me nominaron con El rey, uno de los singles. A ver si este año tengo suerte, me nominan y cae algo, porque van ya cinco nominaciones. A ver si hay suerte y si no, la eterna nominada.

¿Esa conexión del flamenco con otras músicas –en este caso, rancheras– es uno de los sellos propios del género, siempre en constante evolución a lo largo de su historia? 

–Sí, el flamenco siempre se ha llevado muy bien con otras músicas, pero sí que es cierto que hay que hacer un estudio del flamenco y de la otra música que vas a mezclar. Por ejemplo, yo he mezclado música persa con flamenco y eso requiere estudiar las dos músicas el origen. Ahora corren tiempos de esplendor para el flamenco y para la fusión en sí.

Habla de estudiar y precisamente desde el festival destacan cómo usted combina las academias con vivencias. ¿El flamenco se siente, pero también se aprende?

–Si no estudias, es imposible. Hay un refrán en mi pueblo que dice: “fíate de la virgen y no corras”. Lo dicen en los encierros y os va bien en Pamplona (risas). Significa que te temples, que aquí igual uno no puede tirar de recursos y de talento innato... uno tiene que estudiar y formarse y si no estudias, se nota. Yo he estudiado y he vivido y la mezcla perfecta es la unión. Si tienes mucha academia y poca vivencia o al revés, se nota que falta algo.

En su carrera el piano ha sido también muy importante, hasta el punto de ser la primera mujer del flamenco que se acompaña a sí misma con este instrumento. ¿Qué es el piano para usted? 

–Ha sido mi gran salvador, mi aliado perfecto. El que un buen día me acompañó y no se ha ido ya nunca. Ha sido lo que ha hecho que me defina y que tenga un sello propio, el tener el piano. Nunca imaginé que esto me iba a suceder, lo juro, fue casual y nada preparado... Me vi en la primera portada de mi disco con el piano y ya nunca me he alejado de él. En todos los discos hay piano.

El piano será protagonista entonces en la cita del Teatro Gayarre, pero, ¿qué mas nos vamos a encontrar en este espectáculo de Ranchera flamenca en directo? 

–Nos lo hemos currado muchísimo. Voy con una formación amplia: llevo dos palmeros jerezanos maravillosos, de guitarrista a Antonio Sánchez, que es el sobrino de Paco de Lucía; a Manuel Machado, un trompetista cubano espectacular; hay unos efectos de teclados y sonoros con José María Cortina, que ha sido el creador de los nuevos sonidos flamencos... yo con el piano, claro.