pamplona. El Azkoyen vuelve a Tercera. Después de cuatro años en Preferente, el equipo ha reconducido su rumbo y, a pesar de haber estado a punto de desaparecer tras su paso por Segunda B, ha sabido salir del pozo y volver a Tercera de la mano de Iban Romo, con un equipo formado prácticamente en su totalidad por gente de casa.

Tres jornadas le han sobrado al equipo esta temporada para conseguir su objetivo. La pasada campaña terminó tercero. Su objetivo de este curso era abiertamente el ascenso. El domingo, en Fitero, logró el punto que confirmaba matemáticamente que la Preferente se le ha quedado pequeña. Peralta vuelve a la categoría que por población se merece.

Iban Romo tomó el testigo de un equipo que vivía momentos difíciles hace dos temporadas y, a base de trabajo, ha conseguido su objetivo. "Teníamos bastante ventaja con el segundo (12 puntos) y ya era difícil que no lográramos el ascenso. El tiempo no nos acompañó en Fitero, porque hizo una tarde de lluvia y barro que hasta agradecimos cuando nos metieron en la ducha, pero se logró el objetivo, que era lo importante. La temporada pasada estuvimos cerca y este año hemos sido muy regulares. Sólo hemos perdido dos partidos en toda la Liga y volvemos a Tercera con, excepto dos, jugadores de casa, la mayoría de Peralta y otros de pueblos de la zona como Funes, Marcilla y Milagro. Lo mejor fue que jugadores de la zona que habían estado jugando en otros equipos creyeron en la seriedad del proyecto y volvieron al Azkoyen", comenta el entrenador, Iban Romo, con experiencia en Tercera en los banquillos de Urroztarra, Huarte y Ardoi.

El equipo no mira todavía a la próxima temporada, en la que espera tener continuidad en su núcleo y en el banquillo. "Antes está la Copa. Tenemos un plantilla amplia y en nuestro ánimo está el seguir como hasta ahora y no dar la temporada por concluida. De momento hay que disfrutar y gestionar el tiempo, ya que hemos hecho los deberes a tiempo".

resurgir de las cenizas El club se congratula del ascenso después de reciente experiencia. Cuando en 2002 logró el hito de subir a Segunda B, vivió sus años dorados. Tres temporadas históricas en la categoría de bronce (2002-03, 2003-04 y 2005-06) coincidieron con el comienzo del declive. El ostentoso proyecto, que incluso llevó a cambiar el nombre del club de Azkoyen a Peralta, se fue desmoronando por la falta de respaldo económico. Tras el último deambular por Segunda B (2005-06), el descenso a Tercera fue el tobogán a Preferente. A punto estuvieron de tocar fondo en Primera Regional. De presupuestos de 600.000 euros se ha pasado a otros de 80.000. De 300 socios, a 50. En Tercera se espera enganchar de nuevo a 200.

Lograron la permanencia no sin problemas durante dos temporadas en Preferente y a partir de ahí empezó la remontada. "Hemos pasado años malos", reconoce el directivo Félix Lafuente, que forma parte de la directiva encabezada por el presidente, José Mari Pérez, Pochi. "Una junta gestora cogió el club cuando estaba atravesando problemas y ahora es muy importante volver a Tercera con gente de casa. Tenemos una buena hornada y la intención es no perder nunca más nuestra filosofía. Los chavales del juvenil vienen pegando fuerte y hay futuro para intentar mantenernos en Tercera", comenta Lafuente, que recuerda lo que ha sufrido el club. "Peralta, un pueblo de 5.000 habitantes, no puede sufragar un presupuesto de un equipo de Segunda División B. Disfrutamos de la experiencia mientras duró, pero a la larga esto hizo que el equipo estuviera a punto de desaparecer. El Ayuntamiento intervino y, junto a la colaboración de gente de Peralta, se formó una junta que ha trabajado duro, ha apostado por la gente de casa, ha acertado con el entrenador y se han vuelto a poner las bases para intentar mantenernos en Tercera".