PAMPLONA. ¿Por qué decidió viajar a Estados Unidos?
Me ofrecieron una beca y siempre había tenido la ilusión de salir a jugar fuera de España. Se me presentó la oportunidad de hacerlo en el Clemson Tigers, en Carolina del Sur, y no lo pensé. Realicé el papeleo en cuanto me lo dijeron y fue una experiencia muy enriquecedora.
¿Qué diferencias encuentra entre el fútbol femenino estadounidense y el español?
En Estados Unidos le dan más bola. Allí es mucho más importante estar en forma. El aspecto físico es esencial en el fútbol femenino estadounidense y, sin embargo, la técnica no se tiene tanto en cuenta. En general es un fútbol súper físico, como más de chicos, muy intenso.
¿Está más igualado el fútbol femenino con el masculino allí?
Sí. Incluso puede decirse que el fútbol femenino se sigue más. Las chicas mueven masas. Hay jugadoras muy reconocidas. Todo esto se comprobó con el seguimiento que se hizo en el país del Mundial de Alemania. En España no se ha escuchado apenas, solo se han podido encontrar pequeñas referencias en el periódico. El seguimiento que se hizo de esa cita en España y en el resto de países tuvo una diferencia abismal.
¿Qué factores determinan esa diferencia tan grande?
El deporte de allá no es tan sexista. Aquí no se le ha hecho mucho caso al fútbol femenino y en Estados Unidos las niñas, desde pequeñas, tienen campamentos de verano. Crecen con este deporte, es increíble. Estuve haciendo unos campus y, aunque a las niñas no les gustara o no supieran jugar, participaban. Las estadounidenses ven algo cool jugar al fútbol.
La repercusión del Mundial de Alemania ha mostrado el gran seguimiento de esta disciplina en muchos países. ¿Cree que en España los medios ayudan a que la gente se acerque a este deporte?
Los medios han hecho un seguimiento muy bueno en muchos países. Pero desgraciadamente no ha sido el caso de España. Para ver una noticia había que rebuscar en periódicos deportivos. España no ha participado en el Mundial pero aún así hay que apoyar el fútbol femenino.
¿Qué falta en la selección femenina española para no acudir a una cita de ese calibre?
Tenemos jugadoras que están despuntando. Incluso tres juegan en la liga profesional de Estados Unidos. Pero nos falta igualarnos a otros equipos nacionales como los que han destacado en este Mundial: Japón, Alemania o Francia. Son equipos con muchos recursos económicos que les ayudan a estar en lo más alto. La Federación les apoya muchísimo.
¿Cree que la selección femenina podrá igualar algún día los recientes éxitos de la masculina?
Hace cuatro años lo pensaba, porque el fútbol femenino iba para adelante. Pero ahora se está viviendo un estancamiento. Hay equipos que no pueden subsistir, mientras que otros derrochan dinero. Es una pena. Por eso va a ser difícil igualar esos éxitos.
Una vez vivida la experiencia estadounidense, ¿se plantea volver?
Sí, pero no para jugar. De hecho, me voy a retirar. Pero sí quiero volver porque ese país me encanta y me queda mucho por conocer. Quién sabe si trabajaré allí. No me cierro puertas.
¿Por qué se retira?
He pasado una etapa de mi vida increíble que me lo ha dado todo: amigos, experiencias, alegrías... incluso un Campeonato de Europa Sub´19. Pero he llegado a un momento en el que necesito otra cosa, empezar una nueva etapa. Tengo ganas de centrarme en mi trabajo y abrir otra fase en mi vida.
¿Quiere dejar un último mensaje?
Sí. Quiero dar las gracias a los equipos en los que he estado: Elarre, Lagunak, Estados Unidos, Rayo Vallecano y Torrejón. Me han aportado mucho, tanto personal como futbolísticamente. Me he sentido muy llena y feliz en todos ellos, desde el más humilde hasta con el que más éxitos he conseguido. También quiero expresar mi agradecimiento a mis entrenadores. Me siento inmensamente feliz con todo lo que he vivido con mis compañeras. Por eso, no puedo dejar el fútbol sin acordarme de ellas.