a siete exfutbolistas de Osasuna les une algo más que la pasión por el club rojillo. Tienen a sus hijos jugando en Tercera División.
javier e imanol vicuña
De portero a centrocampista
No salió guardameta como su padre, pero a Imanol Vicuña (13-5-1989) le apasiona el fútbol. Apenas recuerda las actuaciones de Javier (14-5-1955) en la portería, pero lo tiene presente como entrenador de porteros que es en Osasuna. Imanol le dejó lo de los guantes a su hermano y él juega en el centro del campo del Iruña. "Desde pequeño me encanta el fútbol. Mi padre se retiró cuando nací yo, así que no lo vi jugar, pero me hago a la idea de lo que vivió por las camisetas que guarda de casi todos los años que jugó, los recortes de periódico... Yo me acuerdo de que de pequeño, cuando veníamos de Añorbe a Sanfermines, la gente le paraba por la calle, pero yo no entendía por qué", comenta Imanol. Ahora habla de fútbol con él, "porque tengo al entrenador en casa. Estoy deseando volver a jugar para arrimar el hombro con el equipo porque llevo cuatro meses inactivo con una lesión de muñeca".
A Javier Vicuña le gusta ir a verle "siempre que los viajes con Osasuna me lo permiten, pero soy de los que me pongo en una esquina. Lo que le digo siempre es que disfrute con lo que hace, porque los que llegan son muy pocos. La gente se obsesiona demasiado. Con lo que más se sufre es con las lesiones".
txuma e íñigo rández
Tertulias de fútbol
Íñigo Rández (24-2-1988) juega en el Iruña siguiendo la afición al fútbol de su padre, Txuma (5-7-1959), delantero de Osasuna entre 1979 y 1983, que pasó a la historia por marcar el gol del ascenso a Primera División de Osasuna en Murcia. "Yo ya lo recuerdo en su etapa de entrenador, de ir con él y, mientras entrenaba, yo estaba jugando por ahí, siempre pegado a un balón", comenta Íñigo. Empezó como delantero en las categorías inferiores de Osasuna, "pero poco a poco he ido retrasando posiciones. Después de los partidos hablamos de fútbol largo y tendido, porque no se le escapa ni una". En casa se guardan los recortes y las fotos de la época: "Son bonitas, y ves que hoy en día a la gente no se le olvida el gol de Murcia, a pesar de que han pasado muchos años".
Txuma Rández es de los habituales en la grada "y ahora coincides con gente de tu tiempo viendo a los hijos. Lo importante es que ellos se desarrollen como personas y elijan su camino. En este caso se ha decantado por el fútbol, como podía ser por otra cosa".
santiago y ion esparza
Buenos recuerdos
Ion Esparza (7-6-1981) lleva ya dos años en el Iruña, equipo al que llegó procedente del Ardoi y del Urroztarra. Su padre, Santiago (25-7-1958), fue uno de los jugadores emblemáticos de Osasuna entre 1975 y 1985. "Solo recuerdo cuando vivimos en Vitoria, porque después de Osasuna fue al Alavés. Después él se desvinculó del fútbol y a mí la afición me llegó en el colegio", comenta Ion. En casa quedan los recortes, las fotos, alguna entrevista grabada en vídeo "y una camiseta que le cambió a Schuster cuando jugaba en el Barça, además del álbum de cromos de la temporada 80-81". Dice que su padre siempre cuenta alguna anécdota de su etapa de futbolista, "aunque lo que más gracia me hace es lo que me cuenta mi madre, que cuando mi padre volvía de los viajes, yo iba directo a la bolsa a ver qué me había traído, sin preguntar por nada", se ríe. Aunque ninguno de los dos son de ver mucho fútbol, sino de practicarlo, reconoce que "siempre me ha llevado a los partidos cuando lo he necesitado, pero no me ha ido a ver mucho, creo que porque una de las veces le tocó llevarme al hospital con rotura de tibia y peroné". Ion Esparza juega como delantero, "aunque debería haberle seguido y ser defensa, porque defender siempre es más sencillo y creo que por mis cualidades, más físicas que técnicas, me habría ido mejor. Pero para cuando me di cuenta ya no tenía mucho que hacer", bromea. Entre los consejos que recuerda es que "en casa siempre me han dicho que estudiara y así he hecho. Ahora el fútbol es un hobby. Estoy lesionado con una calcificación en el tobillo y no sé cómo evolucionará el tema, pero si al final me tengo que conformar con ir a entrenar, lo aceptaré, porque ya con 30 años no es lo mismo que con 22".
Santiago Esparza dice que "casi le he obligado a que haga deporte. Si hubiera medido dos metros, habría jugado a baloncesto, pero, por sus cualidades, ha jugado a fútbol. Es bonito jugar en un deporte de equipo, con compañeros, donde eres parte de algo donde se gana y se pierde".
javier y miguel mina
Una pasión familiar
Miguel Mina (9-10-1983) es defensa, como su padre, Javier (24-11-1954), que llegó a Osasuna en Tercera División y terminó en Primera, donde jugó 174 partidos, tras diez temporada en el club rojillo (1977-87) antes de retirarse en el Salamanca en 1989. "Me veo en las fotos con él en El Sadar, pero yo no me acuerdo. En casa sí que hay camisetas, cromos, bufandas, fotos con Maradona, Camacho, Hugo Sánchez... Mi padre guarda todo, hasta las cintas de vídeo. Me da mucho la turrada", bromea. Le dicen que a la hora de jugar "me parezco más a los Rípodas que a los Mina" y "con un padre y un tío (Patxi Rípodas) futbolistas, los primos hemos acabado jugando: Txitxo y Tiko Martínez y Borja y Dani Macaya". Dice que su padre es su principal crítico, "pero cuando vemos cintas de su época yo también le saco fallos a él".
Javier Mina recuerda que "cuando lo llevamos a casa de la residencia, le puse un balón en la cuna. Si te gusta el fútbol te hace ilusión que sea deportista. Sigue jugando con 28 años, así que sigue teniendo afición. Siempre que puedo voy a verlo, como también a mi hija que juega a baloncesto. En la grada se sufre, pero como también sufro con Osasuna".
pedro mari y peio zabalza
Disfrutar del fútbol
El hijo pequeño de Pedro Mari Zabalza recuerda a su padre como entrenador. Peio (8-1-1984) nació cuando su padre dirigía a Osasuna (1986-1994), una vez finalizada su brillante etapa como jugador que le llevó a salir de Oberena para militar en Osasuna, Barcelona y Athletic. Su hijo juega en Oberena. "Recuerdo que cuando él iba a entrenar yo me quedaba dando patadas al balón y siempre tienes el sueño de jugar a fútbol. Empecé en Oberena, jugué en la cantera de Osasuna hasta el Promesas y ahora estoy disfrutando a otro nivel en Oberena, donde soy de los veteranos. Soy zurdo, como él, y recuerdo ver en vídeo alguna final de Copa con el Barcelona en la que jugaba mi padre, en Super 8 y en blanco y negro, como las que salen en Cuéntame", dice Peio, que se recupera de una lesión de escafoides. Por ahora no le atrae entrenar. "A mi padre siempre le oigo que lo bonito del fútbol es jugar".
Pedro Mari Zabalza insiste en que "jugar a fútbol es una experiencia bonita, recuerdas que te lo has pasado bien, que es un juego de equipo en el que se hacen amigos. Ahora me he hecho mayor, pero mis amigos son los que jugaban conmigo en juveniles y en Tercera. Con el tiempo ves las ventajas de hacer deporte en un mundo tan complicado y lo que me gusta es que a este nivel de Tercera Peio se divierta y tenga un comportamiento de deportista".
mariano y mariano azcona
Vidas paralelas
Los dos Mariano han coincidido en las categorías inferiores, en el River Ega, el padre como entrenador y el hijo como jugador. Mariano Azcona padre (17-7-1960), de Andosilla, fue delantero de Osasuna entre 1980 y 1984. El resto de su trayectoria la desarrolló en el Lleida. Su hijo nació en su última temporada como profesional (23-4-1990) y ahora juega en el Izarra. "Los dos hemos sido delanteros, aunque yo soy más rápido y mi padre era tipo 9. Me ha entrenado muchos años de pequeño y el año pasado coincidimos en Tercera en el River Ega unos partidos. Siempre te cae alguna bronca más porque es tu padre", dice el jugador.
Mariano Azcona padre solo le ha dado un consejo a su hijo. "Que estudie". "El fútbol es muy complicado. Ahora ha acabado la carrera de Fisio (como él) y eso es lo importante. A partir de ahí, que se divierta. Lo he entrenado y por eso la situación más difícil me parece la de Lumbreras, porque por un lado o por otro, siempre te vas a equivocar".
josé mari y fernando lumbreras
Una relación especial
José Mari Lumbreras (6-1-1961) y Fernando (19-12-1984) comparten vestuario, uno como entrenador del Tudelano y el otro como jugador. Fernando nació cuando su padre jugaba en Osasuna y lo recuerda como profesional en Zaragoza (1987), "y sobre todo en la Real Sociedad (1989-1996). Me gustaba mucho el fútbol e iba con él a los entrenamientos y jugaba en los alrededores con el utillero, con el masajista... Recuerdo verlo jugar y, como en las últimas temporadas renovaba de año en año, tengo la imagen de mi madre siempre con las maletas preparadas para volver a Tudela por si acaso. Mi tío también era futbolista y siempre he estado rodeado de balones", comenta Fernando, que lo evoca "como una etapa muy bonita". En casa "están las fotos, sobre todo en casa de mis abuelos, en aquel ambiente de los campos en los que se permitían bengalas, y siempre comentamos entre bromas alguno de los pocos goles que marcó". Su padre le ha animado a hacer deporte. "Y siempre insiste en que, aparte de las cualidades, lo importante es el trabajo. A él le gusta trabajar con seriedad y eso lo he asimilado bien".
José Mari opta por llevar el tema con normalidad en el vestuario "y continuar con la cultura que hemos vivido, el rigor, el compromiso, apelando a lo que nos ha tocado. Igual he sido demasiado estricto, no lo sé".