En el inicio de la Eurocopa, la fiesta del fútbol, queremos mencionar el caso de un joven jugador que no va a tener, precisamente, la oportunidad de disfrutar de su deporte preferido y del desarrollo de su profesión…
No nos referimos al Guaje Villa, ni a Puyol o a Lampard, como tampoco al resto de los jugadores que se van a perder la cita al haber tenido la mala suerte de caer lesionados pero que al menos podrán disfrutarla por televisión y que tan pronto superen sus respectivos periodos de convalecencia podrán reintegrarse en sus equipos a disfrutar con la actividad que les da de comer, que tanto les divierte… y con la que nos asombran cada semana a todos los amantes del fútbol.
No se trata de un jugador mediático, ni de un fuera de serie con el balón. Y no hablamos de Van Nistelroy, Banega o Falcao; mucho menos de Ronaldo, Messi o el Kun Agüero, como tampoco de Raúl García, Xabi Prieto o Ander Herrera...
Dedicamos estas líneas a un jugador internacional de 25 años que con los mismos derechos que el resto de sus compañeros, los futbolistas profesionales de todo el mundo -independientemente de su equipo, nacionalidad o nivel deportivo-, debiera tener la opción de practicar su deporte y participar con su selección en los compromisos para los que se le convoque.
Pero este jugador es probable que no pueda ver ni empezar el torneo, ya que, mientras la fiesta del fútbol arranca, él está a punto de morir en una cárcel tras 81 días de huelga de hambre para reclamar su libertad.
Este jugador es Mahmoud Sarsak, internacional por Palestina, detenido por Israel cuando se dirigía a una concentración con su selección y que tuvo el valor de declararse en huelga de hambre tras ser arrestado sin que se le formulara imputación concreta alguna bajo la ilegal Ley de Combatientes de aquel Estado (norma que viola el derecho público internacional y la Cuarta Convención de Ginebra). De hecho, a día de hoy sigue sin saber por qué fue detenido y no ha tenido la posibilidad de ser citado a declarar en un juicio y disponer de un abogado que le pueda defender mientras el Gobierno israelí le está dejando morir en la cárcel de Ramleh, sin permitirle siquiera recibir la asistencia médica independiente necesaria.
Mediante este artículo solicitamos a sus compañeros del fútbol internacional, a la Asociación de Futbolistas Españoles, a los estamentos federativos, a los representantes gubernamentales y a la UEFA, así como al mundo del fútbol en general, que medien con la Federación Israelí de Fútbol y con los gobernantes de dicho país de manera que Sarsak pueda ser liberado si no ha cometido infracción alguna o en todo caso ser juzgado con las garantías procesales que le corresponden como ser humano y como habitante de un territorio ocupado.
Asimismo, pedimos que, en base al respeto de los derechos humanos básicos, pueda ser atendido por los servicios médicos independientes con el fin de que, si no es tarde ya, pueda seguir practicando el fútbol, acudiendo a las convocatorias de su selección y disfrutando de la Eurocopa, la fiesta del fútbol a la que todos los futbolistas del planeta deben estar invitados, sin distinción de sexo, raza, religión o nacionalidad.
Que ruede el balón...
PD: Manolo Preciado no se perderá la Eurocopa, estamos convencidos de que la seguirá con pasión desde donde se encuentre. Descanse en paz.