El exentrenador del Izarra juvenil acusa al presidente de no apoyarles

pamplona. El extécnico del Izarra juvenil, Iñaki Díaz, que fue cesado

el 14 de enero por las desavenencias con el presidente de la entidad, Alfonso Canela, quiso ayer destacar el compromiso de sus jugadores -algunos de los cuales amenazaron con no volver a jugar más tras conocer que había sido despedido- y señaló al presidente como el culpable de la situación que acabó con su salida pese a tener al equipo en las posiciones altas de la Liga Nacional.

Díaz relató que las primeras divergencias tuvieron como motivo la escasez de efectivos en la plantilla por culpa de los estudios de los jugadores, las convocatorias de la selección navarra y las lesiones. Llegó a tal extremo la carencia que para el partido contra el Iruña, otro de los gallitos de la categoría, solo tenía a doce jugadores, incluidos los dos porteros y uno de ellos, tocado.

Dos días después del partido, que el Izarra perdió por 3-1, el presidente le comunicó su despido, lo que generó una reacción contraria en la plantilla. "No podíamos entrenar bien, había días con solo 6 ó 7 jugadores, no teníamos gente y se notaba en los partidos. Le pedí ayuda porque no entendía que sucediera esto en el Izarra y se lo tomó como algo personal. Me dijo que no era de su agrado y que estaba en el puesto por decisión del anterior coordinador", comentó ayer Díaz.

Pese a estar fuera del club, se reunió personalmente con varios jugadores para que reconsideraran su posición y regresaran al equipo. "Los jugadores no entrenaron durante cuatro días. Los padres fueron al club para pedir explicaciones, se reunieron conmigo. Algún chaval amenazó con no jugar el siguiente partido, pero todos, excepto uno, volvieron".