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Iruña, bodas de diamante

tercera división el club de la calle campana alcanza los 75 años en la mejor etapa de su historia

Iruña, bodas de diamante

pamplona - 1939. Unos chavales del colegio San Francisco, de 13 y 14 años, sentados en un banco de la plaza del corazón de la ciudad, se proponen crear un nuevo club de fútbol para jugar. Vicente Cuartero es el encargado de poner lo más importante: los balones. Para algo su padre era conserje de Osasuna. Entre todos acordaron denominar al equipo Iruña Fútbol Club. Y 75 años después, tras haber jugado como local en 16 campos diferentes, el club navarro errante por excelencia celebra las bodas de diamante.

Poco queda de aquel equipo que lucía camisetas de rayas verticales amarillas y negras, compradas en Casa Arrizabalaga por cinco pesetas, salvo la pasión por el fútbol de Vicente Cuartero y sus amigos, a los que todavía hoy se les ilumina la cara al hablar del Iruña. Miles de jugadores han defendido el escudo de un club siempre modesto que ha sabido hacer las cosas bien para reinventarse con el paso de los años y poder vivir este año su 75º cumpleaños.

Vicente Cuartero todavía echa la mirada atrás para recordar los inicios, en un contexto histórico que poco tenía que ver con el actual. Saliendo de la Guerra Civil, Pamplona retomaba el pulso deportivo. El Iruña se incorporó en ese momento a las competiciones. De hecho, su primer partido oficial se jugó en un campeonato infantil organizado por la Federación Navarra. El histórico día, un 21 de abril de 1940.

La ilusión superaba a la precariedad. El club se las ingenió desde el principio para subsistir. Espíritu de supervivencia. En esa primera temporada jugó como local en el Larrabide y el entonces conocido Stadium, un campo situado entre la actual avenida del Ejército y la calle Padre Moret. Los primeros futbolistas del aquel Iruña fueron Javier Jiménez, Pedro Ceballos, Vicente Cuartero, Camino Torres, Evaristo Larrañegui, Jesús Alfaro, Joaquín Ezcurra, Cruz Medrano, Julián Lizarraga, Joaquín Echeverría, Jesús Barásoain, Carmelo Arteta, Onsalo Gerardo Artigas, Javier García Jaiko, Luis Salaverri y Ángel Varea. Víctor Miguel López ejercía como entrenador,

El equipo fue creciendo al ritmo que lo hacían sus jugadores, que incluso tuvieron que pasar un año en blanco por no alcanzar la edad necesaria antes de poder inscribirse en Segunda Regional. En la temporada 44-45 cambió de indumentaria para mutarse en verde. A partir de entonces, y hasta hoy, su camiseta sería del color de la bandera de Pamplona, y poco a poco fue afianzándose en el fútbol navarro.

Pronto se convirtió ya en una referencia en Navarra y el equipo fue estrenando su vitrina de trofeos. En la temporada 1950-51 venció la final del Campeonato de Aficionados ante Oberena y le dio la oportunidad de acceder al Campeonato de España, que jugó ante el Villarreal el 29 de abril de 1951. Un hito histórico para un equipo que apenas superaba una década de vida. El campo del San Juan pasó a ser su escenario de juego, cedido por Osasuna "sin cobrar alquiler" según comentan las crónicas de la época, que evidencia la buena relación que desde el inicio existió entre las dos entidades.

Si bueno era el entendimiento con Osasuna, conocida desde el inicio es también la rivalidad con otro de los históricos de Pamplona: Oberena. Los dos equipos punteros en Regional se enfrentaron en infinidad de ocasiones y aún hoy perdura esa singularidad entre los aficionados de más edad cuando ambos equipos coinciden en un campo de juego. En los años 50, Oberena le arrebató el ascenso al Iruña en la temporada 1954-55 y un año más tarde los verdes acompañaron a sus rivales en una categoría superior. De la mano del entrenador Luis San Román, consiguió el título de Regional y, en consecuencia, el ascenso a Tercera, una categoría nacional, tras superar en un último partido al Alfaro en su campo y salir "escoltado por la Guardia Civil hasta las afueras", según los presentes.

Arrancarían ocho años en Tercera. La primera temporada fue dura, en una categoría en la que competía ante rivales también de Guipúzcoa y La Rioja, con un febrero histórico por las heladas, con partidos que se jugaron a diez grados bajo cero. El equipo logró la permanencia y pasó a ser entrenado por Vicente Cuartero (56-57). El equipo se reforzó con Lorenzo, Mozaz y Serafín, cedidos de Osasuna, que no contaba con un equipo promesas en aquel momento. Y en esa plantilla jugaron Ocáriz y Goñi II, que después ficharían por Osasuna.

Un año más tarde, el equipo tuvo que jugarse en la última jornada la permanencia en Tercera. Fue una promoción ante el Michelín de Lasarte, en la que el partido definitivo se jugó curiosamente en la mañana del 6 de julio de 1958 en el estadio General Mola, al mismo tiempo que en el Ayuntamiento sonaba el cohete, "entre una lluvia fuerte e incesante", según las crónicas. El Iruña logró la permanencia pese a perder 1-2 gracias al 0-2 del partido de ida.

Ese año se inaugura el primer local social del Iruña, situado en la calle Campana, número 14, que continúa hasta hoy, bajo la presidencia de Isidro Lázaro, que sustituyó a Santiago Erice tras ocho años.

Esa recta final de la década de los 50 tiene para el Iruña el prestigio de contar en sus filas con Larrainzar e Ignacio Zoco, dos jugadores que al final de la temporada cambiarían la camiseta verde por la roja de Osasuna. Zoco después recalaría en el Real Madrid y acabaría jugando en la selección. El periplo en Tercera acaba con el descenso en la campaña 63-64.

1964

En el origen de Amaya

La construcción de Amaya hizo soñar al Iruña con el fin de su vida errante. Quince agrupaciones y peñas sin instalaciones propias deciden tomar una iniciativa de carácter social. Carlos Patiño comienza su mandato como presidente con la colocación de la primera piedra de Amaya. El Iruña colaboró para que la instalación dispusiera de un campo de fútbol. El Iruña participó en la inauguración (23-8-1968) y todo hacía pensar que el Iruña por fin había encontrado su casa. Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos, el Iruña acabó saliéndose de Amaya, según los verdes "porque Amaya tomó un rumbo totalmente diferente al inicialmente planteado".

Mientras duran las obras, con Indalecio Díaz y después Fernando Murguía como entrenadores, el club volvió a Tercera, primero en la temporada 66-67 y después en la 69-70, en una temporada en la que descendieron diez de los veinte equipos. Con un buen equipo reforzado por Sarasa, Iparaguirre, Ostívar y Osaba, el Iruña no puede pasar del puesto 11º, por lo que desciende e inició un largo periplo de 17 años en Regional, incluido el paso por el infierno de la Segunda Regional. Pedro Barandalla, Cornelio Ciáurriz, Santos... son nombres unidos al club.

El Iruña iniciaba entonces una etapa difícil, jugando en campos como Amaya, Úcar, Urroz, Puente la Reina, Villava... y de la mano de Martínez y con Manje, Ahechu, Belloso, Garnica, Munárriz, Recalde, Salvantierra, Echauri, Gorría, Ibáñez, Yoldi, Lizarbe, Alen y García consigue el regreso a Tercera.

Tres años durará el equipo en la categoría, jugando en Puente primero y en los campos que la Federación construye en Mutilva con motivo de la celebración del Mundial de Fútbol en España, coincidiendo con su 50º aniversario. Germán Arruabarrena era el presidente y el club llega ya asentado con 11 equipos en su estructura.

Otra etapa de quince años en Regional antes de regresar a Tercera para quedarse. Desde su ascenso en 2003, con Juan Garjón de presidente y Javier Ubasos de entrenador, jugando en Paternáin.

A partir de la temporada 2003-04 llegaría la etapa dorada del club. El Iruña se asentó en Tercera División y en dos temporadas tocó el cielo al clasificarse por primera vez en la historia para disputar la fase de ascenso a Segunda B, con Javier Ubasos como entrenador, en una eliminatoria histórica ante la Gimnástica de Torrelavega.

Tomó el relevo en el banquillo Alfonso Gogorzena, que cumplió otro ciclo brillante, con dos clasificaciones para jugar la fase de ascenso, en la 2007-08 y 2009-10, la primera ante el filial del Rácing (con Manu Onwu en sus filas) y la segunda frente al Illescas.

El cuarto coqueteo con la Segunda B llegó la temporada pasada, con Txiki Acaz en el banquillo, en una campaña en la que jugó como local en Orkoien.

El Iruña llega a sus bodas de diamante asentado en Tercera División, con Kiko Campos como presidente y más de 200 jugadores repartidos en once equipos de cantera y uno en el Trofeo Boscos. La principal novedad de haber encontrado una instalación donde volver a reunir a los equipos de todas las categorías: Tajonar. Además, el club apostó hace siete temporadas por una sección nueva, la de voley femenino y en la actualidad dispone de siete equipos en la cantera y uno en la máxima categoría. Aproximadamente, 80 chicas.

el domingo, reconocimientos

El Iruña tiene previsto homenajear el domingo en Tajonar a tres de sus hombres del club. Entregará una placa a Ángel Rey, Victoriano Etxarri y Santos Munárriz.

Fases de ascenso a Segunda B

2005-06Iruña-Gimnástica

2007-08Iruña-Rácing B

2009-10Iruña-Illescas

2012-13Iruña-Azuqueca

16

CAMPOS DIFERENTES

El Iruña ha jugado como local en el Stadium, San Juan, Ruiz de Alda, Txantrea, Amaya, Urroz, Puente, Villava, Obanos, Etxauri, Mutilva, UPNA, Berriozar, Paternáin, Orkoien y Tajonar.

21 presidentes

Vicente Cuartero (1939-1944)

José Echauri (1945-1947)

Fco. Echauri (1948-1950)

Santiago Erice (1951-1958)

Isidro Lazaro (1959-1962)

Vicente Cuartero (1963-1965)

Carlos Patiño (1966-1969)

Pedro Turullos (1970-1972)

José L. Gonzalez (1973-1978)

Laurentino Suarez (1979-1980)

José L. Gonzalez (1980-1981)

Fco. Echauri (1981-1982)

Julio Azanza (1982-1983)

Vicente Cuartero (1984-1987)

German Arruabarrena (1988-1990)

Jesús Echauri (1991-1996)

Saturnino García (1997-2001)

Juan Garjón (2001-2005)

Jesus Zudaire (2005-2008)

Rafael Hernandez (2009-2013)

Kiko Campos García (2013-?)