pamplona - La hinchada más bulliciosa del Betis se lanzó por el tobogán de la desvergüenza y jaleó el maltrato, el machismo, la intolerancia, la violencia de género y la bestialidad. Un escenario histórico en el fútbol español como es el Benito Villamarín -regresado al nombre anterior tras estar bautizado un tiempo con el nombre de Manuel Ruiz de Lopera- tiene pendiente la aplicación del cierre parcial de uno de sus graderíos -propuesta por la Comisión Permanente de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte-, por los cánticos ofensivos contra la exnovia de un jugador, la estrella local, Rubén Castro.
“Tales conductas de aficionados son merecedoras de condena tanto a nivel individual de quien las realiza como del club respecto del que son seguidores, proponiendo a la Real Federación Española de Fútbol se adopten las medidas de cierre parcial de gradas que se contemplan en la nueva normativa acordada por la RFEF en su Reglamento interno y Código Disciplinario”, anunció entonces Antiviolencia.
La Liga de Fútbol Profesional había trasladado una denuncia explicando que en dos partidos en casa del conjunto verdiblanco, frente a Ponferradina y Girona -en el mes de febrero-, desde la grada del grupo Supporters Gol Sur se repitió el cántico: “Rubén Castro alé, Rubén Castro alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien”.
El delantero bético fue imputado por el juzgado número 3 de Sevilla de Violencia de Género por cuatro delitos de maltrato y un quinto delito de amenazas leves, tras la denuncia que presentó la que entonces era su pareja. La Fiscalía solicitó dos años y un mes de cárcel.
Antiviolencia ha solicitado al Betis que aporte cuantos elementos de prueba pueda recabar para que permitan la identificación de los autores de tales hechos, además de que realice el visionado de encuentros anteriores a los señalados para localizar si estos mismos cánticos se han producido con anterioridad. Además, Antiviolencia está al tanto de las investigaciones puestas en marcha por la Oficina Nacional de Deportes de la Policía para identificar a los autores de los cánticos y trasladar sus averiguaciones a la Fiscalía de Sevilla.
“La Comisión considera que los hechos referidos pueden ser constitutivos de delito por lo que remitirá a la Fiscalía todos los datos que obran en su poder y los que ha solicitado al Betis a efectos de su consideración penal”, concluyó la Comisión Antiviolencia.
La grada señalada como autora de los gritos indignos tiene capacidad para 4.500 espectadores.
El presidente del Betis, Juan Carlos Ollero, indicó que el club se siente “indignado” con la propuesta de sanción y dice que la consideran “oportunista” y “discriminatoria” y esgrimió, como no podía ser de otro modo, que la afición bética en sus 107 años de historia “siempre ha tenido un comportamiento señorial”.
“El Betis, en nombre de sus más de 37.000 abonados, actuará donde sea necesario”, añadió el presidente del club sevillano, quien ha añadido que la sanción “debe ser asumida por los infractores no por la afición”. La huida hacia adelante del Betis, fundamentalmente por sus consideraciones en cuanto al trato discriminatorio recibido, fue muy criticada ya que no se vio toda la voluntad necesaria de solución de un problema grave.
La Fiscalía de Sevilla abrió de oficio unas diligencias de investigación por estos cánticos insultantes. - J.S.
Otra investigación. La LFP también ha trasladado a Antiviolencia los últimos cánticos de este mismo sector de hinchas en el partido en Huelva. Corearon consignas contra el árbitro y los aficionados del Sevilla.
Rubén Castro. El grupo sacó una nota desmarcándose de cualquier tipo de apoyo a la violencia de género tras los gritos injuriosos contra la exnovia de Rubén Castro. “Pedimos disculpas. Estamos en contra de la violencia de género”, decían en un comunicado público.