pamplona - El 60% de los goles del Ardoi los firman David Lizoáin y Álvaro Arizcuren. Dos delanteros de cualidades diferentes que se asocian a la perfección. Lizoáin, un veterano de 30 años, es un tanque de cerca de metro noventa, corpulento, que retiene el balón. Alvarito, un ratonero del área de 24 años y casi veinte centímetros menos, es la pesadilla de los defensas por su velocidad y su movilidad en busca de espacios. Cada uno ha marcado once goles y es la pareja ofensiva más en forma de Tercera.

Los dos están completando una gran temporada, a la altura del equipo de Iban Romo, que es octavo. Lizoáin mantiene la ilusión y el compromiso de la etapa en la que vivió del fútbol. Para Álvaro, en cambio, es el año de su confirmación. Su mejor temporada.

El veterano delantero sigue disfrutando. “Ahora juego sin la presión de antes, pero me tomo los entrenamientos y los partidos con la misma seriedad”. Aunque lleva decenas de goles en su trayectoria, asegura que “sigue haciendo ilusión marcar. Lo importante es que gane el equipo, pero, si además metes gol, te vas más contento a casa”. Y añade: “He vivido el fútbol profesionalmente y trato de seguir la preparación lo más parecida posible. Sé que ya no me quedará mucho, así que entreno con muchas ganas. La diferencia es la presión. Ahora, si no marco en un partido, llego a casa y no es lo mismo. Y también trato de ayudar en el vestuario, como me han ayudado a mí cuando era joven. Intento que los compañeros más jóvenes tengan ilusión, porque si lo hacen bien, siempre va a haber alguien que se fije y pueden vivir años muy bonitos en el fútbol”, comenta Lizoáin.

Se asocia bien con Alvarito. “Yo estoy jugando como enlace y él un poco más arriba, con más espacios. Es muy currela, rápido y muy humilde. Me llevo fenomenal en el campo y fuera”.

Alvarito (“ya me he acostumbrado a que me llamen así, porque lo hacen desde siempre”, comenta) tiene por delante un mundo por descubrir tras destaparse definitivamente esta temporada como goleador en el Ardoi. “Me están saliendo bien las cosas. Es la temporada en la que más minutos estoy jugando y estoy contento. Cuando me marché de la Mutilvera era porque quería jugar en Tercera. En el Beti tuve minutos, pero me ponían en banda. El primer año me costó y el segundo me lesioné mucho. Llevo ocho esguinces de tobillo entre las dos piernas. Te lesionas, paras un mes, te tienes que volver a poner en forma... No tenía continuidad. Pero este año llegué al Ardoi, donde jugamos con dos delanteros y el entrenador me está dando confianza y no me he lesionado. Además, creo que estoy jugando en mi posición y por eso marco más goles”, comenta Álvaro Arizcuren.

No se obsesiona con el gol, “aunque me gustaría llegar a 20, que es una buena cifra. Si no llego, no pasa nada. Es cierto que al delantero se le mide por goles, pero si ganamos, no me importa no haber marcado. Si perdemos, sí”. Se lleva bien con Lizoáin. “Aportamos cosas diferentes en el campo porque somos muy distintos”. La temporada pasada coincidió con otro veterano, Ángel Arizcuren. “Aprendes mucho de ellos, porque tienen experiencia en categorías superiores, te enseñan movimientos... Yo me veo más completo ahora”.

El Ardoi está en racha. “Desde que ha empezado el año hemos ganado los tres partidos y estamos marcando muchos goles. Somos un equipo al que le gusta tener el balón, pero también defendemos muy bien”. Admite que el coaching de Rubén Álvarez de Eulate, su entrenador de porteros, “también nos viene bien y la dinámica del equipo está siendo muy buena”.