Pablo Ibáñez (Pamplona, 20/09/1998), es una persona con las ideas claras tanto dentro del campo como fuera de él. A pesar de fijarse en Ronaldinho y Messi, su mayor referente ha sido su padre, que llegó a jugar en Segunda División B. Acaba contrato a final de temporada, pero prefiere centrarse en el momento y disfrutar de todo lo que le ha sucedido en el último año, aunque sueña con la Primera División.

¿Cómo se encuentra?

-Ahora estoy físicamente bien, porque al principio esa lesión que tuve en pretemporada hizo que me costara empezar, pero ahora sí que creo que estoy en mi mejor forma física.

Imagino que estará contento también con el trabajo del equipo, que no ha perdido en las 8 jornadas que se han disputado

-Sí, la verdad, porque es un equipo nuevo y joven y los arranques son complicados. Creo que estamos respondiendo bien, de la mejor manera posible y eso que estamos teniendo varias lesiones. Pero estamos contentos porque no ha llegado la derrota y seguimos invictos.

Una de esas lesiones es la de Ander Yoldi, con el que coincidió en Mutilva, al que le dedicó el gol en el último partido

-Al final es un chaval que se lo merece, porque es un tío que trabaja al máximo en cada entrenamiento y en cada partido y ha sufrido una lesión muy desgraciada, no puede hacer nada ahora para ayudar al equipo.

Castillejo ha reconocido que en más de una ocasión que ha faltado experiencia, pero que es algo normal al ser un filial y es algo que van a aprender desde dentro. ¿Lo ve así?

-Sí, yo también lo pienso, pero creo que es algo que se gana con el paso de los partidos y si no llega la derrota cuando estamos empezando y tenemos margen de mejora ahora, cuando llegue el final de temporada estaremos mejor todavía.

Lo que refleja es que la temporada es una carrera de fondo

-No sería normal si empezamos haciendo todo bien desde el principio. Ahora tenemos cosas que mejorar y que nos van a hacer ir a por más y paso a paso poder llegar a final de temporada en los puestos de arriba.

Ha jugado de central y de pivote. ¿Dónde se sienta más cómodo?

-No tengo preferencia, es donde más minutos tenga en ese momento y donde mejor le venga al equipo. No suelo tener preferencia para jugar en una posición u otra, pero ahora me están entrando más los goles jugando de interior y me siento cómodo.

Hace un año estaba defendiendo los colores de la Mutilvera. ¿Cómo ha vivido todo lo que ha experimentado últimamente?

-Pasaron muchas cosas en muy poco tiempo. Una semana salía un tema, la siguiente otro... pero bien. Con la Mutilvera fue un año increíble, todos los compañeros eran espectaculares y al final como premio jugamos la Copa del Rey contra el Betis, de Primera División, que era algo que no había pasado en la historia. Luego llega el fichaje por Osasuna, es algo que no te esperas, además jugué en la cantera y para un jugador navarro es un orgullo volver. No me lo pensé y estoy contento de volver a coincidir con compañeros de la infancia. Luego me llega la pretemporada del primer equipo y como rojillo de toda la vida es un orgullo entrenar con compañeros que los ves por la televisión.

¿Cómo fue el fichaje por el Promesas?

-Fue en los últimos días de mercado. Jugamos entre semana contra el Tarazona en casa, que ganamos 2-1, y al día siguiente fue cuando pasó todo. Fue la llamada de Osasuna, se lo comenté al presidente y tanto él, como la directiva y el entrenador me ayudaron para cerrar el fichaje. No era esperado. Había amigos que lo decían, pero hasta que no llega no te puedes fiar. Estaba trabajando bien en la Mutilvera y cuando te llega el momento no te lo esperas.

En la primera conversación que tiene con Santi, ¿qué es lo que le pide?

-A Santi ya le conocía, no tenía mucho contacto, y me fue sincero. Que tomase la decisión que sentía, porque el cambio de aires era a mitad de la temporada y que me iba a tratar como el mejor. Y era algo que no me lo iba a pensar, porque es el club de mi tierra.

En ese final de mercado salió su nombre relacionado con los filiales de Espanyol, Athletic o Levante. ¿Qué hubo de cierto en todo ello?

-Fueron solo rumores, a mí no me llegó nada. Yo también vi la noticia y ya tenía bastante con la llamada de Osasuna como para pensar en ello (se ríe).

Pese a que la Mutilvera estuviera haciendo una buena temporada, es buena señal que los focos apunten en una sola dirección

-Era el momento que se estaba dando. El equipo estaba jugando muy bien y si el equipo va bien tú también te sientes mejor y eso es lo que importa. Se dio en ese momento.

Esa temporada acaba con la llamada de Arrasate para realizar la pretemporada con el primer equipo

-Tampoco te lo esperas. Es un año que sigues jugando bien y tus amigos te bromean con ello, a ver si te dan una oportunidad, y es algo que no te lo crees hasta que llega. Me pilló en el coche y me llamó un número que no tenía guardado y como no tengo la costumbre de coger a los números que no conozco no cogí. Pero me volvió a llamar y le cogí y me dice: 'Hola, soy Jagoba' y me comentó el plan de pretemporada. Tocó un verano dándole a tope al físico.

Ha dejado de ser sub-23. ¿Cómo le condiciona para entrar en los planes del primer equipo?

-Condiciona, sí, porque es un tema en el que tienen que pagar tu ficha si debutas con ellos. Al final tienen que estar muy seguros para subirme. Estoy haciendo las cosas bien, estoy intentando que confíen en mí, pero será complicado. Lo voy a pelear al máximo.

Alguna vez se le ha visto a Arrasate estar pendiente del filial

-Así es. De hecho, también nos ve entrenar. Cuando hablé con él me dijo que la pretemporada había sido buena, que estaba muy contento, pero es lo que hay. Hay mucho jugador en el primer equipo, él nos sigue viendo y todos estamos a la espera de ver si nos dan otra oportunidad.

¿Cómo son Castillejo y Arrasate?

-Los dos son muy cercanos, te dicen las cosas como son, confían en ti y te dan oportunidades. Y te dicen las cosas como son y eso te hace corregir errores y mejorar. Cuando un entrenador solo te dice las cosas buenas no te hace mejorar. Lo que te hace crecer como jugador es que te corrijan.

Acaba contrato a final de temporada, ¿le ha comunicado el club los planes que tiene? ¿Ha pensado en ello?

-Pensar... algo se te viene a la cabeza de vez en cuando. Yo de momento estoy preocupado en el momento de ahora, en cómo va la temporada, en seguir sumando para el equipo y cuando llegue invierno, que se den las noticias que se tengan que dar. Ahora solo me centro en seguir mejorando, en seguir ayudando al equipo y luego que pase lo que tenga que pasar.

Póngase en la situación de que no renueva. ¿Tiene Pablo Ibáñez futuro en el fútbol?

-Yo lo intentaré y seguiré trabajando para ello. He estado en peores situaciones que en la que estoy ahora. Ahora estoy en mi mejor momento y seguiré peleando por seguir lo más arriba posible y luego que el trabajo dé sus frutos. Si no es posible, habrá que dedicarse a otras cosas, pero ahora sólo pienso en el fútbol.

¿Dónde tiene su techo?

-No lo sé. Creo que nunca se sabe porque yo por ejemplo no me esperaba entrenar con un Primera División y al final lo he logrado. Yo voy a seguir trabajando para volver a intentar estar con un Primera División, si es el de Osasuna pues mucho mejor, y que se de lo que tenga que darse.

¿Hace caso a los comentarios en redes sociales?

-A veces suelo entrar, porque ya me dice algún amigo que están hablando de mí. Pero al final son momentos, a veces hablan bien, otras mal... El periódico sí que lo suelo leer. Hay que saber convivir con los elogios, que no te tienen que quitar los pies del suelo, y con la crítica, que te tiene que hacer mejor jugador y mejor persona.

¿Cuáles han sido sus referentes?

-Mi mayor referente ha sido mi padre, que también jugó en Segunda B y al final es el que mejor me da los consejos. Él sabe qué es lo mejor para mí.

Y será a la vez su mayor crítico...

-Sí. Cuando de pequeño hacía las cosas bien, mi padre no me decía nada, y cuando las hacía mal sí que me corregía para que mejorara. Siempre lo he visto como un punto de inflexión. Quiere que llegue mucho más lejos de lo que llegó él. Alcanzó la Segunda B y ahora se centra en mí.

Superarle sería motivo de orgullo para él

-Ahora piensa en que me vaya todo bien, en que siga dando pasos y si tiene que ser fuera, que sea fuera. Me dice que ahora me centre en darlo todo en Osasuna para ver si llega otra oportunidad.

¿Qué hace Pablo Ibáñez en su tiempo libre?

-Ahora estoy estudiando INEF en Vitoria, pero hago lo que puedo, porque las clases me coinciden con los entrenamientos. Tengo algún amigo que me intenta pasar los apuntes, pero hago lo que puedo. Antes entrenaba chavales, pero también lo he tenido que dejar por el fútbol. Y por lo demás, estar con los amigos, ir al gimnasio y escuchar música. Lo que le gusta a la juventud de hoy en día.

Intuyo que una vez acabe la carrera de jugador, le gustaría -por los estudios- seguir ligado al fútbol

-Yo lo que no quiero es dejar la carrera, porque si te ocurre cualquier cosa, cualquier lesión, que hace que retires del fútbol antes, te quedas tirado. El estudiar una carrera y tener los niveles de entrenador ayuda en un futuro a poder dedicarte a otra cosa.

Se le ve con las ideas muy claras

-Cada persona es diferente. Yo me acuerdo de Sergi Pérez, el preparador físico del primer equipo, que nos decía en pretemporada que no dejáramos los estudios, que luego cuesta retomarlo y la verdad es que en Osasuna hay cada vez más jugadores que están haciendo carreras universitarias, que es algo que se está inculcando en los equipos.

Pueden llegar a ser un ejemplo para las generaciones inferiores

-Los chavales que aun no han llegado a este nivel es importante para ellos el dejarles claro que tienen que seguir estudiando aunque les llegue la oportunidad de llegar a altos niveles.

Ha sido entrenador y me imagino que retomarlo estará en su mente

-Siempre me ha gustado entrenar a chavales. He entrenado durante seis años y sí que he pensado retomarlo cuando me retire del fútbol.

Mientras tanto, el objetivo será conseguir el ascenso

-Sí. Es el objetivo de todos. Estamos trabajando para ello y si se da sería un gran orgullo para club ascender a Primera RFEF. Y a nivel personal sería dar un paso más, porque ya ascendimos a Tercera y ahora rozaríamos ser profesionales porque en esa categoría hay equipos de mucho nivel que son profesionales.