Las tandas de desempate. ¿Lotería?

n el pasado campeonato de Europa de selecciones llamó la atención la cantidad de eliminatorias que llegaron a la prorroga y se decidieron mediante tandas de lanzamientos desde el punto de penal. Merece la pena hacer algún comentario al respecto.

Cuando finaliza la prorroga los dos capitanes y el árbitro se dan cita en el centro del terreno y proceden a dos sorteos consecutivos. En el primero de ellos los capitanes no tienen ningún papel y se limitan a ser testigos de cómo el árbitro decide al azar la portería en la que tendrá lugar el desenlace, les indica que si sale cara se decidirá una portería y si sale cruz la otra y lanzará la moneda al aire. Las regla 10 señala una excepción, cuando el árbitro considera que una de las áreas se encuentra en malas condiciones o alguna razón de seguridad la desaconseje, por ejemplo la actitud agresiva de los espectadores, será él quien decida la portería a utilizar.

El segundo sorteo decidirá que el capitán que lo gane elegirá qué equipo realiza el primer lanzamiento y llegados a este punto con toda seguridad va a elegir que su equipo lance primero, las estadísticas nos cuentan que el equipo que inicia los lanzamientos resulta ganador en un sesenta por ciento de las veces, más aún, en el citado campeonato en todas las ocasiones que se recurrió a estos lanzamientos ganó el que los empezó.

Es evidente que Giorgio Chielini, capitán del equipo italiano, conocía esta circunstancia y sacó un enorme provecho en semifinales y en la final apoyado por la suerte de ganar los “cara o cruz”.

A la vista de que ese sorteo parece tener una excesiva influencia en el resultado final se suscita la conveniencia de introducir algún cambio que le reste ese peso excesivo, en ese sentido se ha experimentado, aunque sin llegar a decidir el cambio, con la fórmula que se utiliza en los tie-break de tenis: a-b-b-a-a-b-b-a-a-b.

Este sistema, o cualquier otro que acabe por convencer a IFAB, lo veremos en próximas competiciones, en cualquier caso nos parecerá muy acertado si favorece a nuestro equipo y mucho menos si es al contrario. Siempre que pasa igual sucede lo mismo.

El autor es Responsable de Formación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol