Nápoles antes que Osasuna

Silenciada por Carlo Ancelotti, la lluvia de críticas a su primer traspié, en un curso con ocho triunfos por una dolorosa derrota, el Real Madrid encara el gran duelo de su grupo en la primera fase de la Liga de Campeones. Tras el estreno europeo con dificultades para vencer en la última acción del partido al novato Unión Berlín, llega la visita al Nápoles, una oportunidad para dar un paso en firme a los octavos.

Un duelo de prestigio. De esos que vuelve a dirigir el foco de los favoritos o que alimenta dudas en los días grandes. Y lo encara el Real Madrid con las bajas de tres de sus pilares, dos de ellos defensivos. Sin Thibaut Courtois, Eder Militao y David Alaba. Con Arda Güler completando el listado de ausencias.

Ya de vuelta Vinícius para liderar el ataque madridista, con permiso de Jude Bellingham que se reencontró con el gol en el duelo por el liderato liguero en Girona (siete tantos en ocho partidos). Esperando el regreso de la verdadera identidad del brasileño, aún falto de ritmo y necesitado de partidos tras un mes de baja por una rotura muscular.

Debe decidir Ancelotti su acompañante en punta. Si Joselu, que marcó en sus dos últimas titularidades, o Rodrygo necesitado de gol. Ocho partidos sin ver puerta en una sequía preocupante que quiere zanjar en su competición más especial. Perdió en Montilivi una titularidad que parecía indiscutible, pero el perfil del partido que le puede venir bien al Real Madrid, explotando su velocidad al contragolpe, le hace ganar opciones de titularidad.

Los problemas los tiene Ancelotti en su defensa. Las lesiones de Militao y Alaba le dejaron sin más centrales que Rüdiger y Nacho.

El Nápoles nunca ha ganado al Real Madrid, pero las dos últimas victorias en Serie A, goleadas ante el Lecce y el Udinese, aumentaron la confianza y confirmaron la reacción de un equipo que no comenzó con buen pie la temporada.