Conocemos a más de uno y más de dos aficionados futboleros que aseguran que se lo pasan mejor con la Segunda División que con la Primera. Obviamente, porque es la categoría de las continuas sorpresas, un torneo en el que el colista puede ganar en cualquier campo y el líder caer en casa también ante cualquiera. Y por las rachas, pero nunca demasiado largas. Por ejemplo, cuando el Zaragoza comenzó la liga con cinco victorias parecía que iba a subir a Primera en febrero, pero desde entonces, apenas 5 puntos en 6 partidos. 22 equipos que parecen olas en el mar, subiendo y bajando de manera periódica. Dicen los entrenadores sabios que para subir a Primera hay que hacer como los ciclistas en los sprints: estar en el grupo cabecero a falta de 5 jornadas y dar ahí el do de pecho. Ahora va líder el Espanyol, con 3 victorias en sus 4 últimos partidos. A saber dónde andará dentro de tres o cuatro semanas.