A la vista de la que se lió en Mestalla al final del partido del sábado entre el Valencia y el Real Madrid, ahora que la IFAB anda barajando cambios en el reglamento, y en un deporte que no se disputa en tiempo real como el fútbol sala o el baloncesto, no está de más recordarle al fútbol que en el rugby no se pita el final de cada tiempo hasta que acaba del todo la jugada que se está disputando cuando se llega a ese minuto (es decir, con el balón fuera de banda o un tiro a palos por golpe de castigo o para convertir un ensayo).

Que sería mucho más lógico también en el fútbol y, sobre todo, mucho más vendible que esa sensación de arbitrariedad que se transmite ahora cuando se da el pitido final unos segundos antes o después, a veces incluso con el balón yendo camino del gol, como le ocurrió en la temporada pasada al Valladolid ante el Sevilla. Aunque solo fuera por ahorrarse suspicacias y polémicas tan agrias valdría la pena tenerlo en cuenta.