Para sorpresa de nadie, ayer nos enteramos de que España está en la media europea de la piratería digital... salvo en el deporte, en el que encabeza el ránking, sobre todo en fútbol. Campeones de Europa. En 2023, 5.000 millones de accesos ilegales a eventos deportivos. Un negocio ilegal de 33.000 millones.
Algo con lo que es difícil acabar, porque en internet siempre hay rincones de impunidad. Y no queremos disculpar un delito, pero sí exponer una coincidencia: casualmente, España es también el país en el que más caro es ver fútbol de pago. Casualmente. Según uno de los últimos estudios, unos 110 euros al mes frente a los 85 de Inglaterra, los 50 de Alemania, los 38 de Francia o los 25 de Portugal. Si Spotify ha dejado bajo mínimos el pirateo musical por el método de abaratar precios, ¿para cuándo el intento en el fútbol español de bajar sus precios para basar su negocio en el número de abonados y no en sus altas tarifas?