Las vacaciones son la época perfecta para reunirte con los amigos a celebrar alguna ocasión especial. Como en toda comida, no puede faltar el picoteo, pero tampoco un buen vino, una de las bebidas con las que más nos gusta acompañar este tipo de reuniones.

Por muy largas que resulten estas veladas, normalmente siempre suele quedar alguna botella medio llena o algún plato con restos. En caso de que tengas que guardar una botella de vino ya abierto en casa, es importante que sepas cómo hacerlo, así no echarás a perder esta deliciosa bebida.

En cuanto se descorcha una botella, se acabó ese dicho de “el vino mejora con los años”. Podremos conservarlo durante más o menos tiempo dependiendo del tipo, la edad y la manera de guardarlo. Normalmente, el vino tinto dura más que los rosado y los blancos y los más volátiles son los espumosos. Esta es la duración de cada tipo de vino una vez abiertos:

  • Vino blanco y vino rosado, durarán unos 3 días.
  • Vino tinto joven, puede durar hasta una semana porque se oxida con mayor lentitud que el vino blanco. Cuantos más taninos tenga el vino, más durará la botella abierta.
  • Vino tinto envejecido o ligero (con menos taninos), durará unos 3 días.
  • Vino espumoso, entre 24 y 36 horas si cuenta con un buen tapón para espumosos.

Debemos tapar las botellas de vino con el propio corcho o con un accesorio para cerrarlo herméticamente. Freepik

Para conservarlo adecuadamente, debemos proteger el líquido de sus principales enemigos: el oxígeno, los cambios de temperatura y la luz. El primer paso para que el vino conserve su buen estado es tapar la botella. Aunque ya haya oxígeno en su interior, de esta manera evitaremos que siga entrando de manera continuada.

Para taparlo, la mejor opción es el propio corcho del recipiente pero en caso de haberlo perdido o tirado a la basura, existen accesorios especializados como tapones que sellan herméticamente la botella. Si no disponemos de ningún tapón, puedes pasar el líquido a otro recipiente de cristal que se pueda cerrar.

El segundo paso es guardar el vino en la nevera, ya que el frío ayuda a su conservación. Esta bebida hay que mantenerla a una temperatura entre los 12 y los 16 grados centígrados. Recuerda que el frío solo ralentizará su degradación, pero no acabará con su oxidación.

Por lo tanto, la nevera o la vinoteca son los mejores lugares para guardar el vino. Otra opción es conservarlo en un lugar oscuro para que la luz no dañe su sabor.

Finalmente, el tercer paso para una correcta conservación es colocar la botella de vino abierta en vertical, nunca en horizontal como cuando está sellada. Si se coloca horizontalmente aumenta la superficie de contacto del aire con el líquido; por el contrario, si se mantiene en forma vertical, el oxígeno solo está en contacto con la superficie del vino. Las vacaciones son la época perfecta para reunirte con los amigos a celebrar alguna ocasión especial. Como en toda comida, no puede faltar el picoteo, pero tampoco un buen vino, una de las bebidas con las que más nos gusta acompañar este tipo de reuniones.