Donostia ha vuelto a colgar el cartel de completo esta Semana Santa y no hay más que pasear por sus calles para percatarse del volumen de gente que estos días visita la ciudad. Este llenazo se refleja, sobre todo, en bares y restaurantes, donde los turistas hacen cola para poder encontrar un sitio en el que comer o, simplemente, disfrutar de unos pintxos.

La Parte Vieja es, sin duda, el epicentro de la congregación de estos turistas, y estas fechas festivas están dejando algunas imágenes curiosas, como las largas colas formadas esta mañana en la calle 31 de agosto, con decenas de personas esperando a que el bar La Viña abriera sus puertas para hacerse con sus populares tartas de queso.

Desde que algunas revistas y guías de viajes incluyeron este producto en sus reportajes, el éxito de esta tarta se ha viralizado en redes sociales y no ha dejado de crecer. De hecho, el pasado 2020, The New York Times, la escogía como "sabor del año", visibilizando así un éxito que parece que no toca techo.

Conscientes del éxito, en La Viña no solo ofrecen porciones de su plato estrella para degustar en el lugar, sino que hacen encargos para llevar. Los dueños del local insisten en que su secreto radica en que es una receta "sencilla y fácil de hacer".

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La Semana Santa más veraniega en Donostia - San Sebastián Javi Colmenero

Colas, colas y más colas

Donostia ha rozado el lleno en Semana Santa y la afluencia de viajeros ha tenido su reflejo en las calles más céntricas de la ciudad. Los establecimientos hosteleros, principalmente, pero también parkings, museos como el Aquarium o atracciones como el funicular de Igeldo o el autobús turístico de la capital han obligad a armarse de paciencia para poder acceder a todos estos lugares.

El buen tiempo también ha contribuido a ello. Los 29 grados (aunque Donostia registró máximas de 25,3 grados) que algunos termómetros de la capital registraban a primera hora de la tarde del domingo impulsaron a vecinos y visitantes a las calles. La playa ofreció postales más propias de comienzos del mes de junio que de la Semana Santa, mientras que los paseos, los parques y las terrazas, lucían abarrotados en un veraniego Domingo de Resurrección, que puso la guinda a una semana fantástica en lo que al turismo se refiere. 

Y es que si 2022 fue sobresaliente para el sector, con cifras de viajeros que batieron todos los récords hasta la fecha, 2023 ha comenzado por la misma vía. La Semana Santa es el primer test vacacional importante que permite pulsar la fortaleza del sector y, tras estos días, ha quedado en evidencia que Gipuzkoa en general y Donostia de manera destacada, gozan de muy buena salud. En esta ocasión, las condiciones meteorológicas han resultado, además, un aliado clave. Y es que en estas fechas, el buen tiempo es lo que permite disparar las reservas de última hora. 

Con todo, la capital guipuzcoana ha rozado estos días de fiesta el completo. La llegada de visitantes ha sido paulatina, con un primer fin de semana (el del 1 y 2 de abril) donde ya comenzó a percibirse movimiento de turistas y que ha vivido su cúlmen a partir del Jueves Santo. Desde esa fecha, los hoteles y apartamentos turísticos del territorio han alcanzado el 90% de ocupación. Y el tirón del turismo no se ha circunscrito únicamente a la capital: en el interior, las vacaciones también han resultado sobresalientes y los alojamientos rurales han alcanzado el 80% de las reservas, cifras similares a las que se registraron el pasado año, el primero tras el parón de la pandemia. Ya a partir del sábado, el nivel de ocupación ha bajado drásticamente, hasta superar ligeramente el 60%.

Turismo de cercanía

Un año más, madrileños y catalanes han sido quienes más han visitado la ciudad. También destacan quienes llegan a pasar el día, como navarros y navarras. De hecho, siete de cada diez turistas que estos días han pasado por Gipuzkoa son de origen estatal, mientras que el resto proceden de destinos internacionales, principalmente Francia (donde hoy es festivo) pero también Reino Unido, Alemania o incluso Estados Unidos.