El aislamiento de viviendas mejora el confort y la calidad de vida de quienes habitan en ellas. Pero no solo eso, también es una inversión inteligente para reducir el consumo de energía y proteger el entorno.

Cuando se habla de aislamiento es posible que el primero concepto que venga a la cabeza sea el aislamiento térmico. Este aislamiento ayuda a, tal y como explican los expertos de la Organización de Consumidores y Usuarios, mantener una buena temperatura en casa sin gastar una fortuna en calefacción o climatización. Con él también será más fácil refrescarla en verano.

Además del aislamiento térmico también está el aislamiento acústico. Según describen los especialistas, el asilamiento acústico aumenta el confort, la privacidad y el valor de la propiedad, al limitar la exposición a los ruidos externos indeseados. Y es que según la Agencia Europea de Medioambiente uno de cada cinco europeos están expuestos a niveles de ruido prolongados nocivos para la salud.

Tener un buen aislamiento en una vivienda implica reducir el consumo de energía para climatización, que se puede quedar en la décima parte con un buen aislamiento, el ahorro de dinero, unos 1.000 euros para una vivienda tipo de 90m2, y la reducción del ruido externo.

¿Cómo se aísla una vivienda? Esto es lo que dice la OCU

Antes de ver cómo se aísla una vivienda, es importante saber si necesita ser aislada o no. La primera señal es la temperatura dentro de la casa. Si es demasiado baja en invierno o muy cálida en verano, posiblemente hay un mal aislamiento. También es un reflejo de ello que haya condensaciones en las ventanas, humedades en alguna pared, filtración de aire por las ventanas o las cajas de las persianas... o si se sufren muchos ruidos molestos, entre otras cuestiones.

Para evitar que el calor (o el frío, si se tiene puesto el aire acondicionado) que se produce dentro de casa se escape hacia el exterior, los expertos de la OCU señalan que hay que interponer un material que conduzca mal el calor, un aislante. Dentro de los materiales aislantes se distinguen entre aislantes naturales y materiales sintéticos. Para elegir entre las numerosas opciones disponibles en el mercado, hay que tener en cuenta que el aislante elegido no desprenda sustancias tóxicas, no sea inflamable ni produzca humo tóxico, resista a los insectos, no absorba humedad y deje pasar el vapor de agua.

Para mejorar el aislamiento de la vivienda hay que saber cómo está construido el edificio.

Cómo aislar una vivienda si los muros exteriores tienen una cámara de aire

Según explican los especialistas de la Organización de Consumidores y Usuarios, en estos casos se puede inyectar un aislante, en forma de espuma, fibras o bolitas, que rellene esa cámara. Para ello, se hacen unos taladros a distancias regulares, se introduce el aislante y luego se tapan los agujeros. 

Cómo aislar una casa si los muros exteriores no tienen cámara de aire

En estos casos se tendrá que un aislante en placas que se pegan al muro por el exterior o por el interior. El aislamiento por el exterior solo se suele poner cuando se hace una obra de rehabilitación en todo el edificio, ya que supone poner andamios, cambiar la fachada, etc. El aislamiento interior se puede hacer por cuenta propia.