Las redes sociales y los medios de estilo de vida están repletos de consejos para mantener la casa limpia, pero pocos tan curiosos y efectivos como el que ha revelado recientemente Anne Simmons, una extrabajadora del Palacio de Buckingham. Con años de experiencia en la limpieza de una de las residencias reales más emblemáticas del mundo, Simmons ha confesado un recurso improvisado que sorprendió incluso a quienes se dedican profesionalmente a este sector: usar un juguete infantil pegajoso para quitar el polvo.
Una solución sobre la marcha
Todo comenzó en un momento de apuro. Según ha relatado en una entrevista, durante una jornada de trabajo en el Palacio, no encontraba la aspiradora en la zona donde debía limpiar y, frente al tiempo limitado y las exigencias del protocolo, recurrió a lo único que tenía a mano: un juguete con textura viscosa que pertenecía a su nieto. De esos que se pegan en los cristales o paredes y que habitualmente se regalan en cumpleaños infantiles.
Lo que podría haber parecido un gesto desesperado se convirtió en una sorpresa mayúscula. Al pasar el juguete por la superficie, comprobó que el polvo se adhería con facilidad. "Funcionó como un guante mágico", ha dicho. Desde entonces, Simmons no ha dudado en incorporarlo ocasionalmente a su kit doméstico de limpieza.
Lejos de técnicas complejas o productos químicos agresivos, el éxito del método radica en algo muy simple: la textura adherente del juguete atrapa el polvo sin levantarlo, y permite acceder a rincones complicados como esquinas de estanterías, perfiles de marcos o partes delicadas de adornos. Además, al tratarse de un objeto blando y flexible, no deja arañazos ni daña superficies delicadas.
“A veces lo más útil no está en la tienda de limpieza, sino en el cajón de los juguetes”, ha dicho entre risas la extrabajadora del Palacio, que ahora comparte consejos de orden y limpieza en entrevistas y colaboraciones con publicaciones especializadas.
Las redes han reaccionado
La anécdota no ha pasado desapercibida. En redes sociales, muchos usuarios han celebrado el ingenio de Anne Simmons, y no han faltado quienes han compartido vídeos imitando su técnica con juguetes similares. Otros, más escépticos, se preguntan si ese tipo de soluciones pueden generalizarse, pero lo cierto es que el truco ha funcionado incluso con figuras decorativas de alto valor, según asegura la propia Anne.
Una lección desde los salones reales
Trabajar en el Palacio de Buckingham implica cumplir con los más altos estándares de limpieza, sin margen para errores. Que una profesional con esa trayectoria confiese haber resuelto un problema con algo tan cotidiano como un juguete infantil es, sin duda, una lección de humildad y creatividad.