Isabel Franc suele escribir una frase del día en su blog personal. La última, que lleva la firma de Mafalda, dice lo siguiente: “Discutir con un idiota es como montar una bicicleta estática. Te esfuerzas, sudas, te agotas y, al final, no te lleva a ningún lado”. La autora catalana (Barcelona, 1955), profesora en la escuela de escritura del Ateneu Barcelonès, donde imparte cursos de literatura humorística, se dio a conocer en 1992 con la novela ‘Entre todas las mujeres’, que buceaba en la narrativa erótica escrita por mujeres. Quedó finalista en el XIV Premio La Sonrisa Vertical, provocando un encendido debate entre los miembros del jurado con la historia de una mujer lesbiana de mediana edad que vivía reprimida por un mundo social y familiar de normas estrictas y costumbres reaccionarias.

Con mucho humor

Tirando de ironía, con mucha mano para la parodia literaria, el periódico El País define su estilo como una mezcla de “sarcasmo y ternura” donde los personajes “podrían pulular por una película de Woody Allen aunque tengan un pie siempre puesto en una de Almodóvar”.

Lola Van Guardia es el alter ego con el que escribió su conocida trilogía lésbica entre finales de los 90 y primeros 2000: ‘Con pedigree’, ‘Plumas de doble filo’ y ‘La mansión de las tríbadas’. La inspectora García, seguramente su personaje más icónico, protagonista de la serie, regresó al cuerpo de policía el año pasado en la novela ‘Dos Tazas’, donde tenía que enfrentarse a un doble caso lleno de dilemas morales; una serie de robos a ancianas ricas por un lado, un sospechoso intento de suicidio de una escritora por otro. Casi 25 años después de su publicación, ‘Con pedigree’ está considerada como “la novela lésbica más vendida y aclamada en el Estado español y Latinoamérica”.

Tras sufrir un cáncer de mama, se alió con la dibujante Susanna Martín y contó su experiencia personal en la novela gráfica ‘Alicia en un mundo real’, donde la novelista y cómica aporta una visión mordaz tratando de derribar los estigmas que aún rodean a la enfermedad. Galardonada en la tercera edición de los Premios Jennifer Quiles, parte de un irónico lema: la vida después del cáncer ya no es igual… pero viene a ser lo mismo.