Con la llegada del otoño, son muchos los aficionados a la micología que se acercan hasta el parque de Ultzama a por setas. Pero antes de nada, es importante diferenciar entre aquellas setas comestibles y las venenosas. Es esencial no consumir nunca una seta que no haya sido perfectamente identificada, ya que existe un alto riesgo de intoxicación. No obstante, estas son las cinco setas comestibles más populares que podremos recolectar en el campo.

Champiñón silvestre: este tipo de champiñón es una de las setas comestibles más consumidas en Euskadi. Es fácil de identificar ya que tiene un sombrero de color blanco, que en algunos casos tiende hacia un tono grisáceo. En cuanto a su tamaño, varía entre los 3 y los 12 centímetros de diámetro, y tanto su sabor como su olor son muy agradables por lo que sabremos que podremos llevárnoslo a la boca.

Boleto comestible: este tipo es también conocido como hongo. Se trata de una seta con un sabor dulce y color blanquecino, aunque a medida que pasa el tiempo tiende a ponerse marrón.

Níscalo: por su nombre se os hará familiar puesto que es muy común encontrarla en mercados. Tiene un sabor muy rico y es fácil de identificar porque tiene un sombrero muy característico, de forma convexa y muy carnoso. Tiene sobre unos 15 centímetros de diámetro y es de color naranja con manchas verdes.

Trufa negra: no suele ser de las más conocidas en los hogares pero la trufa negra es una seta de color entre marrón y negro, y presenta un aspecto rugoso. Sin embargo, en los fogones de las grandes cocinas tiene un gran valor.

Rebozuelo: este es otro de los tipos más fáciles de identificar puesto que su sombrero tiene forma de embudo y un color amarillento. Sus láminas tienen aspecto de pliegue y su sabor es afrutado aunque con un toque amargo.

Si vas al campo y ves una seta con mal aspecto, te da la pista de que no es comestible por lo que no deberás introducirla a tu cesta.

Los olores y colores son muy representativos y en el caso de la micología nos permite saber en qué estado se encuentra un hongo. Si su color es rojo, verdoso o anaranjado fuerte, cuidado, puesto que se trata de setas tóxicas.

Otro de los aspectos a tener en cuenta es el velo; es decir, una tela transparente que puede encontrarse en la zona del tallo o del sombrero. Esto nos indicaría que son setas venenosas.

Los expertos aconsejan llevar un trozo de papel cuando vayas a recolectar setas. De esta forma, identificarás con facilidad el color de las esporas, ya que si su color es muy oscuro o cuenta con tonos rosados, con seguridad se trataría de un hongo tóxico.