Ni una semana después del Ayusazo, la prensa de orden anuncia un inminete Casadazo. "Casado da el sorpasso a Sánchez y podría gobernar", atruena en primera La Razón, sobre el gráfico de una encuesta de NC Report que vaticina 111 escaños al PP y 108 al PSOE. "El «efecto Ayuso» se propaga por el resto de España", festeja en uno de los editoriales secundarios el diario del emporio Atresmedia. ¿Hay quién dé más?

Sí, lo hay. El Mundo vaticina una victoria incluso mayor. "Ayuso desata un vuelco electoral en España que hunde a Sánchez". Según el sondeo de Sigma Dos, los todavía inquilinos de Génova sacan 5 puntos porcentuales al PSOE. El editorialista corre a pontificar los cómos y los porqués: "Los españoles están castigando la errática gestión de la pandemia del Gobierno. Pero también sus pactos contra natura con el populismo de izquierda radical y con los partidos secesionistas de todo el país que solo buscan la desestabilización de España y el derribo del sistema de derechos y libertades que consagra la Constitución". Título del cuento de la lechera: "El cambio afecta a toda España".

Sin necesidad de apoyarse en una encuesta, el editorialista de El Español hace de adivino para llegar a la misma conclusión, A Sánchez le queda un suspiro: "La aceleración de ese proceso de primarias demuestra, en fin, el miedo del PSOE a que la victoria de Ayuso provoque un efecto mariposa en toda España que acabe desalojando a Pedro Sánchez de Moncloa. El PSOE no perdía la iniciativa política desde junio de 2018. Ahora, y gracias a Ayuso, esa iniciativa está en manos de Pablo Casado y no del presidente del Gobierno".

Y todo esto, claro, como leíamos más arriba, gracias a la nueva Diosa de la Puerta del Sol, que sigue recibiendo loas desmedidas. Aquí la de Antonio Burgos en ABC: "Mi esperanza es la Vacuna Ayuso, inyectada a Madrid para levantar la economía, echar al de la coleta y dejar al PSOE de tercero. Con tanta esperanza como lo que ha dicho Felipe González: «El 4-M indica algo, no sólo en Madrid». Pues indica, entre otras cosas, que no se puede dejar a una nación hundida sin estado de alarma, al albur de la Alarma del Estado".

¿Todavía no han comprendido lo que pasó el 4.M? No se preocupen. En Vózpuli escribe un tal Álvaro Petit Zarzalejos que se lo va a explicar en un brochazo: "En España hay bares y no fascismo. Y porque hay bares y no fascismo, la izquierda ha cosechado una derrota tan clamorosa".

Esa salida de pata de banco compite en extravagancia con esta otra de Ángela Vallvey en La Razón: "El covid-19 y Pablo Iglesias han ejercido de pantallas de la realidad. Han distraído a la sufrida ciudadanía de lo que hay. Del horror". Si entienden lo que quiere decir, mándenme un guasap.

Cuerpo a tierra, que vienen los nuestros

Metidos en rarezas, les traigo ahora una cuantas pedradas arrojadas al tejado propio. Empezamos por Francisco Marhuenda, que por algún motivo que desconocemos, ha soltado la mano contra el partido al que siempre pide votar. Esto escribía el pasado sábado: "En Génova basta con haber militado en ese partido, no importa lo que se hubiera dicho contra el PP o incluso ser conflictivo y haber fracasado en su circunscripción. Todo es bueno para la cocina del convento. Se les puede ofrecer cargos, candidaturas o acomodo en una fundación cuya actividad es un arcano, pero al menos permite tener una tarjeta de visita y soñar con un escaño en el Congreso". Zasca.

¿Qué ha podido pasar? Quizá la explicación está en la nueva andanada de hoy, bajo el título "La oficina de colocación del PP". La cosa va de tratar mal a los fieles como él y bien a los conversos recientes: "Ahora ha llegado la gran oportunidad para los antiguos o actuales dirigentes de Ciudadanos, porque los esperan con los brazos abiertos. Es verdad que tendrán preferencia los que hayan sido más críticos y despiadados contra el PP e, incluso, si alguno tuvo la suerte de lanzar algún insulto personal contra Casado está llamado a ser ministro".

Juan Manuel De Prada tiene también un pellizco de fraile para el líder del PP: "Ahora la monserguita sistémica consiste en repetir que la victoria de Isabel Díaz Ayuso en Madrid precipita un 'cambio de ciclo' en la política española. Pablo Casado se ha subido a esa moto, con el ímpetu propio del hombre impaciente y acelerado que siempre ha sido; pero es lógico que un hombre que aprobó la mitad de la carrera en un solo curso tenga tanta urgencia". Por cierto, la "monserguita sistémica" a la que alude es consigna obligada por el medio que aloja su columna, el ABC.

Tocamos puerto en Libertad Digital, donde no son extrañas (todo lo contrario) las diatribas al líder del PP. Esta carga de profundidad es de Javier Somalo: "Una cosa es cierta: después del 4 de mayo Pedro Sánchez está de veras en las últimas. ¿Sabrá aprovechar la ocasión el centro derecha? Sólo si el candidato no es Pablo Casado o deja de ser este Pablo Casado". Continuará.