SEPTUAGENARIO desde ayer: No tengo la menor intención de cantarle las mañanitas a un tipo que tiene acreditadas centenares de tropelías dañinas, pero no me duelen prendas en reconocer que lleva muy bien los siete decenios que le han caído. Está usted en lo físico casi igual que cuando tuvimos que sufrirlo como presidente del Gobierno español en aquellas dos legislaturas -sobre todo la segunda, la de la mayoría absoluta- de muy infausto recuerdo. Por fortuna, su tiempo de poder efectivo pasó y lleva ya 19 años ejerciendo de jarrón chino o, más bien, de inmenso tocapelotas de los tres líderes de su partido que lo han sucedido. Nada que objetarle respecto a esa función. Siga ejerciéndola con el mismo tesón, que resulta muy divertido.