Siempre me han maravillado los seres de luz que hablan en nombre de toda la sociedad. No dejo de preguntarme si han tenido tiempo para hablar uno a uno con cada integrante del censo. Evidentemente, lo que hacen estos chisgarabises que se arrogan la representación de todo quisque es encalomar sus respetables pero no generalizables opiniones a quienes ni de lejos las comparten. Uno de los especialistas -que no el único- en estas lides de erigirse en portavoz de la ciudadanía es el lenguaraz delegado del gobierno español en la demarcación autonómica. “Hoy, lo prioritario para la sociedad vasca no es el derecho a decidir sino las necesidades socioeconómicas”, pontificó Denis Itxaso después de que 58 de los 75 parlamentarios de la cámara de Gasteiz aprobaran una proposición no de ley que insta a una reforma constitucional en la que quepan el derecho a decidir y la posibilidad de que el estado español se constituya en república.

Más allá del retrato vergonzante de su partido votando lo mismo que PP-Ciudanos ¡y Vox! en una cuestión tan de carril, cabe hacer pedagogía básica con el aguerrido virrey que cada vez recuerda más a aquella caricatura de sí mismo que atendía por Carlos Urquijo. Cómo decirle, cómo contarle al eterno aspirante a ministro del reino de España que las sociedades, igual que los ciudadanos y las ciudadanas individualmente, tenemos la capacidad de prestar atención a varios asuntos al mismo tiempo. No es incompatible estar acogotados por las penurias económicas con preocuparnos por la marcha del equipo de nuestros amores en la liga o, mire usted, con aspirar al derecho a decidir o a una república.