"Es un tópico, pero siempre se ha destacado el carácter luchador de los navarros"
Francisco Javier Caspistegui y Santiago Leoné presentaron ayer su obra 'Cien años de relación entre los navarros y el deporte (1901-2001)', un punto de partida para futuras investigaciones y un interesante relato plagado de anécdotas sobre la historia de nuestro deporte
pamplona. Aunque ha costado, la obra de Francisco Javier Caspistegui y Santiago Leoné por fin ve la luz. Concebida principalmente entre 2000 y 2003 -con la colaboración de un nutrido grupo de personas que les ayudaron en la recopilación de datos- y actualizada durante los dos últimos años, la investigación de estos dos historiadores pamploneses repasa a través de diversas fuentes y documentos "la historia del deporte en Navarra". Según Caspistegui, se trata de una obra que pretende "mostrar una panorámica general del deporte en Navarra a lo largo del siglo XX a partir de la sociedad que lo puso en marcha".
¿Qué han descubierto durante la elaboración del libro?
Sobre todo una serie de rasgos que son más tópicos que otra cosa, ya que luego hay que discernir entre cada deporte y cada practicante. Siempre se ha destacado el carácter luchador de los navarros, pero, por ejemplo, Jesús Ábrego era un pelotari más frío y menos impulsivo. Lo de la lucha es un tópico que ha quedado ahí, pero es justificado porque cualquier crónica de Osasuna de cualquier época destaca las mismas características: el equipo humilde y modesto que suple su falta de dinero y recursos con dedicación, esfuerzo y entusiasmo. En el fondo, es una forma de retratar una comunidad y es importante el papel de los deportes en la creación de identidades.
La publicación abarca 100 años de historia. ¿Ha sido siempre el fútbol el deporte rey?
Quizás hasta mediados del siglo XX la competencia de la pelota era muy fuerte en Navarra. De hecho, son muy llamativos los debates que existían en torno al predominio del fútbol como el deporte que venía de fuera y la pelota como nuestro deporte. Esos debates estuvieron presentes durante mucho tiempo, pero desde poco antes de mediados del siglo XX ya se vio que el fútbol era el deporte estrella por su capacidad de atracción, arrastre y entusiasmo. Aunque en Navarra se han practicado muchos deportes, a veces han tenido vidas muy poco continuadas.
La verdadera eclosión del fútbol se produce tras la medalla de plata que consigue la selección en los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920. ¿Qué ocurrió?
Fue el momento de la aparición de la furia española, de la famosa frase "a mi el pelotón, que los arrollo", pronunciada por un futbolista español antes de marcar un gol en aquella competición. Sin duda, se trata de otro tópico, pero resulta significativo que Osasuna naciera ese mismo año por la necesidad de crear un gran club que, en cierto modo, representara a toda Navarra.
¿De dónde viene el nombre de Osasuna?
En torno a esta cuestión existen todo tipo de variantes. La autoría del nombre de Osasuna la han reclamado, que yo sepa, tres personas distintas, cada una con sus propios argumentos. Una de las razones esgrimidas para su creación era la necesidad de recoger un nombre que fuese lo suficientemente propio como para distinguirlo de la cantidad de nombres que en aquella época estaban apareciendo. Algunos se lo tomaron a pitorreo porque el nombre de Osasuna tenía similitudes con el de un kiosco que vendía leche en la plaza del Castillo de Pamplona. Otros decían que se habían inspirado en un libro de gimnasia sueca de 1920 que arrancaba con la palabra salud. Son teorías, pero, como apenas existe documentación sobre el tema, prevalecerá la versión que cada uno quiera.
El libro también se preocupa de la relación de los políticos con el deporte. ¿Cómo era a principios de siglo?
Uno de los pioneros fue Leoncio Urabayen, concejal del Ayuntamiento de Pamplona en los años 20, una de cuyas iniciativas trató de impulsar todo lo que el deporte podía significar de positivo para el conjunto de la población y sobre todo para la infancia, de la posibilidad de que sirviera de ejemplo para contribuir a la educación y al respeto hacía el rival. Y todo acompañado de la creación de instalaciones deportivas, especialmente en la zona de los fosos de la Taconera, aunque finalmente el proyecto no se llevó a cabo por la falta de dinero, un factor que se daba entonces y que se ha repetido en otras épocas. Pero no deja de ser llamativo el hecho de que los políticos ya se dieran cuenta entonces de la necesidad de construir instalaciones deportivas.
¿Ha descubierto alguna anécdota curiosa sobre Osasuna durante la elaboración de la obra?
En la primavera del 36, Osasuna descendió a Segunda División, pero muy poco después de que comenzara la Guerra Civil hubo una propuesta para que volviera a Primera por los méritos de guerra de Navarra. La federación nacional, recién creada por aquel entonces, aceptó la idea, pero el Atlético Aviación también había descendido esa misma temporada y pensaba que, por ser el equipo que representaba a la aviación nacional, tenía posibilidades de estar en Primera. La federación tomó la decisión salomónica de que jugaran un partido para resolver la disyuntiva. Se disputó en Valencia y ganó el Atlético Aviación que, curiosamente, terminó conquistando el título de Liga.
Además del fútbol, ¿qué otros deportes han investigado?
El boxeo, la lucha libre, el ciclismo, un deporte con tradición y mucho éxito porque era gratuito para los espectadores; también el patinaje y el hockey; el balonmano, por supuesto, una modalidad que ha tenido más éxito que el baloncesto, que nunca ha terminado de despegar en Navarra. Y luego otros deportes más minoritarios, como la halterofilia, el rugby, el atletismo, con éxitos bastante significativos en torno a los años 70, la natación y el deporte rural, que ha contado con algunas figuras muy destacadas y con cierta repercusión a nivel nacional. Incluso el modelismo aéreo y las artes marciales. Práctica deportiva ha habido mucha y muy variada en Navarra, pero el problema de muchas disciplinas era la continuidad.
El hecho de que Navarra sea una comunidad relativamente pequeña dificulta el desarrollo de algunos deportes.
Claro, y lo estamos viendo hoy en día. Hay dinero muy limitado que lo canalizan casi siempre aquellos deportes que puedan tener más repercusión. Casi siempre se lleva la palma el fútbol y en la actualidad ya vemos las dificultades del San Antonio, de los equipos de baloncesto, del Xota... Al final, hay para lo que hay y casi siempre va hacia el mismo lado.
El deporte genera ídolos. ¿Cuáles han sido los más representativos en Navarra?
Este fenómeno se ha notado sobre todo en los últimos años, pero hay otra gente que ha tenido su importancia. Ahora mismo me estaba acordando de Miguel de la Quadra Salcedo, que en su momento fue un muy destacado lanzador de jabalina e incluso creó un nuevo método de lanzamiento, aunque no se lo homologaron. Ha habido figuras no tan llamativas pero que han tenido su peso, como el luchador Javier Ochoa, los remontistas Ábrego e Irigoyen y varios pelotaris, pero especialmente Julián Retegi, que ha sido el más conocido, el más exitoso y el que mayor capacidad de arrastre ha tenido. En el ciclismo, Mariano Cañardo y, por supuesto, Miguel Induráin, la gran figura deportiva de la Navarra más reciente. Y me viene a la cabeza el nombre de Maribel Chica, que tuvo su relevancia en el hockey sobre patines. En definitiva, gente que creo que ha tenido su impacto.