Fueron 16 temporadas completas, que no está nada mal para cualquier patrocinio deportivo. En 1976, una firma alemana de muebles con sede en Santander decidía lanzarse a la aventura del ciclismo profesional, y por sus filas pasarían campeones que cerraban sus ciclos deportivos -caso de Agostinho, Thevenet, López Carril, Perurena, Torres o Lasa (además de realizar un fallido contrato a Luis Ocaña, que duró pocos meses, e intentarlo con el mismísimo Bernard Hinault)- o jóvenes a los que lanzó al estrellato -Marino Lejarreta, Alberto Fernández...-.
Sus directores fueron, sucesivamente, Julio San Emeterio, Miguel Moreno, Txomin Perurena y, desde 1983, José Antonio González Linares.
Su principal característica fue la de animar todas las pruebas en las que participaba, con un estilo siempre combativo. Y su efectividad queda también fuera de duda: casi 500 victorias, sobre todo con sus velocistas -Thaler, Dejonckere, Gutiérrez o Elliot-, aunque la guinda fue la Vuelta 1982 que ganó con Marino Lejarreta (por descalificación por dopaje de Ángel Arroyo).
La caída de Dietzen En 1990, en el momento de la despedida, los responsables del Teka estaban convencidos de que su suerte cambió cuando Reimund Dietzen sufrió una gravísima caída en el túnel de Cotefablo en la Vuelta"99.
El ciclista alemán fue la punta de lanza del Teka en la Vuelta, en la que sólo le faltó lograr la victoria en la general, ya que fue 2º en 1987 y 1988, 3º en 1984 y 4º en 1986.
Pero aquel terrible accidente -del que se recuperó en el Hospital de Navarra- provocó que el Teka se quedara sin líder para acudir ese año al Tour, lo cual, obviamente, no gustó en Teka, que ya superaba por entonces los 200 millones de pesetas de patrocinio, todo un dineral en la época.
Dietzen ya no volvió a ser el gran ciclista que había sido antes de la caída y su retirada coincidió con la del propio equipo Teka.
Años después, el antiguo gerente del equipo, Santiago Revuelta, presumía de cantabrismo: "Hicimos algo parecido a lo que ahora está haciendo el Euskadi. Hubo un momento en el que llegamos a tener diez cántabros en el equipo: Alfonso Gutiérrez, Aja, Rivero, el Ardilla, Pacheco, Ahedo, Sierra, Marino Alonso, JJ Martínez y Mazón... Pero también muchos extranjeros, porque necesitábamos resultados y rentabilidad ante la firma Teka. Y no fueron malos fichajes".