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Un aizkolari con madera de ganador

el navarro Iker vicente, a sus 14 años, es el nuevo vencedor del Eusko Label sub-15

Un aizkolari con madera de ganadorCEDIDA

La mayoría de los niños nacen con un pan bajo el brazo, pero algunos pueden traer algo tan poco usual como el hacha que, siguiendo el ejemplo de su padre, ha empuñado desde pequeño el joven de Ochagavía Iker Vicente, hasta convertirse en un prometedor aizkolari de 14 años con madera de campeón. Iker se proclamó el 12 de junio vencedor del campeonato de aizkolaris Eusko Label en la categoría individual sub-15, y llegó a la semifinal en la de sub-19. Según el padre del ganador, Daniel Vicente, Iker ha empuñado el hacha prácticamente desde que nació, ya que el ejemplo lo tenía en casa: su padre lleva veinte años como aizkolari y nueve en la primera división de Navarra.

Con cinco años realizó su primera exhibición en una plaza, con un hacha de madera que luego se trocaría en una de hierro, y con la que se enfrentó a un pequeño tronco de chopo, un árbol de madera blanda, según ha explicado Vicente: "Venía a verme a los entrenamientos, e indicándole dónde tenía que cortar, marcándole unas líneas, poquito a poco lo iba aprendiendo, sin ninguna obligación", describe. Cortar troncos se ha convertido a día de hoy en la gran afición de Iker: "Quiere dedicarse a esto, luego habrá que ver que las lesiones le respeten, pero, si quiere dedicarse a esto profesionalmente, tiene todo mi apoyo, a él le hace mucha ilusión y a mí también", asegura Vicente.

La experiencia que le confieren a Vicente sus veinte años entre troncos le ha permitido afirmar que Iker tiene potencial: "Desde pequeño se le veían unas posturas muy bonitas con el hacha, tiene mucha clase. Lo que otros, yo incluido, hemos logrado a base de físico, él lo consigue sólo con habilidad, y le cuesta la mitad de esfuerzo, por lo que puede ser un campeón". No en vano, el año pasado, sin cumplir los trece, cortó seis troncos en 19 minutos, y en el campeonato de este año, logró batir a su rival en la final, Mikel Zabaleta, por casi dos minutos de diferencia, acumulados en tres pruebas en las que tuvo que partir troncos de hasta 45 pulgadas.

Para ello, Iker siguió un entrenamiento en el que dos días a la semana iba adquiriendo la técnica para manipular el hacha y otros dos salía al monte a andar en compañía de su padre, para coger fondo, un ritmo que se intensificó en los dos meses previos al campeonato. El hacha que utiliza el joven pesa unos 200 gramos menos que las empleadas por los aizkolari adultos, de dos kilos y medio, y, según especifica Vicente, tiene un mango más corto, de tal modo que le facilita la movilidad.

Esta herramienta y el trabajo duro le han permitido a Iker no sólo ganar la modalidad sub-15, sino llegar a la semifinal de la categoría sub-19, en la que competía con jóvenes hasta cinco años mayores que él. "Me parecía excesivo, pero no quedó mal, y está encantado de haber ganado la sub-15, porque ha llegado más lejos de lo que él pensaba", concluye Vicente.