madinawei. Así es como se llama una vía para la escalada en Venezuela que tiene un claro sabor navarro y es que el escalador que responde al sobrenombre de Wei es José Carlos Delgado Martínez (San Adrián, 1978) que tras siete días de ascenso ha abierto esa vía junto al alavés, Adolfo Madinabeitia.

El trabajo de estos escaladores en un tepuy llamado Acopan, también conocido como la montaña de los Dioses, de 400 metros de alto permitirá a otros deportistas realizar la ruta que han diseñado y que tiene una dificultad de 7c y A2+ con un obligado de 7 A+expo y con la posibilidad de forzar el largo 7 en libre (8b-8c?). La vía está compuesta por once largos y los escaladores introdujeron a mano dos parabol de ocho centímetros en cada una de las nueve reuniones y es que buscaron fisuras para poder escalar lo máximo en libre. "Intentamos taladrar la roca lo menos posible ", indica Delgado.

Una de las características más relevantes de esta ruta es precisamente que puede hacerse completamente en libre si se tiene el grado y no hace falta la maza ni los clavos. "Ahora para poder repetirla basta con llevar un juego de friends, otro de totem cams y empotradores", señala este escalador. Delgado define de forma clara cómo es la vía. "Dura pero agradable, lo tiene todo. Placas, fisuras, desplome, la calidad de la roca en todos los largos es inhumana, es perfecta, fue un regalo después de todo lo pasado por el camino". Para poder llegar a hacerla, estuvieron escalando siete días y realizaron cuatro vivac, es decir, durmieron cuatro noches en las hamacas colgadas de la pared hasta llegar a la cima.

Esta aventura que, según explica este vecino de Zufía, ha sido "inolvidable" y culminó "muy bien", aunque su inicio fue complejo puesto que esta pareja no se imaginaba que terminaría en el Acopan. "Íbamos al Autana y no pudimos subir porque los indígenas nos pedían una cantidad desorbitada de dinero", explica Delgado e intuye el por qué. "Habían ido unos ingleses antes y habían pagado 8.000 euros. Llegamos nosotros y nos pedían 16.000 así que nos cambiaron todos los planes. Tras superar el bajón inicial decidimos viajar al Acopan. Esto nos supuso recorrer 1.700 kilómetros en autobús y coger una avioneta hasta la zona".

Una vez allí, lo primero que hizo esta pareja de deportistas fue escalar una vía ya abierta para quitarse el mal sabor de boca que tenían tras lo sucedido en el Autana. Después, fueron a ver una vía que habían dejado sin terminar unos amigos de Huesca y al escalar los dos primeros largos vieron que existían posibilidades para abrir su propia vía.

duros porteos Las tareas comenzaron con el traslado a lo largo de dos días de todo el material desde el campo base hasta la pared. Para ello, realizaron duros porteos a la vez que aprovecharon para ir escalando los primeros largos. Cuando tuvieron todo listo se fueron hacia arriba y comenzaron la escalada propiamente dicha e hicieron el primer vivac.

A la hora de diseñar y crear esta vía fue fundamental la compenetración entre los dos escaladores y es que, según explica Delgado, formaron un tándem en el que se juntó la experiencia de Madina y su energía. "Adolfo, que lleva muchas escaladas de grandes paredes, se dejó llevar por una escalada de corte moderno, forzando todo lo posible en libre, que es la manera en la que suelo escalar yo", indica Delgado que quiere agradecer a Felipe Uriarte, de la empresa Mendiak eta Herriak, por haberles ayudado en esta experiencia; a Totem Cams por haberles facilitado los friends y a Adolfo por animarle para escalar "en uno de los lugares más bonitos que he estado".

Ahora, este escalador no duda en que volverá a Venezuela. "Adolfo ya está preparando la próxima y seguro que será tan buena o mejor que ésta", indica este escalador que ya ha ascendido otros montes como el Capitán (EEUU), Cochamo, en Chile, o el Tagia, en Marruecos. Mientras tanto, sigue con sus escaladas en los Pirineos y en los Picos de Europa.