hace 15 años Julián Retegui lograba la hazaña más heroica de su carrera en una final de Cuatro y Medio que es considerada por muchos como la mejor final de la historia de la jaula. El gran pelotari de Eratsun derrotaba a un joven Titín III después de remontar un 17-21, calándose así la 21ª txapela de su trayectoria profesional. Un triunfo con el que puso el broche de oro a 23 años de carrera como pelotari.
Los dos manistas demostraron un gran estilo en su juego, pero, a pesar de sus 43 años, o gracias a ellos, Retegui dio una lección en un esfuerzo casi agónico para levantar ese 17-21 adverso. El navarro aún estaba resentido de una lesión en los músculos isquiotibiales y sus molestias en el glúteo le ocasionaron una clara cojera a partir del tanto 4. Aunque las apuestas salieron a la par, se inclinaron ligeramente hacia Titín, ya que incluso se llegó a temer un abandono por parte del delantero de Eratsun. Sin embargo, el navarro sabía lo que se jugaba y decidió no perder ni un tanto más. Titín también continuó defendiendo como si le fuera la vida en ello, pero estaba mucho más cansado, ya que su rival le mareó y le hizo correr de un lado a otro del frontón. A partir del 17-21, Julián comprendió que al caracolero comenzaban a fallarle las fuerzas y realizó cinco grandes tantos completando así una victoria inolvidable para muchos. También hubo un tanto polémico, que fue el 20-21, en el que Retegui protestó al juez por un doble bote de Titín que, afortunadamente para Julián, terminó bien para él.
El Ogueta de Vitoria vibró como nunca en los últimos tantos de un partido que duró 69 minutos y, cuando el navarro alcanzó el cartón 22, se levantó en masa para apoyar a Retegui al grito de "¡Julián, Julián!". Además del júbilo que se instaló en el frontón vitoriano, la emoción también estuvo presente especialmente en Martín Ezkurra, botillero del pelotari de Eratsun, que confesó la intensidad con que había vivido el partido "No soporto otra de éstas, ha sido increíble", afirmó. Especialmente emocionante fue también el abrazo de Retegui tras el partido con sus dos hijos, Beñat y el ahora también pelotari, Julen, que ha seguido los pasos de su padre en el mundo de la pelota.
El considerado por muchos como el mejor pelotari de la historia, Julián Retegui, conseguía el último trofeo de su carrera como profesional a los 43 años (curiosamente la edad actual de Titín). Esa cuarta txapela en el Cuatro y Medio se sumaba a sus once títulos en el Manomanista y a sus cinco en el Parejas. Para el riojano, sin embargo, aquel bache supuso una derrota moral para él, ya que, aunque por aquel entonces sólo tenía 28 años, no sería capaz de conseguir su primera y única txapela en la jaula hasta diez años más tarde frente a Abel Barriola, justo una semana después de la muerte de su padre.