El 23 de febrero de 1998, una nueva promotora llamada Aspe irrumpía con fuerza en el mundo pelotazale tras pagar las cláusulas de siete pelotaris que se encontraban en aquel momento en las filas de Asegarce; en total, 125 millones de pesetas. El detonante, sin embargo, fue la ruptura de las conversaciones entre Euskal Telebista y Asegarce para continuar las retransmisiones televisivas. El canal público apoyó económicamente la creación de la nueva empresa y facilitó el debut de decenas de pelotaris aficionados a los que se les dio una oportunidad. Luis Iribarren, Javier Iturza y Javier Salaverri habían creado Aspe un año antes para ofrecer partidos de Segunda. Titín firmó un precontrato, y a partir de ahí el resto de pelotaris comenzaron a confiar en el nuevo proyecto. Tras pagar la cláusula de rescisión de los manistas, los dueños de la nueva empresa ultimaron los contratos con los pelotaris Capellán, Titín, Santi, Berna, Oskar Lasa, Aitor Elokoro y Patxi Eugui. También se unió Mikel Goñi por el que, al no haber renovado con Asegarce, no tuvieron que pagar nada. Muchos de los contratos doblaban las fichas anteriores de los pelotaris, y Titín se convirtió así en el manista mejor pagado de la historia, con 500.000 pesetas por partido.
La pugna entre las dos empresas continuó y Aspe y ETB tuvieron que indemnizar a Asegarce con 200 millones de pesetas, hasta que el 14 de septiembre de 1999 las dos promotoras y la cadena pública alcanzaron un acuerdo económico para organizar festivales y campeonatos mixtos.
La empresa tardó algo más de un año en adquirir el ideario actual. La entrada de Fernando Vidarte, que despidió a Salaverri e Iribarren, supuso un modo innovador de entender la pelota que ha continuado hasta el día de hoy, en el que la televisión tiene una importancia fundamental en la transmisión de este deporte.