pamplona. Dicen de los argentinos que son personas habladoras y dicharacheras, pero su personalidad no se corresponde con esta descripción. El carácter de Matías Carlos Schulz (Buenos Aires, 12-02-1982) guarda mayor parecido con los alemanes. Y no es casualidad. Sus antepasados eran germanos y su familia ha querido mantener las costumbres y el idioma. Fanático del River Plate, el pasado verano disputó los primeros Juegos Olímpicos del combinado albiceleste de balonmano en la historia y compartió con sus casi 8.000 fans en Facebook esos momentos tan especiales para él.

Usted es argentino, pero su apellido no suena muy hispano...

Schulz es alemán. Tengo antepasados alemanes que en su momento emigraron a Argentina, pero yo soy argentino de tercera generación. Mi familia ya lleva muchos años con el apellido extraño alemán en Argentina (entre risas).

Jugó dos temporadas en el Dessaus HV germano, así que conocerá bien la cultura y el idioma.

Sí, porque mi familia siempre ha tratado de mantener las costumbres alemanas. En casa hablamos alemán, también he estudiado en un colegio alemán e incluso empecé a jugar al balonmano en un club alemán. Y sí, estuve dos años en Alemania. Allí empecé mi carrera como profesional y esa estancia me vino muy bien para asentar las bases del idioma y de las costumbres que ya tenía impregnadas por herencia familiar.

¿Cuál es la mayor diferencia entre el carácter de alemanes y españoles?

El alemán es mucho más frío y cerrado a la hora de hacer amistades. Cuesta un poco entrar en los grupos, pero es cierto que las relaciones que logras forjar son firmes y de por vida. Puede que tengas un amigo alemán al que no veas en cinco años, pero cuando te reencuentras con él parece que el tiempo no ha pasado.

Alemania es el país dominante ahora mismo en Europa. ¿Sigue la actualidad política y económica?

Por supuesto, sigo muchísimo las noticias. Me encanta la economía, y lógicamente la política está vinculada de forma muy estrecha a la economía. He estudiado Administración de Empresas y me gusta estar enterado de todo. Es cierto que ahora mismo Alemania es la locomotora de Europa porque tiene mucha industria y exporta muchísimo a todos los lugares del mundo, y ese es un punto clave hoy por hoy para tener una economía fuerte dentro del mercado europeo.

También parece que los alemanes dominan el fútbol en la actualidad.

Sí, a nivel europeo en cuanto a clubes está claro que ahora mismo sí, pero todavía no a nivel de selección. He seguido la Liga de Campeones y ha quedado demostrado que en Alemania existe una generación de jugadores magníficos, así que espero que en el futuro vuelvan a proclamarse campeones del Mundo, pero también espero que Argentina lo consiga antes (dice riendo).

¿Le gusta más el Real Madrid o el Barcelona?

No me tira mucho ni uno ni el otro. Mi club favorito de la Liga española es Osasuna, porque llevo cinco años en España y he ido varias veces a ver partidos al Reyno de Navarra. Entre Real Madrid y Barça no podría quedarme con uno. Me divierto cuando pierden los blancos, pero también cuando lo hacen los catalanes.

¿Qué opina de su compatriota Leo Messi?

Al principio era mucho más querido aquí que en Argentina, porque es cierto que en el Barça le salían las cosas, pero en la selección no tenía un papel tan destacado. Aunque es cierto que cada vez se le valora más. Lleva varios años liderando la selección y ya se le reconoce como el mejor jugador del mundo, en gran parte por haber ganado tantos Balones de Oro en los últimos años. Eso no pasa desapercibido en ningún lugar del mundo, y por supuesto que mucho menos en Argentina.

¿Es mejor que Maradona?

Le falta conseguir un logro importante con la selección para llegar al estatus de Maradona. Diego es el ídolo absoluto en Argentina porque fue campeón del Mundo con un equipo alrededor que le apoyaba, pero donde él era el líder y marcaba la diferencia. Messi todavía no ha logrado eso. Como jugador de club, está claro que Messi ya es muy superior a Maradona, pero le falta tener un éxito mundial con la selección para estar a su altura.

Se confiesa un fiel seguidor del River Plate.

Soy un auténtico fanático del River, lo tengo que reconocer.

¿Y cómo vivió el descenso y el posterior retorno a la elite del equipo?

Fue una situación muy atípica y muy dolorosa para todos los aficionados, pero es ahí cuando más se respaldó al equipo. El apoyo que tuvo el River durante el año que permaneció en Segunda División fue realmente impresionante, y eso en buena medida hizo que saliera campeón y lograra ascender. Ahora mismo es tercero, ha vuelto a pelear por el título, por lo que queda claro que tampoco hay tanta diferencia competitiva entre ambas categorías. Yo creo que el descenso se debió en gran parte a la presión que tenía el equipo, porque nunca había bajado de categoría en toda su trayectoria y eso pesó mucho a los jugadores, pudo con ellos, más que lo deportivo. Pero lo importante es que estamos de vuelta y ojalá que pronto volvamos al sitio que nos corresponde: a ganar la liga y a jugar competiciones continentales.

Otro argentino famoso a nivel planetario es el nuevo Papa, Francisco. ¿Cómo ha recibido su elección?

Bien, me quedé muy sorprendido. Ya conocíamos que cuando eligieron a Benedicto XVI fue serio candidato hasta el último momento, pero esta vez nadie lo esperaba porque en las quinielas que pronosticaban los expertos en el tema le colocaban en la décima posición. Y es verdad que en Argentina ha aflorado de nuevo el amor por la Iglesia. Las misas están repletas de gente todos los domingos, cuando hace unos meses iba mucha menos gente Se ha notado muchísimo y es bueno para Argentina.

¿Qué conocía de Navarra antes de llegar?

En realidad muy poco, solo tenía referencias de algún compañero que había estado aquí. De España solo conocía Madrid y Barcelona. Me impresionó mucho positivamente, creo que es uno de los lugares más bonitos de España en cuanto al contraste que hay entre el sur y el norte. En Pamplona está justo la división entre la sequedad del sur y la humedad del norte, y las zonas verdes que hay aquí son realmente impresionantes.

¿Ha disfrutado ya de las fiestas de San Fermín?

Llevo cinco años en España y no he tenido la oportunidad. Siempre toca en medio de las vacaciones, y casi siempre tengo que viajar a Argentina para jugar con la selección. Mi mujer estuvo el año pasado, pero yo todavía no he podido.

Han sido padres hace poco tiempo, ¿cómo le ha cambiado la vida la llegada de su hijo?

Muchísimo, ahora veo todo completamente diferente. En unos días mi hijo cumplirá un año y la estructura de nuestras jornadas es totalmente diferente que antes. Ahora me levanto mucho más temprano y sigo los horarios del niño. Para las ocho y media de la noche le tengo que acostar, así que me he amoldado a sus hábitos y llevo una vida mucho más tranquila y casera. Pero lo estoy disfrutando muchísimo, ser padre es muy gratificante.

¿Le gustaría que se dedicara al balonmano?

Pues no lo sé. Mi mujer muchas veces me dice que si elige ser deportista, ojalá se dedique a un deporte como el tenis, el golf o el fútbol, donde los jugadores ganan dinero de verdad, no como en el balonmano (dice entre risas). Pero bueno, si le gusta el balonmano, yo le apoyaré para que consiga llegar lo más lejos posible, claro que sí.

Dicen de los argentinos que son muy dicharacheros y conquistadores. ¿Le molesta el prototipo de la gente de su país que existe en España?

No sé si es verdad o no, pero me molesta que se diga que los argentinos no callamos en todo el día y que vendemos más de lo que somos. Seguramente en muchos casos es cierto, pero es difícil encasillar al argentino porque allá hay mucha diversidad, mucho contraste de gente y es difícil decir cómo es un argentino de a pie. Pero no me gusta que se cree un prototipo, por supuesto.

¿Llegan noticias de la crisis española a su país?

Evidentemente, muchísimas. Se sabe todo lo que ocurre porque se sigue al dedillo la economía de Estados Unidos y de la Eurozona. Muchos estudiantes y jóvenes profesionales españoles están llegando a Argentina en busca de una oportunidad laboral. También muchos argentinos que estaban aquí se han vuelto en los últimos años para allá, así que es un tema candente que se conoce muy bien y cuyas consecuencias se están notando a pie de calle.

Compitió en los Juegos Olímpicos de Londres, donde la selección argentina de balonmano concurrió por primera vez. ¿Qué puede contar de la vida en la villa olímpica?

La verdad es que tiene un ambiente muy particular. Está todo el mundo muy emocionado y con ganas de competir. En las calles internas y en los pasillos del recinto se ve constantemente gente entrenando: corriendo, saltando, con las bicicletas, los boxeadores entrenaban en el aparcamiento de abajo... Lo cierto es que es un ambiente difícil de describir y complicado de entender para quien no lo ha vivido en primera persona, pero es espectacular.

Compartió en Facebook fotografías de esos momentos especiales. Tiene casi 8.000 seguidores, ¿cómo vive el tema de las redes sociales?

Mi cuenta en Facebook la abrí por presión popular, porque era de los pocos del equipo nacional que no tenía y ya tocaba. Tuvo muchísima repercusión, mucha más de la que esperaba, y ya voy casi por los 8.000 seguidores. Twitter todavía no lo uso, ni por el momento tengo en mente abrir una cuenta. Pero conociéndome, sé que en un tiempo, también por presión de los compañeros, acabaré haciéndolo.

¿Cómo mantiene el contacto con su familia y amigos de Argentina?

Hablo todas las semanas con mis padres, generalmente los domingos. Con el resto me comunico a través de correos electrónicos porque estoy continuamente en Internet, informándome y leyendo prensa de todo el mundo, pero no uso mucho las redes sociales.

¿Se plantea volver a Argentina en el futuro?

En teoría quiero volver, pero tendré que ver cómo evoluciona la economía y la política allá y analizar cuál es la realidad del país. Desde que me marché, mi intención ha sido regresar cuando termine mi carrera deportiva, porque allí está toda mi familia y mis amigos y eso tira mucho, pero nunca se sabe qué pasará. Es difícil decirlo porque en diez o doce años que voy a estar fuera pueden cambiar mucho las cosas, pero en principio sí.

¿Cómo es Matías Schulz?

Soy una persona muy tranquila y bastante crítica y analítica, a veces en exceso incluso conmigo mismo cuando juego a balonmano, pero en general soy pacífico y me encanta la vida casera y familiar.

¿Cuál es su sueño cumplido?

Acudir con la selección de balonmano a los primeros Juegos Olímpicos de su historia.

¿Y el que le queda por cumplir?

Todo deportista de elite quiere competir en la mejor liga del mundo, y ahora es la Bundesliga alemana. Ya competí dos años en la Segunda División, pero no llegué a debutar en Primera y claro que me gustaría poder hacerlo, siempre ha sido un sueño.