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Egoi Martínez: "La vida que me espera después de la bici debe de ser peor, todos lo dicen"

Se adentró desde pequeño en el mundo del deporte con el Club Ciclista Aralar. Ahora, a sus 35 años y vistiendo el naranja de Euskaltel, Egoi Martínez deja el Tour de lado para explorar otras competiciones y pasar más tiempo con su mujer e hijos en su pueblo, Etxarri-Aranatz

Egoi Martínez: "La vida que me espera después de la bici debe de ser peor, todos lo dicen"UNAI BEROIZ

pamplona. El ciclista navarro Egoi Martínez (Pamplona, 15/05/1978) ha aparcado la bici antes del Tour de Francia 2013 para dedicarse a otras competiciones que aún no había pisado, como es el Giro de Italia, del que volvió recientemente. El corredor tiene presente que no le quedan muchos años para seguir pedaleando, pero por mucho esfuerzo que suponga, la nueva vida que le espera se ofrece apetecible para él.

No hace mucho de la muerte de Rufino Murguía, el masajista de Euskaltel, ¿cómo ha sentado al equipo?

Es un palo gordo siempre, pero más aún cuando te une una relación de 17 años como a mí. Además, ha sido en un mal año, donde las cosas no están yendo bien para el equipo, pero hay que seguir adelante como sea. No nos podemos permitir un parón.

¿Afectará al Euskaltel-Euskadi de cara al Tour?

Ahora mismo el equipo está en una situación de la que debe salir sí o sí. El corredor debe responder en la carretera, por lo que es necesario un nuevo masajista. Desgraciadamente, esta vida que llevamos no nos permite parar, tenemos que luchar y seguir adelante siempre y pase lo que pase.

Una pregunta inevitable. ¿Por qué no ha ido al Tour?

Después de nueve años corriendo por el país vecino me apetecía cambiar. El final de mi carrera no está lejos, y aún no conocía algunas competiciones, como el Giro de Italia. El Tour de Francia es una ronda que conozco muy bien, así que he decidido probar cosas nuevas. Como el año que viene también tengo contrato, me lo puedo permitir.

Si es sanferminero

La verdad es que al ser de fuera nunca he estado en San Fermín, y eso que ya tengo 35 años. Tampoco es algo que me llame en exceso. Al estar tanto tiempo fuera de casa, lo único que me apetece estos días es ir al cine con mis hijos o planes más corrientes, entre los que no entran las fiestas de San Fermín.

Hablando de niños, ¿ser padre le ha cambiado la vida?

Mucho, y para bien. Los niños siempre son bienvenidos. Yo soy una persona muy exigente consigo misma. También le doy demasiadas vueltas a todo. Desde que soy padre casi no tengo tiempo para pensar ni para ser tan exigente, y es algo que me viene bien.

¿Le ha resultado difícil compaginar esa exigencia personal con la exigencia de la vida familiar?

Tengo una suerte enorme, porque mi mujer está en casa y me apoya muchísimo en el cuidado de los niños. Además, ella me ha conocido siendo ciclista y sabe lo que supone. Es una gran ayuda que me lo hace más fácil. No obstante, cada vez me cuesta más salir de casa, sobre todo por las giras largas. Hay cosas que te pierdes y te afectan, pero a la vez eres consciente de que es una fase de tu vida en la que tienes que trabajar, y lo haces por el futuro de tu familia.

¿Pueden acompañarle en esos viajes largos?

Se esfuerzan por verme cuando me voy a las giras más largas. Por ejemplo, hace poco fue mi cumpleaños, y se presentaron en Eslovenia después de coger dos aviones y dos autobuses. Eso se valora muchísimo. Lo malo es que no tenemos casi tiempo para estar juntos cuando vienen.

¿Por qué?

Porque el ritmo de la carrera es muy exigente, y te da el tiempo justo para verles media hora al día. Para cuando termino la etapa y vuelvo a un nuevo hotel, me queda apenas media horita para estar con ellos, no hay tiempo para más.

¿Es tan dura la rutina de las competiciones?

Es una rutina absoluta. No varía nada. Día tras día es lo mismo, no hay nada más. Sales del hotel, vas a la etapa, terminas y te trasladas a otro hotel. Así consecutivamente.

Y en Etxarri, ¿cómo es su rutina?

Bastante monótona, la verdad, pero me gusta. Al estar tanto tiempo fuera, la cojo con gusto. Supongo que cuando deje la bici esta vida me cansará, pero hoy por hoy, me encanta la rutina con mis hijos.

¿Tiene algún plan de futuro para romper esa monotonía?

Desgraciadamente, tendré que trabajar. Supongo que no tendré tantas horas libres para estar con mis hijos. No viajaré tanto, pero les veré menos, seguro.

En Etxarri hay unos sitios preciosos de los que también podrá disfrutar.

La verdad es que es una zona bonita. Este pueblo me gusta, y el entorno es precioso. Cuando entrenamos aquí y sale un día soleado te das cuenta de que eres un afortunado. Entre la Sierra de Urbasa, San Miguel de Aralar... Es un sitio que no lo cambio por nada del mundo.

¿Puede disfrutar del paisaje en los sitios donde compite?

No, y es una pena. Hay sitios a los que me gustaría volver y visitarlos con tranquilidad y con mi familia. Cuando competimos no da tiempo para disfrutar. Te quedas con que son sitios bonitos, pero no es lo mismo que un viaje en familia, donde disfrutas de verdad del paisaje.

Y en el momento de la carrera, ¿se fija por dónde está pedaleando?

Te das cuenta de que los sitios por los que vas son realmente bonitos, pero suelen ser los más duros para nosotros (risas). Así que no, es difícil fijarse bien por dónde corres. Son zonas duras donde no estaría mal ir con tiempo, en vez de con la bicicleta y a tope.

El físico es algo fundamental en el ciclismo. ¿Llevan una dieta muy estricta?

Muchísimo. Aquí, el peso es lo más importante. No conocerás un corredor que vaya bien y esté gordo. Tampoco hay que llegar al otro extremo de estar tan delgado como para no tener ni fuerza. Hay que saber buscar el límite entre la relación peso y potencia.

Quizá en algunos deportistas haya una obsesión por conseguir más potencia, en algunos casos a través del dopaje. ¿Cómo se vive eso?

Es un tema que nos tiene saturados. Hemos vivido una época complicada, donde el dopaje ha sido algo innegable. A la sociedad le entró una neura para terminar con eso. Nosotros nos hemos adaptado a eso.

¿Cómo se adaptan a vivir bajo sospecha?

La gente se ha concienciado de que el dopaje casi no existe. Nosotros ya no le damos importancia. Si te cuidas y llevas una vida saludable, no tienes por qué preocuparte de que te pillen. Siempre va a haber alguien que se la juegue. Si ven un contrato que puede solucionarte la vida, hay gente que se arriesga. Lo que pasa es que ahora caen todos, se pilla a casi todos.

Hay otros deportes donde también existe el dopaje pero no se le da tanta caña.

No hay más que fijarse en lo que ocurrió hace poco con una atleta jamaicana que dio positivo, y no lo sabe casi nadie. Otros deportes se protegen de otra manera. Tanto los equipos como los aficionados y los medios les protegen. En cambio, en otras modalidades como el ciclismo, hay un mayor linchamiento. No entiendo por qué hay esa moda contra los ciclistas. Yo ya estoy cansado.

¿Les sigue afectando?

No, ya no nos afecta. Sí que me pregunto por qué hay quien se sigue arriesgando. A fin de cuentas, el espectáculo es el mismo, solo que un poco más lento. Además, ganan siempre los mismos, dopados o no. Pero eso sigue habiendo gente que no lo va a entender.

Sigue habiendo casos recientes de dopaje.

Sí, como el caso del ruso de nuestro equipo, Serebryakov, que dio positivo por EPO. Vive en Rusia, tiene dos hijos que no ve en todo el año y viene de la miseria más absoluta. Vio un contrato que pudo ayudarle y no lo pensó.

Esto fue muy polémico.

Sí, y se ha notado a la afición resentida con el asunto. Los vascos somos radicales, y no nos ha gustado.

En cambio, la gente parece menos resentida con otros deportistas.

Así es, como es el caso de John Mcenroe, que reconoció que se había dopado toda su carrera deportiva con Androlona y no pasó nada. Imagínate que Induráin diga algo parecido...

Quizá por el eco mediático de otros deportes. El fútbol, por ejemplo, que es el rey por excelencia.

Sí, pero al final todos los deportes sufren algo. Aun así, es cierto que en otros deportes estos asuntos se protegen más. No sé por qué hay una fijación especial por el ciclismo.

Hablando de otros deportes como el fútbol, ¿cree que el ciclismo está menos considerado?

No estamos mal, pero sí que el fútbol es el deporte rey que gusta a todo el mundo. Nadie pide explicaciones a los futbolistas. Ellos tienen bastantes más libertades que el resto de los deportistas.

¿Por ejemplo?

Un ciclista que sea visto de fiesta es casi un mal ejemplo para la sociedad. Un futbolista, en cambio, parece que tiene suerte por poder jugar a fútbol y, además, ir a cenar por ahí. Gozan de más libertades que nosotros, pero es normal, ellos generan más dinero.

¿Qué opina de la diferencia de sueldos?

Es normal, la ley de la oferta y la demanda. Si Cristiano Ronaldo cobra diez millones de euros y está en el Real Madrid, es porque en el equipo blanco saben que en otro equipo como en el Mánchester le van a dar ese dinero. Al final, un deportista cobra lo que se cree que cobraría en otro equipo. Por ejemplo, un masajista que cobra el doble y tiene clientes es porque es dos veces mejor que el otro.

Pero no siempre está en relación la calidad y el precio.

No, pero todos intentamos cobrar el máximo que podemos. Siempre pensamos que algún equipo nos puede pagar esa cantidad que queremos. Aun así, ningún equipo va a pagar por un deportista más de lo que cree que le pueden pagar en otro sitio.

Cuanto más dinero tenga, más sueños podrá cumplir. ¿Tiene alguno en mente?

Hay tantos sitios a los que me gustaría ir... A Italia, África... Pero si tengo que escoger algún viaje, diría recorrer Estados Unidos con mi mujer en un coche de alquiler. Me gustaría coger el coche y hacer los kilómetros que me apetezca en buena compañía y sin obligaciones.

Entonces viajar es un hobby

Soy muy básico, no tengo ninguna afición especial. Me gusta mucho estar solo, en cualquier sitio, ya sea en el pueblo, en el monte o en la misma ciudad. También me gusta estar con los amigos tomando unas cervezas y comiendo un bocadillo. Cosas normales.

Al viajar tanto, ¿le da tiempo a cuidar las amistades?

No me da tiempo, es algo que me da mucha pena. Te das cuenta de que tu vida se limita a la bici y los niños... Tengo tiempo para dos o tres amigos, que generalmente es porque vienen a mi casa, me llaman o se adaptan a mis horarios. Me doy cuenta de que descuido muchas amistades, y me da pena. También pienso que la bici se va a acabar y luego ya habrá tiempo para hacer todas esas cosas.

¿Significa eso que tiene ganas de que llegue el día de aparcar la bici?

Tampoco lo estoy deseando, porque sé que me va a costar mucho. Al final, he sido ciclista toda la vida y es un estilo de vida. No estoy acostumbrado a hacer otra cosa que no sea entrenar y cuidarme para estar delgado, llevar una vida sana... Pero intento mirar las cosas positivas, que será tener más tiempo con la familia y amigos, dejar el estrés de un lado... Esa nueva vida que me espera tiene cosas buenas, pero me seguirá costando. Me doy cuenta de que la vida que me espera fuera debe ser peor, porque es lo que casi todo el mundo me dice. El 90% de deportistas de alto nivel que lo dejan dicen que siendo deportistas vivían mejor. Por algo será.