pamplona - El árbitro asistente navarro y vecino de Sarriguren, Javier García Sabuco, un apasionado del atletismo, de la bici y de pasar un buen rato con la familia y los amigos, acaba de ser tío de su sobrina Chloe, lo que más le ha llenado de orgullo este año.

¿En este 2014 qué es lo que más ilusión le ha hecho?

-El nacimiento de mi sobrina Chloe. Ha sido una bendición para la familia y una alegría tremenda. Es la cosa más bonita que he visto desde hace muchísimo tiempo. Es el orgullo de la familia.

Pronto le tendrá que dar la paga.

-Ya estoy preparado. Creo que estoy ejerciendo de buen tío, aunque a eso deberían responder mi hermano y mi cuñada (risas).

¿Qué aficiones tiene?

-Suelo hacer triatlón. Me apasiona la bici, suelo ir a correr por el monte y me encanta, sobre todo ir al Casco Viejo con mis amigos en una tarde tranquila. Tomarme un café y una cañas con la gente que aprecio y quiero.

Por su trabajo ha viajado mucho por el país. ¿Qué lugar le ha gustado más?

-Granada tiene algo precioso que es la Alhambra. Como ciudad es muy bonita. Pero si tuviera que elegir uno de los lugares que he visitado estando en Primera División, creo que me quedo con San Sebastián.

La gastronomía es muy variada. ¿Dónde se come mejor?

-Hay mucha diferencia entre el norte y el sur. Prefiero siempre la zona del norte a la hora de comer o de cenar. Soy más de una buena carne a la brasa, de un buen chuletón, aunque también tengo que decir que el pescado de aquí es mejor que el del sur. Hay varios restaurantes en los que se come muy bien, pero sería desconsiderado por mi parte citar alguno y omitir otros.

¿En qué estadio le ha resultado más complicado correr por la banda?

-Tengo el recuerdo, cuando estaba en Segunda División, de que en el estadio del Deportivo de La Coruña, en Riazor, habían tenido problemas con la banda del asistente número uno. Era una banda prácticamente de arena, parecía una auténtica playa. Fue bastante difícil poder hacer bien mi labor.

¿Qué es lo más bonito que le han gritado desde las gradas?

-Cuando estaba de asistente en Preferente, coincidió que el partido se jugó durante las fiestas de Mutilva y alguien desde las gradas me gritó: ¡Qué piernas más bonitas tienes línea! Creo que es lo más agradable que me han dicho en toda mi carrera.

¿Qué cree que hace falta para que cambie la mentalidad que tenemos de los árbitros de fútbol?

-Creo que hace falta que la gente nos conozca más. Es una figura muy poco conocida, que intentamos hacer una labor lo más justa y lo más equilibrada posible dentro del terreno de juego. Nunca tratamos de favorecer a nadie, decidimos sobre lo que nosotros vemos. Tratamos de juzgar las cosas como las interpretamos en ese momento. Tenemos décimas de segundo para decidir, tenemos una cantidad de decisiones tremendas durante un partido, que seguramente son muchas más de las que pueda llegar a tener un jugador. Tenemos que peritar en todo momento todo lo que está pasando y muchas veces un fallo, sobre miles de jugadas sobre las que tomamos una decisión, se sobredimensiona de una forma que con un jugador o un entrenador, no se tiene el mismo nivel de crítica.

¿Cree que hay una gran falta de respeto?

-El fútbol sirve de desahogo para muchas personas. La gente que está muy mal en su vida personal, que tiene muchos problemas, gente que no tiene tantos, y va al fútbol para tener un motivo por el que aliviarse. Creo que, en general, se utiliza la excusa del fútbol para que muchas personas se puedan quitar un estrés que no encuentran otro ámbito para quitárselo, por ejemplo practicando deporte, leyendo...

¿Lo que sucede en el fútbol puede ser un reflejo de esta sociedad?

-Sí. Por supuesto. Muchas veces es un reflejo. En el momento en el que la sociedad va mal, los campos se vuelven más violentos, hay más peleas entre aficiones. Al final, cuando las personas están mal, afecta a todo. No sólo al fútbol, sino a la política, a la economía, a la educación, a la sanidad.

¿Algún error arbitral que no se pueda quitar de la cabeza?

-Errores siempre tienes y este año seguro que alguno habré cometido. La virtud es asumirlo y seguir hacia adelante. Vivir con el error no es bueno. Tienes que aprender a superarlo y no mirar atrás. Puedo decir: ¡He fallado! Ahora a mejorar. ¡Qué me ha podido pasar!, ¡Qué me ha podido distraer! Uno no se puede centrar sólo en mortificarse con el error. Hay que seguir hacia adelante.

¿Qué opinión le merecen los programas tertulianos de fútbol que ahora están muy de moda?

-Tengo otras muchas opciones para mi espacio de disfrute personal como puede ser la lectura, ver series de televisión, mis propios estudios, que por cierto les dedico bastante tiempo. No te puedo decir qué me parecen porque no los sigo.

¿Qué estudia?

-Geografía e historia en la UNED. Estoy haciendo el grado a distancia. Hay algunas asignaturas que nos las imparten profesores de apoyo y otras que directamente las tienes que estudiar por tu cuenta. También me estoy preparando para el B1 (examen de inglés) por si toca viajar en un futuro para poder desenvolverme bien en el extranjero. Ese futuro pueden ser unas simples vacaciones a Londres y profesionalmente nunca se sabe dónde puedes acabar. Es una de las posibilidades que asumo y hay que estar preparado. Siempre digo que no podemos esperar a que lleguen las oportunidades, sino que tienes que estar preparado en el andén por si pasa el tren para cogerlo e ir con todo el equipaje hecho.

¿Por qué la peculiaridad de referirse a los árbitros por sus dos apellidos?

-No tengo exactamente el conocimiento de por qué es esa cuestión, pero está bien que se reconozca la labor que han hecho el padre y la madre. Soy Francisco Javier de nombre, García de primer apellido y mucha gente me conoce por el segundo, el de mi madre, Sabuco. No saben ni si quiera cómo me llamo.

¿Alguna anécdota destacable de la banda?

-Hubo un partido en Cádiz, en Segunda División, con una jugada muy cercana a mi posición. Un jugador impactó con mi brazo en el momento que estaba marcando un saque de banda, el banderín salió disparado, logré alcanzarlo en el mismo aire, seguí marcando el saque de banda y la gente comenzó a cantarme: ¡Tú si que vales!

Le entusiasma el atletismo. ¿Compite para algún equipo?

-Sí, en el Hiru Herri. Este año, por ejemplo, he competido en 60 metros lisos, he hecho 200, 400, 800, he competido también en cross corto y cross largo. No tengo problemas a la hora de competir. Me adapto a cualquier distancia. No soy bueno en ninguna, pero me gusta la adrenalina de la competición.

¿Cuáles son sus marcas personales?

-Tengo 56:06 en 400, 2:17 minutos en 800, tengo 7:94 en 60 metros lisos y 25 en 200. Cada año voy mejorando y esta temporada creo que seguiré batiendo mis propias marcas.

¿Conoce a Vanesa Pacha?

-Es mi compañera de equipo, excelente persona y excelente amiga. Todo lo que pueda decir bueno de ella se queda corto.

Su estado de forma físico es muy bueno. ¿Mejor que el de sus compañeros?

-Me considero muy bien preparado, siempre hay aspectos de mejora y tampoco creo que sea cuestión de ser mejor o peor. Cuando tengo que ir a Madrid a las pruebas de árbitros, cumplo con lo que me piden, no intento destacar, sino hacer lo que exigen. Creo que para competir ya están las competiciones y para pasar las pruebas de aptitud de árbitro hay que pasarlas y ya está. Cada cosa tiene su sitio.

¿Sigue la actualidad?

-Lo intento.

¿Que opinión le merece que equipos femeninos como el San Juan, Osasuna o Lactura Orvina desparezcan por falta de subvenciones?

-Da mucha pena. Son gente con muchísima ilusión, al final yo también hago de asistente en partidos femeninos en Navarra y conoces a las jugadoras. Ves cómo ellas sufren y pelean por el fútbol y te entristece. Claro es que si no hay dinero o no lo pueden sacar de ninguna otra forma, son cuestiones en las que uno no puede tomar ningún tipo de decisión porque no estamos ahí. Ni llevas las cuentas del día en el Gobierno de Navarra, ni del Ayuntamiento de Pamplona o de las propias instituciones, que son las que están cerrando las secciones. Se dice que no es rentable, pero tampoco puedes llevar las cosas por la vía de la rentabilidad muchas veces. Igual hay que buscar formas ingeniosas, alguna solución puede haber, ¿Cuál? Ahora mismo no lo sé porque no tengo ni idea de los números en los que se manejan. Me da muchísima pena, pero no conozco la situación exacta de por qué se cierra.

¿Cree que existe cierta discriminación entre hombres y mujeres?

-Sí. Totalmente. Creo que si en Navarra un equipo femenino no es rentable, dudo mucho que lo sean varios equipos masculinos.

¿Sigue la actualidad de Osasuna?

- Son tantos datos los que están saliendo a la luz y seguramente haya tantas cosas que no sepamos todavía, que tener una opinión formada sobre un asunto así es muy difícil. No tengo el material suficiente como para decantarme por una cosa u otra. No puedo mojarme.

¿Qué entrenador le gustaría para Osasuna?

-Me da igual. Son asuntos que competen a Osasuna , a sus socios, que esperemos que tengan la opción de decidir qué es lo que quieren hacer con su club.

¿Ve al equipo en Primera División el año que viene?

-Primero tienen que salvar el problema económico, y luego a ver dónde se encuentran.

Antes de linier fue árbitro. ¿Utilizó alguna vez el silbato en casa para poner paz?

-No, nunca llegué a usarlo en esa situación.

¿Con qué edad se adentró en el mundo del fútbol?

-Empecé a ver arbitrar a mi padre en el Trofeo de la Higa de Monreal con 15 y con 16 años me empezó a picar el gusanillo. Con 17 tomé la decisión de meterme en el comité navarro. Con los 18 años recién cumplidos empecé a arbitrar y desde aquel momento no he parado. Es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida y el tiempo así lo respalda.

¿Cómo se pone orden cuando se crea una polémica en los banquillos?

-Con templanza, intentar utilizar buenas palabras y para eso está el cuarto árbitro que es el que tiene que templar el ambiente.

¿Cuál ha sido o es el árbitro o asistente al que siempre quiso parecerse?

-Como árbitro está claro que Alberto Undiano. El referente más grande que hemos tenido en Navarra y que vamos a tener durante mucho tiempo, tanto como persona, como profesional. El porcentaje de aciertos de decisión, de partidos que lleva a sus espaldas, es algo que difícilmente pueda igualar nadie. En cuanto a asistentes, tenemos otro referente como es Fermín, del que también se puede aprender mucho. Son los dos referentes que hay, son un ejemplo a seguir.

¿Tiene alguna manía, antes, durante o después de cada partido?

-Una manía reconocible que tengo es intentar descansar mucho la noche anterior al partido. Intentar cenar pronto e intentar dormir todo lo que pueda.

Ha comenzado el mundial. ¿Qué equipos ve en la final?

-Empieza el Mundial de Brasil y acaba de terminar la liga. Me apetece descansar, desconectar un poco del fútbol. Lo más seguro es que no vea partidos hasta bien entrado el campeonato. A no ser que pase alguna jugada curiosa que siempre entre compañeros lo comentamos, pero más que nada por jugadas complicadas que se puedan dar, no por los equipos ni por ver fútbol. Llega un momento en el que necesitas desconectar un poco y cuidar un poco más otros aspectos de tu vida como la familia y los amigos.

¿Pero querrá que gane alguna selección?

-Sinceramente me da igual. Que gane el que se lo merezca.

En el Mundial de Brasil se van a implantar cámaras en las porterías para valorar el gol fantasma. ¿Qué opinión le merece?

-Creo que el fútbol debería tener algo de polémica, si al final se informatiza todo, llegará un momento en el que el fútbol no tenga la emoción de que una persona pueda decidir.

¿Cree que el conjunto arbitral perdería poder?

-En muchos aspectos sí que se podría perder. En el caso del gol fantasma hay que ver si funciona bien. Han hecho pruebas y parece que de momento no falla. También es cierto que es una jugada que se suele dar una vez cada veinte o treinta partidos. Todos los fines de semana hay partidos y no se da siempre. En cambio, implantar el ojo de halcón en los fueras de juego me parece imposible, que una máquina te diga al momento si es o no es me resulta muy complicado, y más cuando vemos repeticiones de cámaras una y otra vez y muchas veces ni si quiera se ponen de acuerdo entre ellos. Lo bonito del fútbol es la inmediatez, todo es muy fluído. Si tienes que ir parando para revisar varias jugadas a lo largo de un partido pierdes la dinámica. Se pueden convertir encuentros de 90 minutos en tres horas y eso no lo aguantaría nadie.

¿Qué opinión le merece que sea el Mundial más caro de la historia?

-Las consecuencias las tenemos todos los días en los medios. Seguramente haya más manifestaciones y más protestas de las que sacan. Seguramente tenemos una realidad diferente que tampoco vemos. Me parece un despropósito que, tal y como está la economía global, se gasten tanto dinero en algo que realmente no va a repercutir en la gente pobre del país. Es dinero que va a las manos de los más ricos y la gente del día a día no lo va a disfrutar.