Chicas de plata, como si fuese oro
MUNDIAL FEMENINO | Un equipo y un trabajo bien hecho que termina subcampeón con todos los honores
estambul - La selección femenina acaba de conseguir en el Mundial de Turquía un nuevo hito para el deporte de la canasta con una medalla de plata basada en un equipo compacto y en un trabajo bien hecho. La trayectoria del equipo es para enmarcar, con todos sus partidos ganados con holgura, dando una gran imagen y basándose en la defensa y en la velocidad en ataque.
Al menos tres equipos, si no más, tenían mejor plantilla que la selección española y, sin embargo, la cohesión, el trabajo y un poco de suerte han permitido que la medalla de plata cuelgue del cuello de unas jugadoras que lo han dado todo. El equipo español es uno de los más bajitos del campeonato y sólo el gran trabajo de las pívots Sancho Lyttle, Laura Nicholls, Luci Pascua y Laura Gil, sus ganas y entrega consiguieron reducir esa diferencia al mínimo posible. Lyttle recibió la mención especial de estar en el quinteto ideal del torneo por su gran trabajo. Entre las aleros se han tenido que multiplicar para enjugar también la diferencia de centímetros y para poder correr en ataque, otra seña de identidad del equipo. Con Alba Torrens a la cabeza, y también distinguida con un puesto en el quinteto ideal, Marta Xargay, Anna Cruz, Nuria Martínez y Leonor Rodríguez, todas han sobre cumplido su cometido.
En la final, Estados Unidos perdió el último cuarto y empataron en el tercero. Un aviso.
El deporte con más licencias. El baloncesto es el deporte que acapara más licencias femeninas que ningún otro -cerca de 145.000, el 20% del total-.
2018. España quiere organizar el Mundial femenino de 2018. Esta medalla de plata puede ser uno de los empujones casi definitivos.
50 años después. El 16 de junio de 1963, en una pista al aire libre del Pabellón Deportivo de Malgrat de Mar, al norte de Barcelona, trece mujeres se reunieron para jugar frente a Suiza el primer partido de la selección española femenina de baloncesto, que llegó con 28 años de retraso respecto a la masculina.