Pamplona - Llegó hace tres semanas, pero está integrado en el equipo como el que más. Se le ve cómodo con sus compañeros y tiene claro el objetivo: sin presión, pero con ambición.
Ya han pasado unas semanas desde su llegada. ¿Cómo se ve en el equipo?
-Me veo con el mismo rol que cuando llegué. Poco a poco voy adaptándome al juego del equipo y no al revés, algo que creo que es positivo.
El viernes pasado sufrió dos contra uno constantes. ¿Cómo va a afrontar estas defensas?
-Nos pilló algo por sorpresa. Pero no es algo malo, si se repite en el resto de partidos, nos adaptaremos y si me defienden dos, habrá un compañero libre que lo aprovechará.
¿Cuál es el objetivo del equipo?
-Estar lo más alto posible. Está claro que lo bonito es jugar play off y dentro de esas eliminatorias llegar lo más arriba. No nos podemos engañar ni ser fantasmas y tenemos que saber que hay unos equipos que tienen plaza casi segura.
¿Es consciente de que tienen que recuperar a la afición tras lo que le ocurrió al equipo la temporada pasada?
-Sí. Me han comentado que la temporada pasada no fue muy positiva. Pero lo que estoy viendo ahora está bien. Este año habrá días de victorias y otros que no, pero ningún día nos van a poder echar en cara el esfuerzo. Esperemos que estén contentos con eso y, luego, intentar sumar victorias para que se vayan más felices.
En su primer encuentro ya se levantaron para aplaudirle...
-Los números pueden ser positivos, pero yo he sido espectador y valoraba mucho al que se tiraba a por una bola perdida fuese como fuese el resultado. Pero siempre es muy agradable que el público te reconozca tu esfuerzo con un aplauso o un gesto.
¿Qué le parece el Anaitasuna?
-Es una pista que puede ser un infierno. He jugado en campos pequeños con la gente apretando mucho y es algo que beneficia al de casa.
¿Se siente el espejo para los compañeros que son más jóvenes?
-Hay gente, como Marcos (Portález), que lleva poco tiempo en esto y que es una esponja. Mi experiencia, para bien o para mal, la tengo y estoy contento de que les sirva a los jóvenes para aprender.
¿Cómo le cambió su último año, en el que estuvo en Irán y Túnez?
-Me dediqué a llenar el pasaporte (se ríe). Fue una decisión personal. En España no estaba muy bien la situación y quería probar algo diferente, por lo que me fui a Irán. Me arrepentí rápidamente, ya que todo lo que me habían contado de gente que estaba bien no era real, ya que yo fui a un equipo que no era de los importantes. Las cosas que tenía en mi contrato se las pasaron por el forro. Si tenía que tener piso, nunca lo tuve. Aquello es un caos en el tráfico, no hay señales, gente en la autopista en dirección contraria para ahorrarse atascos... Así que me volví. Luego me fui a jugar la Champions de África y había equipos de más nivel que la LEB y otros del centro de África que alucinaban cuando entraban a las instalaciones. Era un gran contraste. Fue una experiencia divertida.
¿Qué busca en Pamplona?
-Divertirme. Es la pescadilla que se muerde la cola. Si te diviertes, lo haces mejor, si lo haces mejor, es más fácil ganar y, por tanto, te diviertes más.
¿Cómo ha cambiado el Sonseca que debutó con el Madrid al de ahora?
-Me fijo más en las cosas. Soy más maduro. Por ejemplo, ahora me gusta controlar el tempo del partido. Veo el juego más desde el banquillo.
Biografía. Eduardo Hernández-Sonseca nació en Madrid (21-6-83). Canterano del Real Madrid ha pasado por el Joventut, Baskonia, Bilbao y, la temporada pasada, jugó en Irán y Túnez.
Demarcación. Juega en la posición de pívot, mide 2,12, y ha sido internacional con la selección española júnior y también con la absoluta.
Sonseca “Clavijo es peligroso”
“Ellos no tienen nada que perder ya que están abajo, en cambio a nosotros la victoria nos daría un salto de calidad”.