Un amigo

Se dice que fue un chino llamado Fu-Hi quien en el siglo IV antes de Cristo se le ocurrió la genial idea de inventarme. No sabía aquel buen hombre la que liaría a posteriori. Apelmazó varias raíces duras hasta formar una masa esférica a la que recubrió con pedazos de cuero.

Como con todo, con el paso de los siglos me fueron perfeccionando y desde hace menos, con el paso de los años me fueron haciendo una figura sin precedentes en nuestras generaciones. Hoy, no existirá persona en este planeta que alguna vez no me haya dado una simple patada.

A día de hoy soy moderno, bonito, elegante, suave? Gusto a pequeños, a mayores, a hombres, a mujeres, a pobres y a ricos. Además, soy capaz de generar grandes alegrías y pequeñas tristezas.

En Navarra este fin de semana seré sin duda muy protagonista. Más de 140 equipos de categorías sénior cuando suene el silbato harán de mí un placer para muchos. Los jugadores me querrán tener en su pie, los porteros en sus manos, los entrenadores gritarán como cosacos para que nadie me pierda de vista y las aficiones solo querrán que yo acabe en las redes contrarias.

Sufriré los golpeos fuertes de esos centrales que no les gusto si merodeo por su zona. Correré como nunca en pies de rápidos laterales, los centrocampistas me querrán acariciar con sus botas y seguramente los delanteros me olerán como nadie.

Me llevaré bonitos testarazos, dormiré en guantes de colores, recibiré taconazos de salón, haré cañetes, rabonas, colas de vaca y demás filigranas.

No lo duden, vayan a verme. Les prometo que no les defraudaré. Si se asoman a cualquier campo, recuerden, no me pierdan de vista.

Por cierto se me olvidó presentarme, soy el balón de fútbol, un amigo.

El autor es Técnico Deportivo Superior y Director de las Escuelas Ceneted de Pamplona