pamplona - El 14 de junio de 1998, el Xota subió a la máxima categoría del fútbol sala. En sus filas, un virtuoso del balón: Vicente Albizu, más conocido como Bisu. Cuatro años más tarde, en junio de 2002, nació su primer hijo, Aitor. Hoy tiene 15 años y vive con la misma pasión que su padre su afición por el fútbol sala. A pesar de ser cadete, la semana pasada debutó en Eslovaquia en la selección nacional sub-19.
La relación entre Vicente y Aitor es estrecha. Además del vínculo familiar, Vicente ha entrenado a Aitor en el Xota en las categorías inferiores y en la selección navarra. Pocos secretos quedan hoy en día entre los dos. “Para mí, como padre y como entrenador, es una satisfacción haberle visto crecer y que haya llegado a la selección, porque yo creo que pocos jugadores navarros lo han conseguido. Es un premio enorme para el fútbol sala navarro en su base por ese compromiso, trabajo y esfuerzo tanto del Xota como de la Federación Navarra y todos los clubes que aportan jugadores. Que Aitor haya llegado a la selección sub-19 representa la evolución de la base del fútbol sala en Navarra, donde hay entrenadores y personas que le han enseñado mucho. Y sobre todo recalcar a los compañeros que tiene, tanto en el equipo como en la selección navarra, porque han contribuido de forma importante y con sus cualidades le han hecho a Aitor llegar hasta ahí. En esta edad hay jugadores de muy buen nivel en Navarra. El fútbol sala navarro ha evolucionado desde la base y eso ha hecho que el nivel esté subiendo y se pueda competir a nivel de selecciones. Este hecho debe ser un espejo para otros chicos de la edad, que pueden ver que el esfuerzo se puede ver recompensado”, destaca Vicente Albizu.
La relación con Aitor es buena y la pasión por el fútbol sala les une, aunque en la pista son diferentes. Aunque los dos son técnicamente buenos, han tenido buena visión de juego y han sabido competir, Vicente era más desequilibrante en el uno contra uno, mientras que Aitor juega de cierre, es mejor defensor y domina todas las facetas del juego. “Yo veo a Aitor más completo”, resume su padre.
Aitor Albizu sigue su progresión. El debut internacional en Eslovaquia lo vivió con mucha ilusión. “No me esperaba la convocatoria de la selección sub-19. Fue una alegría inmensa y se lo tengo que agradecer a mis compañeros, a mis entrenadores, al Xota, a mi familia... Se aprende mucho en la selección. Aunque era el más joven y en el físico se nota, creo que me pude desenvolver. Me trataron como si llevara toda la vida con ellos y estoy muy agradecido al cuerpo técnico de la selección y a los compañeros. Sé que tengo que seguir trabajando si algún día quiero volver”, incide el jugador.
Su padre le ha entrenado desde pequeño “tanto en el Xota como en la selección. La temporada pasada fuimos subcampeones de España con Navarra y vivimos una experiencia muy bonita primero en Pamplona y después en Valdepeñas. Nos ganó Murcia en la prórroga”. Aunque muchos chavales de su edad han optado por el fútbol, Aitor, que no se cierra puertas, prefiere seguir aprendiendo en el Xota. “En Irurtzun todos nos apuntamos a fútbol sala y ahí se aprende mucho: a regatear, a sacar el balón jugado desde atrás...”.
No tuvo la oportunidad de ver a su padre en activo. “Me da mucha pena no haberlo visto jugar. Sólo he visto algún vídeo. Todos me dicen que era muy bueno, que regateaba como nadie... Una vez nos dieron una charla Roberto Martil y Dani Saldise (jugadores de Osasuna Magna) y me emocionó cuando Roberto dijo que su ídolo había sido mi padre”. También lo valora como entrenador: “Me gusta porque es muy valiente. Hemos jugado ante grandes equipos y nunca hemos ido a encerrarnos. Es muy exigente y en casa me suele corregir. A mí me gusta que me enseñe”. Su hermano de 10 años también juega a fútbol sala. A la hora de preguntarle un referente, no lo duda: “Javi Eseverri”.
Por último, los dos desean suerte a Osasuna Magna en la Copa que empieza el jueves. “Estamos muy orgullosos de que estén ahí un año más. Confío mucho en ellos porque son muy grandes”, resume Aitor. Y Vidente añade: “Seguro que cuando acabe el partido, estaremos muy orgullosos de lo que hayan hecho”.