- Por momentos, sobre todo en una segunda parte en la que la Super Bowl se convirtió en una guerra de trincheras con las defensas adueñándose del partido y ambos entrenadores satisfechos al menos en apariencia con ese ecosistema, parecía que los Cincinnati Bengals estaban en disposición de convertir en realidad el cuento de la Cenicienta. La franquicia que dos temporadas atrás fue la peor de toda la NFL con solo dos victorias, la que el pasado curso se quedó en otros pírricos cuatro éxitos, coqueteaba con alcanzar la cúspide universal del fútbol americano, pero entonces aparecieron Cooper Kupp y Aaron Donald para despertarles del sueño y hacer que fueran Los Angeles Rams los que acabaran alzando al cielo el trofeo Vince Lombardi en su SoFi Stadium, colosal escenario para un magnífico encuentro, resuelto por un ajustado 23-20.

Kupp, receptor de 28 años, fue elegido la semana pasada mejor jugador ofensivo de la temporada en la NFL pero probablemente habría merecido ser MVP (solo recibió un voto) si no fuera por esa ley no escrita que reserva esta distinción, salvo contadísimas excepciones, a quarterbacks. Por su parte, Donald, defensive tackle de 30, es para muchos el mayor arma de destrucción defensiva que el fútbol americano ha conocido en la última década. Ambos dieron un paso al frente en el momento en el que los Rams parecían a merced de los Bengals (13-20 en el tercer cuarto) e hicieron buena la apuesta de una franquicia que ha sacrificado el largo plazo por el presente, hipotecando rondas de draft a cambio de hacerse con jugadores contrastados y dejar en el olvido la derrota en la Super Bowl de 2018. Kupp hizo su parte del trabajo convirtiéndose en diana favorita de Matthew Stafford, notable también, en el acto final y firmando el touchdown que colocó el decisivo 23-20 a 1:25 del final. Su elección como mejor jugador del partido acredita su gran trabajo.

Y lo de Donald... Lo de Donald fue ya otra historia. En un duelo en el que la clave estaba puesta en el nivel de acoso que la unidad defensiva de los Rams pudiera ejercer sobre Joe Burrow, el joven y magnífico quarterback de los Bengals, Donald lideró a los Von Miller, Leonard Floyd y compañía en una segunda mitad excelente. Hasta siete veces derribaron a Burrow, igualando el récord de una Super Bowl, seis después del descanso. Donald fue protagonista en la acción en la que Burrow fue enviado al suelo dañándose seriamente la rodilla derecha a doce minutos del final (a partir de ahí jugó visiblemente mermado y el juego ofensivo de Cincinnati quedó muy limitado, demasiado centrado en las carreras de Joe Mixon) y, posteriormente, cortó de raíz el intento final de los Bengals de llevar el choque al menos a la prórroga. Con solo 48 segundos en el reloj, y con los de Zac Taylor necesitando solo una yarda para mantener vivo su ataque, frenó en seco el avance de Samaje Perine pese al bloqueo de dos jugadores rivales. Y en la última jugada, volvió a alcanzar a Burrow provocando un pase incompleto que era sinónimo de gloria para los Rams. Su celebración haciendo el gesto de colocarse el anillo que le faltaba corona una carrera colosal.

Fue el colofón a una Super Bowl que arrancó con ambos equipos sumando puntos con comodidad para acabar mutando a un intercambio de golpes defensivos y con los dos ataques renqueantes. Y es que si los Bengals mermaron considerablemente con el responsable de activar a los Ja'Mar Chase y Tee Higgins muy limitado, los Rams sufrieron durante toda la contienda la ineficacia de su juego de carrera y la pérdida por lesión de Odell Beckham a 3:50 del descanso. Fue precisamente el receptor denostado por los Cleveland Browns y reclutado por los Rams en el tramo final de la temporada regular el que abrió el marcador recibiendo un buen pase de Stafford. Recortó distancias Evan McPherson con un field goal (7-3), pero los de Sean McVay se dispararon hasta el 13-3 tras una buena conexión entre Stafford y Kupp en el amanecer del segundo cuarto, aunque fallaron el extra point. Cincinnati consiguió que el encuentro llegara muy vivo al descanso gracias a una jugada de engaño en la que Mixon, el corredor, lanzó el balón a Tee Higgins para touchdown (13-10) y en la reanudación le dio la vuelta a la tortilla con un larguísimo pase de Burrow a Higgins en el que los árbitros no apreciaron que el receptor había agarrado la rejilla del casco de su marcador.

Con 13-17, Stafford fue interceptado por segunda vez, McPherson alargo la ventaja de los Bengals con tres puntos más y los Rams parecían tambalearse. Sin fluidez en ataque, un field goal les permitió recortar diferencias antes del último cuarto, momento en el que Kupp y Donald dieron el paso al frente para coronar a los Rams.

Récord para Sean McVay. Se convirtió en el entrenador más joven en ganar el título de la NFL, con 36 años recién cumplidos. Ese honor pertenecía hasta ayer a Mike Tomlin, quien con los Pittsburgh Steelers lo hizo cuando contaba con 36 años y 11 meses.

El 'show' del descanso. Cinco raperos emblemáticos como Eminem, Snoop Dogg, 50 Cent, Dr. Dre y Kendrick Lamar y una diva del 'rythm and blues' de la talla de Mary J. Blige ofrecieron un gran espectáculo. Eminem, pese a la petición de la NFL, se arrodilló sobre el escenario en claro gesto reivindicativo.